La escasez de vacantes laborales en Chile junto a la ralentización de su economía, cuyo cierre este año será con crecimiento nulo, según el último Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central, retrocedieron la tasa del desempleo a las cifras de hace 13 años tras arrojar 9 % de desocupación en el trimestre junio-agosto.
Según los resultados de la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística de Chile (INE), las personas desocupadas se incrementaron 16,7 % en un año. Esto se segmentó en quienes se encontraban ya cesantes (17 %) y por quienes buscan un trabajo por primera vez (14,6 %).
En el caso de las mujeres, la tasa de desempleo alcanza el 9,3 %. Este número, en el caso de los hombres, ronda el 8,8 %. Es una “emergencia laboral no declarada”, asegura el economista y director del “Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, David Bravo.
En declaraciones ofrecidas a El Mercurio, puntualizó que “la situación actual en Chile es equivalente a la de mediados de 2010. Las cifras de hoy son de la capacidad de empleo que tiene la economía. Para nosotros representa un déficit de 13 años, por lo tanto da lo mismo la tasa de desocupación que sea en este minuto. Si la tasa de desocupación reflejara este déficit, este retroceso debería ser del orden del 13 %”. Para Bravo “la tasa de desocupación está subestimando de manera muy gruesa el problema del mercado laboral”.
Rezagado en la región
Con este panorama de desempleo, Chile forma parte de la lista de países rezagados en América Latina, con respecto a la recuperación del mercado laboral antes de la pandemia, al tener 400.000 puestos aún por restablecer.
En la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay preocupación. Ambas instancias coincidieron en que Chile junto a Bélice y Panamá aún están lejos de conseguir avances en este indicador.
Sus cálculos no fallan. En sus datas, Chile llegó el año pasado al 94,5 % del nivel de la tasa de ocupación (personas trabajando en relación con las que están en edad de trabajar) de 2019, 4,1 % por debajo del promedio simple de América Latina y 5,5 % menos que el promedio ponderado (que fue de 100 puntos).
“América Latina como un todo ya no tiene déficit respecto al mercado laboral. Chile es el país más rezagado. Es una cosa extraña. No estábamos acostumbrados a eso” admite Bravo, quien vincula la situación directamente con el crecimiento.
“Estamos en la cola de América Latina en la recuperación del laboral. Y nada indica que esto sea un tema o estacional o que se va a arreglar por su cuenta, o que se va a arreglar solo” insiste.
La morosidad sin tregua
El impacto del desempleo en Chile se percibe en la banca ante el creciente endeudamiento de los consumidores. Según un informe del Banco Mundial divulgado por Diario Financiero la deuda de los hogares en la nación austral alcanza el 35% del Producto Interno Bruto del país.
La instrucción del Banco Mundial frente al escenario es activar desde ya una “vigilancia” de los préstamos morosos. La medida no es casual. Si bien el 41° Informe de Deuda Morosa, elaborado la Universidad San Sebastián y Equifax, arroja que durante el segundo trimestre de este año la cantidad de morosos en Chile asciende a 4.011.864 personas y representa 3,3% con respecto al trimestre anterior y un 3,2% en comparación con junio de 2022, esta aparente baja sólo es el resultado de la prohibición de informar deudas contraídas para financiar servicios y acciones de salud establecida por la ley 21.504 que empezó a regir el 1 de junio de 2023.
“No debemos engañarnos con la prohibición de informar deudas contraídas para financiar servicios y acciones de salud, pues distorsiona el número “aseguró el decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Alejandro Weber tras indicar que los datos “siguen siendo niveles elevados de morosidad “.
En promedio, la deuda de chilenos en morosidad ronda los dos millones de pesos -alrededor de 2100 dólares- y en el caso de los morosos intermitentes (quienes tienen al menos una deuda publicada en los últimos 12 meses) la cantidad de los inmersos en esta clasificación aumentó un 6 % en el trimestre abril-junio.
Además, el 61,1% de los deudores impagos se concentra en el Grupo Socioeconómico D (hogares con ingresos mensuales que bordean los 640.000 pesos).