MIAMI- Las expectativas sobre el segundo debate presidencial republicano quizás no sean tan altas como el primero, que tampoco contó con la presencia del gran favorito en las encuestas: el expresidente Donald Trump. Pero sí podría ser un buen termómetro político para muchos antes de las elecciones primarias.
El exmandatario tampoco acudirá esta vez al segundo encuentro televisivo porque no es de su interés, gracias a la amplia ventaja de intención de voto que le acompaña desde su postulación.
Trump prefiere centrarse en los objetivos de su campaña en los estados clave y no perder tiempo en cuestionamientos de sus oponentes y de una prensa por lo general hostil cuando se trata de sus asuntos privados y de sus propuestas.
“Los grandes medios de prensa, al servicio de la ideología de izquierda y de extrema izquierda, son más divisivos y dañinos que cualquiera de los políticos. Las mentiras y calumnias de la prensa sólo alimentan el odio y las falsas campañas”, ha dicho Trump en varias de sus presentaciones públicas.
Los sondeos
Los últimos sondeos le otorgan al exjefe de la Casa Blanca más de un 60% de intención de voto frente al resto de sus contrincantes. El más cercano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, se encuentra a más de 40 puntos por debajo.
La mayoría de los electores conservadores que apoyan a Trump no buscan por lo general otra opción de candidato en las próximas elecciones primarias; sin embargo, un sector que apoya a DeSantis y otro que se inclina por Vivek Ramaswamy intentan profundizar en los conceptos y estrategias de estas dos figuras dentro de la política nacional conservadora.
Hasta el momento, y según estudios, muchos de los votantes que apoyan a Ramaswamy son seguidores del expresidente y defienden el movimiento MAGA (Make America Great Again), debido a la defensa del candidato de ascendencia india frente a las acusaciones judiciales contra Trump. Ramaswamy también comparte la misma plataforma económica y los valores que enarbola el movimiento conservador.
Con algunos puntos divergentes, DeSantis también comparte y defiende casi la misma plataforma política y económica de Trump.
La proyección del gobernador de Florida y del empresario multimillonario de la tecnología son el mayor atractivo para los electores en el segundo debate presidencial del Partido Republicano. Gran parte ve a estas dos figuras con el potencial necesario para contiendas futuras. Pero en política todo puede cambiar en cuestión de pocos meses.
Los electores exigen un Partido Republicano más firme contra el avance de la ideología «Woke» o progresista (socialista) dentro de Estados Unidos, en especial el Congreso, la Justicia y las instituciones federales en Washington.
Resultados de DeSantis como gobernador
En esa dirección, el gobernador DeSantis ha impulsado múltiples leyes sobre la educación y el derecho de los padres; contra los abusadores sexuales de niños, el derecho a la tenencia de armas. Otras legislaciones estatales atacan la penetración de la ideología comunista de China dentro de la sociedad norteamericana y defienden la propiedad privada y la pequeña empresa como pilares de la economía occidental.
DeSantis, a su favor, cuenta con resultados palpables y un trabajo al frente del estado, catalogado por la mayoría de los floridanos de excelente. Hoy, la economía de Florida es una de las más fuertes del país y los electores desean saber más del protagonista.
En cuanto a política, las mayores críticas a DeSantis recaen en retar a Trump en esta contienda, su principal “padrino” en su ascenso político.
Para la mayoría, el gobernador debió esperar las elecciones de 2028, momento en el cual hubiera recibido el apoyo de Trump y los votos de MAGA. Sin embargo, el giro que asumió DeSantis y la recomendación -al parecer- de sus asesores políticos fue desligarse del exmandatario ante la lluvia de acusaciones judiciales que le venía encima. Pero no contaron con que Trump se mantendría firme, con su liderazgo incrementado y con un respaldo conservador masivo luego de una ola de ataques para, incluso, condenarlo a prisión.
Otras expectativas
Las demás expectativas se ciernen sobre el magnate Ramaswamy, que para muchos despunta como una figura sin experiencia política, pero con muchas pretensiones y con una plataforma similar a la de Trump.
A diferencia de DeSantis, el empresario se ha unido de manera astuta a los trumpistas y ha prometido que si llega a la Casa Blanca retirará todos los cargos y posibles condenas a Trump, lo que le ha valido la aceptación de millones de republicanos.
Queda por ver si los temas escogidos para el debate captan la atención del público y si los participantes, casi los mismos que en el primer encuentro, son capaces de brillar en el escenario.
El primero no tuvo esa condición y por momentos parecía que Ramaswamy y DeSantis estaban solos en el escenario.
A muchos republicanos, con la ausencia de Trump, no les interesa el debate. Y eso quedó demostrado en el primer encuentro cuando la entrevista al expresidente por parte del connotado periodista, Tucker Carlson, robó toda la atención y dejó a Fox News con una audiencia de 12,8 millones de espectadores frente a 78 millones de Carlson y Trump.
Según analistas, puede que la segunda parte atraiga menos atención, pero en política los cálculos a veces se tornan impredecibles.
Las actuales crisis de inmigración, el tráfico por la frontera sur de personas y de drogas como el fentanilo; los bancos, el sector hipotecario, el aumento de conflictos internacionales, la división política en el país, el aumento de la violencia delincuencial en estados gobernados por demócratas, la inflación y los precios del petróleo, la importante huelga automotriz, las acusaciones a Trump, la incapacidad de Joe Biden para otros cuatro años junto a la carrera de corrupción de su hijo Hunter y las investigaciones para un juicio político al Presidente, serían temas de gran interés para quienes vean el debate.
El segundo encuentro ocurre en el centro de la disputa en el Congreso por aprobar un plan de presupuesto estatal y los republicanos en la Cámara de Representantes son protagonistas con Kevin McCarthy.
Un grupo de senadores y representantes federales se niega a ceder ante el chantaje de la izquierda que mezcla dentro de los presupuestos medidas sociales con proyectos netamente partidistas y alejados de los verdaderos problemas que sufre hoy la mayoría de los estadounidenses.
Y como preámbulo de la cita republicana, la visita del presidente ucraniano a Washington, Vladimir Zelenski, para pedir más dinero. Algunos republicanos opinan que Zelenski ve a Estados Unidos y a Europa como “un gran cajero automático” y cuyo dinero se evapora en el llamado Granero del Mundo.
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