José Gregorio Martínez,
El referendo sobre el Esequibo convocado por el régimen de Nicolás Maduro para el 3 de diciembre complica la relación del chavismo sus más cercanos aliados internacionales que ven en esta jugada política interna una amenaza para la región. No es un secreto que Cuba ha defendido en esta disputa territorial a Guyana desde los tiempos de Fidel Castro y que esto no ha cambiado. Lo mismo ocurre con Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha pasado del silencio cómplice a la intromisión con un proyecto conjunto en materia de vialidad que cruza diagonalmente la zona en reclamación. Ahora, la dictadura venezolana usa esta consulta como arma política para entrampar a la oposición, pero los argumentos no se sostienen. Es la izquierda internacional la que tiene frente a este litigio una postura contraria a los intereses de Venezuela, ya que fueron los dos fundadores del Foro de Sao Paulo los que dictaron a la pauta.
Despertar el nacionalismo en torno a la figura de Maduro, acusar de “traición a la patria” a todo el que no haga campaña a favor de las cinco preguntas del referendo y, en última instancia, desatar un conflicto bélico para impedir la celebración de unas elecciones en las que el régimen no tendría posibilidades de triunfo son los objetivos reales detrás de la consulta. De eso no hay duda. Sin embargo, tampoco se pone en duda el hecho de que el Esequibo es un territorio venezolano heredado de España tras la independencia pero arrebatado mediante un arbitraje viciado, reconocido así por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que admitió el reclamo venezolano con la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966 –aún vigente– para la búsqueda de una solución pacífica al conflicto limítrofe entre las partes.
En Brasil ven a Maduro como una “amenaza militar”
Con dos guerras en el mundo, las principales potencias del continente observan con preocupación la posibilidad de que se abra en Sudamérica un tercer frente con un eventual conflicto armado entre Venezuela y Guyana. En esta dirección va el artículo del periodista Marcelo Godoy publicado este miércoles en el medio brasileño Estadão titulado “La amenaza militar que llega de Venezuela y se convierte en un dolor de cabeza para EEUU y Lula”, en el que –sin tomar distancia sobre la disputa– advierte que “en el momento en que el mundo vive las guerras en Ucrania y en Gaza y observa la amenaza china sobre Taiwán, Venezuela lleva adelante un plan para tomar el territorio Esequibo”, agregando erróneamente que se trataría de la “anexión de más de la mitad de Guyana”.
Es pertinente recordar que Venezuela mantiene un reclamo legítimo reconocido por la ONU, e incluso por Google Maps, donde el Esequibo se muestra punteado como una frontera no definida. También es propicio hacer memoria y aclarar que el chavismo prácticamente entregó este territorio a Guyana cuando Hugo Chávez era presidente y Nicolás Maduro su canciller con una larga lista de declaraciones de ambos en distintas ocasiones.
Cuando la ideología se convierte en un estorbo
Fue María Corina Machado, cuando era diputada, quien tomó la bandera de la defensa del Esequibo, pero como Miraflores estaba a los pies de Georgetown a cambio de los votos de Guyana y sus aliados de la Comunidad del Caribe (Caricom) en los organismos multilaterales, todos los debates y propuestas de la hoy candidata presidencial eran negados por la bancada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El régimen de Nicolás Maduro se enfrenta hoy a un gran dilema. La ideología se ha convertido en un estorbo para sus intereses de mantenerse en el poder despertando a lo interno un sentimiento nacionalista con sus socios históricos en la región en contra de la celebración de este referendo no vinculante sobre el Esequibo, visto como una amenaza para la paz hasta por los aliados más cercanos de Maduro.
Entre la prudencia de la oposición y los intereses de los aliados
El objetivo de la dictadura es acusar a la oposición de incumplir los acuerdos de Barbados por no defender la soberanía. Por su parte, los opositores apuestan por la prudencia de no apoyar el show armado desde Miraflores pero tampoco llamar a abstenerse de participar, ya que esto último sería darle a Maduro la excusa que busca para patear la mesa e iniciar otra persecución judicial contra los principales líderes del antichavismo de cara a las presidenciales.
A lo externo, Maduro tampoco tiene apoyo para llevar a otro nivel la disputa territorial visto por muchos como una amenaza. Salvo por el pequeño Surinam, que muy probablemente se ponga del lado de Venezuela, dado que también reclama parte del territorio bajo control guyanés, ningún otro país ha mostrado intención de respaldar a Caracas. Al contrario, Lula da Silva, el gran aliado del chavismo, tiene intereses de larga data en Guyana que no parece dispuesto a arriesgar.
Lula siempre ha estado del lado de Guyana
En noviembre de 2010, cuando estaba a punto de entregar la presidencia tras cumplir dos mandatos consecutivos, Lula dijo en un discurso de despedida que su sucesora (Dilma Rousseff) estaba dispuesta a “avanzar y ampliar la agenda bilateral con un enfoque inmediato en un proyecto hidroeléctrico en Guyana y en la pavimentación de la carretera Linden – Lethem”. Un año atrás, el Gobierno brasileño había inaugurado el puente sobre el río Tacutu, que une a Brasil con el Esequibo. Y es justo esta obra la que ha permitido la construcción de la carretera prometida por Lula en 2010, la cual une la ciudad guyanesa de Linden con la población de Lethem, fronteriza entre el Esequibo y Brasil, hasta conectar con la ciudad brasileña de Boa Vista. De esta manera Brasil logra tener conexión terrestre con Georgetown atravesando el Esequibo.
Según el Palacio del Planalto, Lula da Silva “conversó durante cerca de 30 minutos” el 16 de octubre con Nicolás Maduro sobre las elecciones presidenciales en Venezuela, las negociaciones entre Caracas y Washington y el levantamiento de sanciones a la dictadura, pero en la nota de presa de la Presidencia de Brasil nada se menciona sobre el referendo sobre el Esequibo, lo que indica que es un tema que ambos evitan tocar.
“Una huida hacia adelante”
Tampoco se puede olvidar que Fidel Castro reconocía el Esequibo como territorio guyanés y calificaba la postura de Caracas como “expansionista”, todo esto debido a su deuda con Guyana por haber servido este territorio para reabastecer a las tropas cubanas durante la guerra en Angola. Aún se sigue esperando la nota de protesta de la Cancillería chavista contra Brasilia y La Habana.
Mientras tanto, el Centro Internacional de Gobernabilidad, Desarrollo y Seguridad considera que la crisis entre Venezuela y Guyana es “una huida hacia adelante del régimen de Maduro que puede desestabilizar la región”. Una posición que sin duda planteará Brasil ante sus intereses en Guyana en caso de una aventura bélica. De Cuba tampoco esperan un respaldo incondicional en Miraflores frente a este eventual escenario.