ODESSA.- Mientras terroristas islámicos apoyados por Irán lanzaban cohetes de fabricación rusa sobre Israel el lunes pasado, Rusia lanzaba drones kamikaze de fabricación iraní sobre los puertos de Ucrania. Las interconexiones militares entre Moscú y Teherán se vuelven más complejas a medida en que las potencias dictatoriales persiguen objetivos estratégicos comunes, enfocados ahora en Medio Oriente, donde coordinan una diplomacia terrorista contra EEUU.
“Israel es atacada por organizaciones terroristas y Ucrania es atacada por un estado terrorista” dijo el presidente ucraniano Volodymir Zelensky, comparando el conflicto en su país con el ataque en que se encuentra el estado judío, después del brutal embate por el grupo Hamás en el sur de Israel en octubre 7 que ha dejado a más de 1.000 muertos y amenaza con desencadenar una nueva guerra regional. “Las atrocidades de Rusia en Ucrania han servido como ejemplo a seguir para sus aliados en Oriente próximo”, opina un comentarista del diario británico The Telegraph.
EEUU ha desplegado el portaviones USS Gerald Ford, escoltado por una decena de fragatas, destructores y cruceros con misiles al Mediterráneo oriental para “apoyar firmemente a socios regionales y enfrentar cualquier riesgo de que otros partidos expandan el conflicto”, según el comunicado del Mando Central del Pentágono (CENTCOM). Pero existen divisiones dentro de la administración Biden sobre cómo interpretar el protagonismo de Irán en la embestida terrorista contra Israel, mientras Teherán y Moscú junto con China preparan el engranaje para aislar a EEUU en la zona.
Respuesta de Israel
El gobierno de Benjamín Netanyahu en Tel Aviv se ha visto obligado a responder con brutalidad recíproca a los actos de genocidio propiciados por Hamás, cuyas imágenes desgarradoras han recorrido el mundo. Violaron a mujeres en frente de sus familias, decapitaron a bebés, masacraron a gente con ametralladoras de alto calibre a quema ropa.
Israel está lanzando ataques aéreos contra el territorio palestino de la Franja de Gaza, desde donde salieron entre 1.000 y 2.000 terroristas en una operación minuciosamente planificada que burló las defensas israelíes. Decenas de edificios y viviendas bajo sospecha de ser residencias de militantes, arsenales de armas, centros de comunicación y centros de mando de Hamás han sido destruidos en lo que va de semana y voceros militares israelíes advierten que es “solo el comienzo”.
Pero una operación terrestre para exterminar a Hamás e intentar rescatar unos 150 rehenes tomados en Israel, podría resultar en meses de sangrienta lucha urbana y otros grupos terroristas organizados por Irán en un “frente de unidad “contra Israel, podrían abrir nuevos frentes.
Hezbolá está lanzado misiles contra el norte de Israel desde bases en el Líbano y Siria. Células de Hamás también estarían infiltrándose en territorios palestinos de Cisjordania, según los servicios de seguridad israelíes, para fomentar actos terroristas entre la población local que hasta ahora se rige bajo un autogobierno del movimiento Al-Fatah, que firmó un histórico acuerdo de paz con Israel.
Las resultantes convulsiones pondrían a varios gobiernos musulmanes intentando mejorar relaciones con Israel, entre la espada y la pared. “Es enteramente posible que la motivación de los ataques era descarrilar la normalización de relaciones entre Israel y sus vecinos”, dijo el secretario de estado Anthony Blinken en una entrevista por la NBC. Arabia Saudita y otros gobiernos árabes que mantienen relaciones estrechas, aunque complicadas con EEUU, se verían expuestos a rebeliones violentas por parte de sus propios pueblos, si corre la percepción de que “traicionan” a la causa palestina.
Influencia de Rusia e Irán
Irán y Rusia están ejerciendo fuertes presiones sobre Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Marruecos y otras naciones firmantes de los acuerdos de Abraham reconociendo a Israel. Los dos regímenes han hecho llamamientos para que las monarquías árabes declaren su apoyo a una nación palestina independiente agrupando a Gaza y Cisjordania, que resquebrajaría al actual estado judío.
“La posición definitiva de la República Islámica de Irán es que aquellos países que apuestan por normalizar relaciones con Israel perderán”, dijo el jefe de estado iraní, Ali Khamenei, al tiempo que Hamás cometía sus monstruosidades. El ministro de relaciones exteriores iraní simultáneamente llamaba a que todas las naciones musulmanas apoyasen a Hamás.
En Moscú, mientras tanto, Vladimir Putin recibió al primer ministro de Iraq, país que aun alberga tropas norteamericanas a pesar de una creciente influencia iraní. Compareciendo ante las cámaras con el mandatario iraquí, Mohamad Shia Al Sudani, Putin denunció lo que califica como el “fracaso de la política de EEUU en Oriente medio” y acusó a Washington de “promover la escalada de violencia” con su apoyo a Israel. Su ministro de relaciones exteriores, Sergei Lavrov, también se reunió con el jefe de la Liga Árabe para discutir “la agresión israelí en Gaza”, diciendo que “Israel no se salvará combatiendo al extremismo y el terrorismo”.
“El momento y las razones por el ataque de Hamás están conectados a intereses iraníes y rusos” comentó Marko Mihkelson, dirigente del partido Reforma Liberal en Estonia, país báltico vecino a Rusia. “Hamás es apoyado por los dos. Líderes de Hamás han ido de consultas a Moscú dos veces durante el último año”, se han reunido con Lavrov en por los menos una ocasión. “Es evidente que Rusia tiene amplio interés tanto en distraer la atención internacional de su guerra en Ucrania como en complicar el entendimiento entre Israel y Arabia Saudita, creando tensión en la región”, dijo Mihkelson.
Participación de Rusia
Militares rusos han estado operando con la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC) en la sangrienta guerra civil en Siria durante años, permitiendo la entrada de grandes cantidades de armas, incluso 250.000 cohetes Katyusha para las milicias de Hezbolá concentradas en el sur Líbano. La fuerza aérea israelí regularmente interceptaba las rutas de suministro, pero últimamente ha limitado sus operaciones para evitar conflicto con cazas rusos patrullando sobre Siria.
Según un informe del WSJ basado en fuentes ligadas a Hamás, oficiales del IRGC se reunieron con dirigentes de Hezbolá, Hamás y otros grupos islámicos en el Líbano para dar “luz verde” al ataque contra Israel, una semana antes de que se ejecutara la operación que venía preparándose por meses. Su nivel de planeamiento y precisión hubiese requerido un alto grado de asesoramiento militar profesional, según analistas consultados por DIARIO LAS AMÉRICAS.
La rama militar especializada de Hamás, Brigadas Izz ad-Din al Qassam, cuyos dirigentes son entrenados por IRGC, según el Departamento de Estado, disponían de Inteligencia detallada sobre la actividad dentro de las guarniciones y puestos fronterizos de las fuerzas de defensa israelíes (IDF). Hubieran requerido cierto nivel vigilancia satelital y electrónica que solo Irán o Rusia podrían haber suministrado. Un ataque cibernético también hubiese sido necesario para cegar sistemas de sensores y cámaras, para vigilar cada metro cuadrado de la frontera, según militares israelíes quienes dicen que «no podía moverse una cucaracha sin que lo supiéramos». Hamás no tendría tal capacidad.
Hamás coordinó perfectamente un bombardeo de 5.000 cohetes como “fuego supresor” contra el IDF mientras grupos armados irrumpieron por 18 puntos del muro fronterizo tomando posiciones israelíes y desplazándose hacia las aldeas y comunidades kibutz en los alrededores. También disponían de una unidad paracaidista utilizando para – gliders, para caer sobre un festival de música donde propiciaron la peor masacre. Khamenei dijo querer “besarles la frente y los brazos”.
La administración Biden dice no tener “pistola humeante” de participación iraní en la ofensiva de Hamás y el presidente Biden no mencionó a Irán en su discurso del martes condenando los ataques. El congresista Michael Waltz (R-Fla) sospecha que “una red de simpatizantes de Irán dentro de la administración” está influenciando su política. De hecho, el FBI está investigando por presunto espionaje a un alto funcionario quien encabezaba negociaciones con Irán para relajar sanciones.
La administración descongeló $6.000 millones que Irán tenía retenidos en un banco de Corea del Sur, días antes de que Hamás lanzara sus ataques. El secretario Blinken dice que Irán aun no dispone del dinero y que está en Qatar, cuyo gobierno ha declarado fuerte apoyo a Hamás.