Editorial La Gaceta de la Iberosfera,
Pedro Sánchez no quiso salir a responder a Alberto Núñez Feijoo. En su lugar subió a la tribuna de oradores Óscar Puente, el mismo que culpó al presidente del Gobierno en funciones de no seguir al frente del Ayuntamiento de Valladolid tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo.
La indignación se adueñó de las filas populares, llegando a gritar sus diputados «cobarde» al propio Pedro Sánchez cuando éste sonreía ante la indignación del candidato a la Presidencia por la demostración de extrema descortesía del socio preferente de ERC y del brazo político de ETA, mientras era defendido de manera incondicional por la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol.
No es achacable únicamente a la cobardía, como pretende el Partido Popular, la incomparecencia de Sánchez, al que la bancada popular acusó de querer evitar una derrota parlamentaria. Quien no tiene límites morales se puede permitir el lujo de desdeñar a su oponente por pereza. El desprecio lo personalizó en Alberto Núñez Feijoo, pero se lo dedicó también a todos los españoles representados en la sede de la soberanía nacional. Especialmente a aquellos once millones que no lo votaron.
El expresidente de la Xunta debería ser ya consciente de que el «PSOE bueno» no existe. Se lo han demostrado una vez más Sánchez y Puente, aunque desconocemos si, como le pidió Santiago Abascal, «regresará a la distancia infinita con los enemigos de España y de la convivencia» y desautorizará a los cargos del PP que todavía hoy desprecian y demonizan a los tres millones de votantes de VOX.
En su discurso, Feijoo calificó de «aberración jurídica» la posible amnistía al separatismo y condenó que un prófugo de la Justicia como Puigdemont pueda decidir quien es presidente. La verdadera «anomalía democrática» es el PSOE en sí mismo, y eso es lo que debe acabar de entender e interiorizar el PP. Tan nefasto como Sánchez es el PSOE en pleno, al que el propio Feijoo todavía volvió a calificar de importante para la democracia. El PSOE no está secuestrado por Sánchez, el PSOE es un calco de Sánchez, y lo seguiremos sufriendo todos los españoles.