Presidentes latinoamericanos afines a la izquierda bailaron al mismo compás en relación con sus discursos en la ONU. Luis Arce de Bolivia, Alberto Fernández de Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Miguel Díaz-Canel de Cuba usaron sus minutos en el podio, ubicado en la sede de la organización en Nueva York, para exigir el levantamiento de las sanciones estadounidenses contra los regímenes comunistas de La Habana y Caracas.
Todos hicieron una exposición de motivos que viene precedida por la cumbre del G77+China, realizada la semana pasada en la isla caribeña, donde con apretones de mano y abrazos, dieron muestras de condescendencia entre unos y otros obviando las numerosas denuncias internacionales alrededor de la violación de derechos humanos, corrupción y modelos dictatoriales que han empobrecido a ambos países de la región.
Además, por estos días al régimen cubano lo ensombrece el escándalo por el reclutamiento de ciudadanos para sumarlos de forma fraudulenta al ejército ruso en la guerra contra Ucrania. Previamente lleva a cuestas acusaciones de esclavitud contra las misiones médicas enviadas al exterior, sin mencionar que balances independientes contabilizan 1048 presos políticos. En cuanto a la dictadura de Nicolás Maduro, aún se discuten las nulas condiciones electorales para las presidenciales de 2024, la inhabilitación y persecución contra opositores o la corrupción imperante dentro del aparato estatal.
A pesar de este oscuro prontuario, personajes como Lula da Silva, Petro o Arce se pusieron en el papel de intermediaros para calificar las sanciones como “injustos bloqueos” en contra de estos totalitarismos. Estas fueron sus declaraciones:
Discurso inaugural de Lula
El mandatario brasileño usó su discurso de la Asamblea General de la ONU para insistir con un tema que ha traído a colación anteriormente. “Brasil seguirá denunciando medidas tomadas sin amparo en la Carta de la ONU, como el embargo económico y financiero impuesto”, dijo en referencia a Cuba. Asimismo, apelando a la cartilla del Foro de Sao Paulo, el cual fundó en alianza con el fallecido dictador cubano, Fidel Castro, agregó que “el neoliberalismo ha empeorado la desigualdad económica y política que aqueja a las democracias actuales”. En resumen, repitió un libreto que defiende los fracasos del castrismo e ignora su sistema represivo.
La realidad alterna de Petro
El presidente colombiano no tuvo reparos en insistir con que Cuba está “injustamente bloqueada”, una opinión que extendió a Venezuela. También responsabilizó al cambio climático por el éxodo masivo, en lugar de atribuirlo a la precarias condiciones que padecen los ciudadanos de ambos países tras décadas de dictaduras. Petro se concentró en un discurso tan disociado de la realidad que habló de desiertos en toda Colombia para el año 2070. Pero las prioridades reales quedaron en segundo plano.
El mundo “más justo” de Arce
El mandatario boliviano llamó “ilegal, inhumano y criminal” al “bloqueo” de EE. UU. sobre Cuba. De manera que repitió el libreto que parecen haberse repartido previo a la Asamblea General de la ONU. “Hacemos un llamado a que se cumplan las múltiples resoluciones aprobadas por esta Asamblea General y a construir un mundo más justo y solidario”, sostuvo. Si hay algo de lo que carece el castrismo, es de justicia y solidaridad. De eso pueden dar fe los cientos de deportistas y otros ciudadanos de a pie que huyen de la isla cuando tienen la oportunidad.
Las palabras del saliente Alberto Fernández
Sumado a que ya no tiene nada para ofrecer política y diplomáticamente, el presidente saliente de Argentina, dijo que “la perpetuación del bloqueo contra Cuba es inadmisible” y criticó las sanciones contra el chavismo en Venezuela. Nada nuevo. Ni siquiera su mención a la agenda climática que repiten sus homólogos de izquierda y que apunta más a objetivos políticos que a propósitos reales a favor del ambiente.
Mentiras de Miguel Díaz-Canel
Cada palabra del dictador cubano en la ONU hizo alusión a las sanciones en su contra, al igual que las que pesan sobre Venezuela y Nicaragua. Culpó a Washington por la pobreza de la isla y aseveró que “seguirán defendiendo su democracia y modelo socialista”. Pero en términos reales, el socialismo no es compatible con la democracia y mucho menos el modelo cubano, donde rige un partido único y los opositores son silenciados. Y así como lo justificó Petro, Díaz-Canel dijo que “el recrudecimiento del bloqueo impacta en los flujos migratorios”.
En síntesis, la izquierda mantuvo el mismo discurso en la ONU para lograr un objetivo político sobre el cual vienen presionando hace tiempo. Sin embargo, los hechos desmontan el relato del supuesto “bloqueo” ya que las relaciones comerciales con EE. UU. han ido en aumento, especialmente bajo la administración de Joe Biden. En junio pasado, el país se consolidó como el mayor suministrador del pollo que se come en Cuba. Mientras que la estatal petrolera venezolana PDVSA envió en el primer semestre de este año casi 20 millones de barriles de petróleo a la nación norteamericana.