WASHINGTON- Casi como si fuera una de sus famosas fiestas de excesos entre alcohol, drogas y sexo, Hunter Biden, llegó a la corte de Wilmington, Delaware, la ciudad de origen de los Biden, para declararse no culpables de varias acusaciones federales.
Hunter, el hijo del presidente estadounidense Joe Biden, se declararó no culpable de posesión ilegal de un arma bajo el consumo de drogas ante un tribunal de Delaware (noreste).
A sus 53 años, Hunter Biden se enfrenta a tres cargos por la compra en 2018 de un revólver Colt Cobra calibre 38, cuando otras investigaciones
Se le acusa de dos cargos por haber mentido al declarar que no consumía drogas ilegales en los formularios que rellenó para la compra de la pistola. Y un tercero se refiere a la posesión ilegal de un arma, que tuvo durante 11 días en octubre de 2018 antes de deshacerse de ella.
La justicia de dos niveles en EEUU
Sin embargo, Hunter Biden- que supuestamente se encuentra bajo otras investigaciones por las implicaciones de sus negocios en la seguridad nacional de EEUU y corrupción a gran escala, es muy probable que termine con unas palmaditas de regaño para niño indisciplinado y libre de cárcel, o algunas horas comunitarias… Si ocurre, confirmaría una vez más el trato preferencial que otorga el Departamento de Justicia a la familia Biden.
El abogado del hijo del presidente, Abbe Lowell, incluso había pedido al juez Christopher Burke que permitiera a Biden, residente en California, comparecer por video en lugar de en persona, pero la solicitud le fue denegada.
«El acusado no debería recibir ningún trato especial en este asunto», expuso Burke.
La anterior afirmación, que suena tan hueca como una caverna, contrasta con la realidad y el proceder hasta ahora del Departamento de Justicia de EEUU, que trata al expresidente Trump y a los conservadores acusados del 6 de enero y en otros casos como un criminales convictos, mientras que a la familia Biden y los acusados de la izquierda les otorga un estatus casi de realeza británica.
Tiempo después los cargos contra los demócratas son anulados, desestimados o archivados sin consecuencia alguna. Estos casos , en su mayoría, apenas se mencionan públicamente con la anuencia de silencio de las grandes cadenas de prensa, alineadas a la ideología de izquierda y de extrema izquierda.
Así ha ocurrido con las acusaciones de acoso sexual o supuesto abuso contra el exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo o los graves delitos de Hillary Clinton frente al escánadalo de los emails federales secretos y ultrasecretos borrados y eliminados de los servidores, bajo una impunidad nunca antes vista en la historía política del país.
Lo mismo ocurre con el dudoso imperio de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ahora los republicanos han ordenado una investigación al respecto.
De no ser porque los conservadores asumieron el control de la Cámara Baja, la impunidad para la izquierda en EEUU hubiera seguido un camino insospechado, pero incluso, con la presión en el Congreso, se desarrolla una Justicia de dos niveles -fustigada por decenas de representantes y senadores en Norteamérica- sin muchas esperanzas de que cambie en un tiempo cercano.
En julio, el acusado Hunter Biden -hijo del actual inquilino en la Casa Blanca- llegó a un acuerdo con el fiscal federal David Weiss sobre los cargos de evasión fiscal y de posesión de arma para evitar la cárcel, pero la jueza del caso difirió de algunos de los términos y el acuerdo fue anulado.
El acuerdo fue catalogado por los republicanos como una gran farsa orquestada por fiscales y jueces con el objetivo de desviar la atención de las serias acusaciones y supuestas pruebas de alta corrupción contra la familia Biden, que salpicaría al expresidente Barack Obama.
Para tener una idea de la impunidad de la que goza la familia Biden, si Hunter Biden es hallado culpable de los tres cargos que se le imputan se expone, en teoría, a hasta 25 años de prisión, pero en la práctica este tipo de delitos, si no van acompañados de otros cargos, no suelen castigarse con penas de cárcel. Es decir, Hunter disfruta de un show político para aparentar de que la Justicia es igualitaria en EEUU.
Mientras, el líder Trump, sus asesores cercanos y sus seguidores son acosados y encarcelados con penas máximas como es el caso del jefe de Proud Boys, que ni estuvo presente el 6 de enero en el Capitolio y fue condenado a 22 años de prisión, por supuestamente incentivar y dirigir parte de la manifestación de protesta bajo las alegaciones de fraude masivo en EEUU en 2020. Así, una extensa lista de personas de afiliación conservadora que exigieron sus derechos han sido perseguidos, arrestados y sentenciados todos a prisión.
Acusaciones contra Hunter, cortinas de humo a favor del presidente Biden
Weiss, quien fue ascendido a fiscal especial para «la investigación de Biden» después de que fracasara el acuerdo de culpabilidad, ha dicho que también investiga a Biden por posible evasión fiscal. Pero hasta el momento, todo parece formar parte de una campaña de distracción mediática, que muchos auguran terminará felizmente para la familia Biden y en especial para el jefe de la Casa Blanca.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Kevin McCarthy ordenó una investigación formal contra los Biden en la búsqueda de un juicio político para la destitución del Presidente, un acontecimiento que sólo debe quedar en los registros de la historia, debido a que en el Senado los demócratas tienen mayoría y un juicio de destititución resultaría casi improbable.
Los republicanos buscan justicia real en el caso de Hunter Biden por sus negocios en Ucrania y China, cuando su padre era vicepresidente en el gobierno de Barack Obama (2009-2017).
Hunter Biden es un abogado formado en la universidad de Yale y reconvertido en «artista». Tiene un extenso historial de adicciones al alcohol, drogas duras y fiestas con deroche de sexo y orgías, según han documentado múltiples reportajes en diarios estadounidenses.
Hunter vivió a la sombra de su hermano Beau, quien tuvo una carrera militar brillante y se dedicó a la política antes de sufrir un cáncer cerebral en 2015 que le llevó a la muerte.
En una entrevista a principios de este año dijo que Hunter «no ha hecho nada malo». «Confío en él. Tengo fe en él», afirmó, pero las recientes declaraciones oficiales del exfiscal general de Ucrania, Viktor Shokin, que investigaba por alta corrupción a la empresa de gas ucraniana Burisma, en la que Hunter Biden era parte del gabinete ejecutivo.
Según Shokin, Biden obligó directamente al presidente ucraniano Vladimir Zelenski para que le destituyera y dejara sin efecto la investigación que presuntamente no sólo vinculaba a Joe Biden, sino al presidente Obama.
Otros testigos y grabaciones de voz del entonces vicepresidente, intercediendo por su hijo en los negocios turbios, han confirmado las aseveraciones del exjefe de Justicia en Ucrania.