Las elecciones territoriales de este domingo en Colombia dejaron un claro perdedor: el presidente Gustavo Petro. ¿Quién ganó? Es mucho más complejo. El mapa político quedó pintado de múltiples colores. Partidos tradicionales, agrupaciones ciudadanas y organizaciones locales se repartieron la mayoría de las gobernaciones y alcaldías. El oficialista Pacto Histórico y sus aliados más cercanos no lograron imponer su dominio nacional en las regiones. Con sus diferencias y matices, la mayoría de las autoridades territoriales se ubican en la acera de la oposición al Gobierno nacional, destacando en los círculos de poder la influencia de los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos.
Si bien la comparación cuantitativa no favorece del todo al Centro Democrático (CD) –partido fundado por Uribe y en el que sigue siendo el mayor referente– el análisis cualitativo sí permite observar el peso importante que recupera el exmandatario. En las elecciones de 2019 quedaron en manos del CD cuatro gobernaciones y entró en los gobiernos de dos más en alianza con otros partidos. En cuanto a alcaldías de capitales departamentales, su dominio se limitó a Amazonas. Haber perdido el departamento de Antioquia y su capital, Medellín, significó hace cuatro años un duro golpe para el uribismo.
El uribismo recuperó sus bastiones
En las elecciones de este domingo esto cambió. El Centro Democrático ganó dos gobernaciones, perdiendo en términos numéricos si se compara con las cuatro que gobierna actualmente, pero recuperó su principal bastión: Antioquia. Se trata de la cuna del uribismo y la entidad territorial más poblada, después de Bogotá. También se hace en esta oportunidad con el control del departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela. El uribismo saldrá del poder en los departamentos de Casanare, Vichada, Vaupés y Amazonas, que en su conjunto no alcanzan a sumar un millón de habitantes. Solo Antioquia se acerca a los 7 millones de habitantes y es además el segundo centro político y económico del país.
El Centro Democrático también entra en coalición con otras organizaciones en las gobernaciones de Sucre, Tolima, Meta, Santander y San Andrés. Adicionalmente, tendrá influencia en el departamento de Quindío, ganado por el partido Creemos, de Federico Gutiérrez, quien además recupera la alcaldía de Medellín tras ganar este domingo con un aplastante 73 % sobre el candidato respaldado por el petrismo, que se quedó con apenas 10 % de los votos. Para el expresidente Uribe y su partido hubo mucho que celebrar.
La estrecha relación entre Gutiérrez y Uribe es de conocimiento público. En el informe Gobernabilidad en la balanza, un análisis de las elecciones territoriales en Colombia, realizado por la firma Orza, se destaca al expresidente Álvaro Uribe en lo que será el círculo de poder en la gobernación de Antioquia y en la alcaldía de Medellín.
El santismo: entre el pragmatismo y la conveniente adaptación
Junto a Uribe cobra relevancia también la figura de Santos con estos resultados. No es una novedad que el santismo preserve cuotas de poder en toda elección, dada la flexibilidad política e ideológica con la que se amolda a los distintos escenarios. El Partido de la U –fundado en 2006 por Santos para apoyar la reelección Álvaro Uribe– es actualmente el que más representa al santismo. Con los Acuerdos de Paz de 2016, el entonces presidente Juan Manuel Santos y el Partido de la U se separaron por completo del exmandatario Ávaro Uribe, quien tomó un camino distinto con su recién creada organización, el Centro Democrático.
Con sus matices y diferencias coyunturales, Dilian Francisca Toro, gobernadora electa el domingo para asumir nuevamente la gobernación del Valle del Cauca, ha sido muy cercana a Santos. No es poca cosa haber presidido el Partido de la U, cuyo presidente honorario y fundador es el exmandatario Juan Manuel Santos. La camaleónica forma de hacer política los une y, es tal vez, la principal característica de este partido, que no dudó en saltar del gobierno de Iván Duque, de centroderecha, al de Gustavo Petro, de extrema izquierda. Finalmente en mayo esta colectividad decidió dejar la coalición encabezada por el Pacto Histórico. Sin embargo, ni el partido ni Dilian Francisca Toro, su mayor capital político en estas elecciones, han hecho una férrea oposición a Petro. Tan solo han marcado diferencias puntuales en medio de su pragmatismo y la conveniente capacidad de adaptación a las circunstancias.
Hoy, el Partido de la U aparece como uno de los que cosechó importantes victorias en estas elecciones territoriales. Además de la gobernación del Valle del Cauca, reconquistada gracias a una amplía coalición que incluye al Partido Liberal y el Partido Conservador, también ganó en solitario el departamento de Vichada y entra junto con otras organizaciones a gobernar en Sucre, Putumayo, Norte de Santander, Meta, La Guajira, Cesar, Caldas y Guainía, manteniendo una correlación de fuerzas similar a la conseguida en 2019.
En lo que se refiere a las capitales departamentales, el Partido de la U consiguió la victoria en solitario en Sucre y La Guajira. También entra a gobernar en coalición en Santander. Pero el santismo tiene otros tentáculos.
Recomposición de las fuerzas en las regiones
Alejandro Gaviria, quien fue ministro de Salud durante el Gobierno de Santos y posteriormente fue ministro de Educación de Petro, ha sido cercano a Carlos Fernando Galán, quien consiguió una aplastante victoria en la alcaldía de Bogotá pero con el respaldo de figuras cercanas a la centroizquierda. Así, por ejemplo, la firma Orza destaca la influencia en su círculo de poder de la representante a la Cámara por el Partido Verde, Katherine Miranda, quien hizo campaña a favor de Petro para que llegara a la Presidencia y apoyó al Gobierno en sus inicios.
El partido de Galán, el Nuevo Liberalismo, mostró un avance sorpresivo en estas elecciones. Además de ganar la capital del país también conquistó en alianzas las capitales de los departamentos de Guaviare, Bolívar y Casanare. Por su parte, los verdes sufrieron un retroceso. Salen de Bogotá, pero también de otras cinco capitales. En esta elección tan solo ganaron dos: en Caquetá y Vichada y entran en coalición en Córdoba.
El Partido Conservador y el Partido Liberal, los de mayor tradición histórica, mantienen una presencia importante en las regiones pero ya no en solitario. Las alianzas han sido necesarias en muchos departamentos para estas organizaciones políticas. Los conservadores pasaron de tener seis gobernadores a tres, mientras que los liberales se mantienen en igual número con cinco.
¿Cómo queda la gobernabilidad para Petro?
Con estos resultados, que le permiten al Pacto Histórico celebrar solo una reducida victoria en las gobernaciones de Amazonas y Nariño, Gustavo Petro recibe un “duro golpe a su gestión con un mensaje contundente de rechazo a su estilo de gobierno”, señala Orza en su informe, en el que se advierte además sobre un “panorama de gobernabilidad complejo para el presidente con importantes repercusiones para el país”.
Para responder a la pregunta, ¿cómo será la gobernabilidad de Gustavo Petro posterior a las elecciones?, Orza analizó cuatro posibles escenarios, donde el de más alta probabilidad apunta a una relación “variada” y con “cierta resistencia” en el Congreso, lo que permitirá que algunas de sus reformas sean aprobadas pero otras serán rechazadas. Y las que entren en vigencia tendrán dificultad para su implementación debido al alto costo fiscal.
En este informe no se descarta un escenario de probabilidad media, en el que aparecen “desafíos significativos” para la estabilidad política y el crecimiento económico. Aquí surge también una relación “tensa” con el Congreso y “fuertes divisiones” entre el Gobierno y los partidos que aún lo acompañan en la coalición. Se esperaría también que crezca la impopularidad del presidente y sean más propensas las movilizaciones y protestas.