La presencia de Laureano Ortega Murillo, quien funge como el “super ministro” sin tener un nombramiento oficial en el régimen de sus padres Daniel Ortega y Rosario Murillo, es cada vez más notoria en los actos oficiales del Estado en representación de sus padres, lo que ha generado suspicacias sobre el estado de salud de Ortega, que en noviembre cumplirá 78 años de edad y de quien se dice padece enfermedades crónicas e incurables, información que los Ortega-Murillo manejan como un “secreto de estado”.
Según filtraciones de los antiguos aliados «revolucionarios», Ortega padece lupus eritematoso, insuficiencia renal crónica y problemas cardíacos. Y es que Ortega desaparece durante prolongados periodos sin dar ninguna explicación pese a que ocupa la máxima magistratura. Esa situación ha generado rumores hasta de su supuesta muerte, pero luego aparece y en ocasiones su deterioro físico es evidente.
Las pocas apariciones del dictador sandinista son nocturnas, las actividades oficiales se hacen al finalizar la tarde con la caída del sol o en horas de la noche, incluso los desfiles militares en los aniversarios del Ejército. Según la medicina, la mayoría de los pacientes con esa patología son sensibles al sol.
Laureano Ortega Murillo, de 41 años, es uno de los rostros más visibles de los 9 hijos de la pareja y del que se dice podría ser el sucesor de su padre. Es el sexto hijo de la pareja. Otros estiman que la sucesora sería la esposa de Ortega y designada vicepresidente, Rosario Murillo, de 72 años. Daniel Ortega lleva 17 años consecutivos en el poder durante el segundo régimen sandinista, sin incluir los 11 de la primera dictadura (1979-1990).
Ocho de los nueve hijos de Ortega ocupan cargos en el gobierno, pese a que la Constitución de Nicaragua prohíbe nombramientos en cargos públicos hasta el cuarto grado de consanguinidad. También han sido nombrados al frente de las empresas y de los medios de comunicación que han obtenido al amparo del cargo.
La hija mayor de Murillo y no biológica de Daniel Ortega, Zoilamérica Ortega Murillo vive separada de la familia tras denunciar a su padrastro por abuso sexual en 1998.
Pero no toda la oposición cree que Ortega logre consolidar una dinastía debido a que los hijos del dictador viven bajo la sombrilla protectora de sus padres y no se les conoce logros propios.
Con la desaparición de Ortega se acaba el sistema
El académico y exembajador de Nicaragua en Alemania y Suiza, José Díaz, afirma que los hijos de Ortega carecen de liderazgo político. “No creo realmente en una dinastía, no veo a esta gente pasando del agotamiento de la figura de Ortega y Murillo porque no tienen vocación de liderazgo político, ninguno de ellos está preparado para asumir un nivel más alto del que ocupan y que les ha sido otorgado por el poder que tienen sus padres”.
En base a ese argumento, el exdiplomático estima poco probable que Ortega logre instaurar una dictadura dinástica de largo plazo, a lo que agrega que tampoco están dadas las condiciones para ese fin.
“Ni políticas, ni culturales, ni de liderazgo de esa familia para crear un gobierno familiar a largo plazo, creo que la figura de un dictador como Ortega que se cree ‘omnipresente’, ‘omnipotente’, él que decide todo, una vez desaparezca se derrumba todo, se acaba el sistema por la dependencia creada hacia él, el culto a su personalidad, lo han enaltecido tanto que una vez que falle eso va a desequilibrar sus estructuras y a sus seguidores”, acotó el académico.
Lealtad a Ortega y no a Murillo
Exaliados de Ortega creen que la fidelidad del llamado sandinismo “histórico”, el Ejército y la Policía es con el gobernante sandinista, no con su familia y una vez ausente Ortega el escenario cambiaría. Dávila comparte esa opinión.
“Creo que, faltando Ortega, Murillo no tiene nada que hacer, mucho menos sus hijos. Las mismas fuerzas que los apoyan tomarían otra posición. Ejemplo, las Fuerzas Armadas. El Ejército esta sometido a Daniel Ortega porque les ha dado negocios, los ha enriquecido, (pero) a la hora que la figura de Ortega falte soy de la opinión que no irían tras Rosario Murillo y menos tras sus hijos”, acotó.
Para Dávila los hijos de la pareja presidencial han aprendido algunas consignas, a repetir los discursos que escuchan, “se mueven porque son hijos de papá, los mandan a representar a sus padres en funciones de Gobierno, pero eso no funciona así porque los hijos no tienen herencia política de Ortega, en ese sentido creo que, si Ortega está tratando de crear una dinastía o Rosario Murillo, pienso que van a fracasar, no creo se establezca por el tipo de dictador que hay”, debido a que todo se centraliza en torno a la figura de Ortega.
Por otro lado, Murillo no es querida por el llamado sandinismo “histórico”, que constituye parte del cuerpo paramilitar.
¿Hijo preferido?
A Laureano Ortega Murillo se le ha observado en los eventos oficiales y hasta impartir algunos discursos. Todo parece indicar que es el hijo preferido de la pareja presidencial. Es el que ocupa el lugar de sus padres en eventos nacionales e internacionales sin tener un nombramiento oficial. En 2012 fue designado asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de la República y quedó al frente de la agencia ProNicaragua, a cargo de la inversión extranjera.
Ha sido enviado para firmar importantes acuerdos bilaterales, ha representado a sus padres en eventos diplomáticos, firmó el restablecimiento de relaciones con China, ha estado a cargo de fortalecer las relaciones con Irán y Rusia, mientras que el canciller, Denis Moncada Colindres, un incondicional de Ortega, ha sido relegado para eventos de trascendencia.
De fino vestir y grandes marcas, Laureano Ortega, que se declara “antiimperialista”, pero vive como millonario capitalista, estudió Sociología y Ciencias Políticas en Nicaragua, y posteriormente Cine en la Universidad Veritas en Costa Rica, tras el retorno de su padre al poder. También se dice es tenor, cuyos espectáculos son financiados por los contribuyentes por decisión de sus padres.
Se preparan para la desaparición de Ortega
El expreso de conciencia y activista político, Jaime Ampie Toledo, asegura que Murillo y sus hijos se han preparado para el momento que ocurra el deceso de Ortega. “Sería un error pensar que ellos no se han estado preparando para ese momento, no creo van a poner en riesgo el capital político y económico que han acumulado, no creo lo van a poner en manos de otro sandinista la riqueza que han logrado acumular».
“Creo que el principal encargado del tema económico y de los negocios legales e ilegales que tiene el sandinismo de Ortega con otros países como Venezuela, Irán, Rusia y China comunista, es Laureano, al que ahora le han añadido una nueva tarea al enviarlo a los territorios a inauguraciones, reuniones, y distintos eventos en los que se le ha visto acompañado de figuras del Ejército y la Policía sandinista, lo cual envía un mensaje al círculo que rodea a la pareja dictatorial de que Laureano, es el elegido”, estima Ampie.
Para Dávila, la presencia de los hijos de Ortega y Murillo en cargos y en actos oficiales de Estado es una situación forzada (reñida con la Ley), especialmente la de su sexto hijo y lo hace porque no confía en sus ministros.
“Sabemos que Ortega está enfermo tiene ese lupus eritematoso, sabemos que tiene insuficiencia renal, que ya tuvo un infarto cardíaco silencioso” dijo Dávila a lo que añadió la presión política, las denuncias por los crímenes cometidos en 2018 que tiene el dictador, situación que aumenta el deterioro de su salud. “No creo que pueda organizar su descendencia, es muy delicado y muy crítico”.
Ortega también es acusado por crímenes durante la primera dictadura en la década de 1980, junto a exfuncionarios que hoy son disidentes del dictador, delitos que permanecen en la impunidad por las amnistías aprobadas en ese entonces. “Desaparecido Ortega todo se va a derrumbar, claro Nicaragua entraría a una situación inestable, pero se buscaría cómo enrumbar hacia otro sistema que espero debe ser la democracia para que Nicaragua pueda quedar dentro del mundo de los países libres y democráticos”, subrayó.