El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha entrado este viernes a quirófano para someterse a una operación de cadera, que le mantendrá al menos hasta el martes en el hospital, si bien él ha asegurado en la víspera que seguirá llevando a cabo sus funciones de manera remota.
«No me van a ver con andador», dijo esta semana. El presidente brasileño reveló que estuvo sintiendo fuertes dolores desde la campaña presidencial y que si no pasó por quirófano tras las elecciones fue para no transmitir imagen de fragilidad. «Si me hubiera operado, hubieran dicho que Lula estaba viejo», dijo.
Lula ha ingresado este viernes el Hospital Sirio-Libanés, en Brasilia, para someterse a un procedimiento que está previsto que se prolongue al menos durante tres horas. Se trata de una artroplastia, que consiste en la sustitución de la cabeza del fémur por una prótesis, detalla ‘O Globo’.
Está previsto que retome sus funcionares de manera remota desde el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial, al menos durante tres semanas. De acuerdo con los médicos, tampoco podrá llevar a cabo viajes largos entre tres y seis semanas, por lo que estaría listo para retomar su agenda internacional a finales de noviembre, con motivo de su viaje a Emiratos Árabes Unidos para la cumbre del clima.