Chile recibirá el próximo año en condiciones adversas. El aumento de la inseguridad en el país provoca la salida de capitales, así como también la fuga de sus profesionales capacitados y talentosos, que prefieren apostar a destinos más estables ante la incertidumbre que se acrecienta en la nación austral.
“El costo social de la inseguridad es inmenso. La criminalidad no solo es reflejo de un mal ambiente de negocios, sino que introduce un costo inconmensurable para profesionales y empresarios. Comienza a olerse una fuga de cerebros, es una reacción casi instantánea de personas de alta calificación”, afirma Sebastián Claro, exvicepresidente y consejero del Banco Central de Chile en El Mercurio.
Una huida masiva de profesionales chilenos es probable a corto plazo, considerando que la delincuencia se mantiene como la mayor preocupación del 59 % de la ciudadanía, así lo refleja la encuesta anual de Espacio Público. El sondeo se hizo en los centros urbanos del país: Antofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Talcahuano y Gran Santiago.
A las cifras anteriores se suman la inquietud por el desempleo (35 %) y el servicio de salud deficiente (29 %). También existe un alza en la preocupación por la pobreza respecto al año anterior, pasando de un 21 % en 2022 a un 25 % en 2023. Además, 70 % de los participantes en el estudio cree que la sociedad es más violenta hoy.
Un éxodo inédito
Probablemente, la persistencia de estas tendencias -desde 2014- provocó el comienzo del éxodo de chilenos a sólo cuatro meses de que Gabriel Boric asumiera la presidencia. De hecho, las estadísticas de movilidad de la Policía de Investigaciones (PDI) arrojan que entre 2021 y agosto del año pasado ya se contabilizan 86000 salidas sin retorno de chilenos. Es una cifra inédita al contrastarla con los registros de 2006, cuando de los 4.837.121 chilenos que salieron retornaron 4.838.263 registrando un flujo migratorio a favor de 1142. Una década después, en 2017 salieron 4.779.298 chilenos y se devolvieron 4.859.767, que significó el regreso de todos los viajeros junto a 80469 chilenos más.
Así se mantuvo en 2018. Para ese año, las salidas ascendieron a 4.945.468, pero las entradas rondaron los 5.052.642 chilenos. Sólo ese año 107.174 chilenos regresaron junto a todos los viajeros. En 2019 las salidas registradas alcanzaron los 4.863.882, pero las entradas superaron los 5.003.184 reportando un flujo migratorio a favor de 139.302. En cambio, para 2020 las cifras se ubicaron en 1.430.027 chilenos que salieron y retornaron 1.515.666. Este último año trajo de vuelta a 85639 chilenos.
Daño a la economía
El temor a un secuestro, una encerrona o hasta un asalto a mano armada, que se han convertido en prácticas cada vez más comunes en suelo austral, potencia la migración de chilenos e impacta sobre la economía, la cual arroja una pérdida anual del PIB de 2065 millones de dólares (0,9% del PIB total), tal como se demostró en 2022, la cual se asocia al aumento de delitos.
“El drama de la delincuencia es que es altamente regresiva”, indica Leonardo Hernández, director alterno del Centro Latinoamericano de Estudios Sociales (Clapes). El experto enfatizó que “la consecuencia es una menor productividad y por ende menor crecimiento. Si le sumamos que por la delincuencia hay menos interés en invertir en Chile, el efecto es doble: menos capital humano y físico”.
El desincentivo ya es una realidad. Sólo en el primer semestre de este 2023 salieron del país 2.785 millones de dólares asociados a capitales de hogares y empresas no financieras. El monto duplica a los 1.297 millones de dólares que emigraron antes del estallido del 18 de octubre en 2019.
Armando un plan B
Otros datos revelan las andanzas de los chilenos en medio de la incertidumbre nacional. Según el último estudio de Zillow, la inversión de chilenos en el mercado inmobiliario de Estados Unidos creció 400 % en 2022, mientras que la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Estados Unidos (NAR, por sus siglas en inglés), indica que el año pasado el 3 % del total de la inversión en Miami, Florida, correspondía a chilenos, igualando el porcentaje de penetración de Reino Unido.
Las inversiones más solicitadas son terrenos ubicados en Hollywood Beach, Fort Lauderdale y Delray beach de al menos 1000 metros cuadrados, cuyo valor alcance los 22000 dólares con una plusvalía del 10 % anual.
Un panorama que también confirma Asociación de Agentes Inmobiliarios de Miami. De acuerdo con sus balances, hay un sólido retorno de los compradores chilenos, tras representar el 25 % de las negociaciones de bienes raíces, en comparación con 2021, totalizando transacciones de más 9000 propiedades en el sur de Florida.
“En Chile, se tiene mucho conocimiento sobre la economía segura de los Estados Unidos. Ideal para invertir sus ahorros. No sólo en departamentos, sino también en terrenos denominados de engorda que requieren una baja inversión y tiene una alta plusvalía”, cuenta Alan Ferszt, gerente y fundador de la inmobiliaria Owny. Es una señal clara de la búsqueda de un destino en caso de la profundización de la crisis nacional es evidente.