Finalmente llegó el esperado anuncio de Luis Caputo, el ministro de Economía de Javier Milei. Aunque no se trata de un plan económico general en sí, es un anuncio que significa un primer paso en la dirección correcta.
Con más tranquilidad explicando que leyendo (a la hora de transmitir los conceptos y detallar la situación desde lo general, se le vio mejor que cuando leía los puntos concretos, donde estuvo más nervioso) Caputo dio una clase precisa sobre la problemática de fondo de la Argentina. Con ejemplos claros para todo el país que estaba escuchándolo, el ministro de Economía de Milei explicó que las problemáticas de la deuda, el dólar o la inflación, no son más que los síntomas y manifestaciones del drama que subyace de fondo: el déficit fiscal. En este sentido, resaltó que hasta que el Estado argentino no corrija sus cuentas, no hay ninguna posibilidad para salir del desastre.
En el enunciado de Caputo, el ministro comenzó reiterando los primeros recortes que ya fueron dados a conocer por el vocero Manuel Adorni. Allí destacó que se terminará por un año con la pauta oficial para los medios de comunicación y que se reducirán los ministerios nacionales y secretarías. También brindó más detalles sobre algo que había adelantado esta mañana la vocería: no serán renovados los contratos en el Estado que fueron dados de alta durante el último año de Alberto Fernández. En este sentido, Caputo hizo referencia a la actitud de las gestiones salientes, que dejan en el Estado a sus partidarios, como devolución de gentileza política.
La información que más atención se llevó fue la del nuevo valor del “dólar oficial” a 800 pesos. Aunque muchos medios lo anunciaron como una “devaluación”, lo cierto es que si el dólar libre se ubica por encima de los 1000, todo lo que esté por debajo de ese número es más un “sinceramiento” que una devaluación. Seguramente, la iniciativa tenga como principal destino el incremento de las exportaciones, que sin dudas traerán algo de recursos a un fisco que quiere encontrar su camino a la sustentabilidad sin recurrir a la emisión monetaria.
También se reducirán los subsidios al transporte y la energía, por lo que ya comenzaron las dudas y las especulaciones sobre los próximos valores. Para compensar a las personas de menores recursos, se duplicará la Asignación Universal por Hijo y que se incrementará en un 50% el Plan Alimentar.
“El estado mantiene artificialmente precios bajísimos a través de subsidios. La política siempre engaña a la gente haciéndole creer que le pone plata en el bolsillo a la gente, pero los argentinos ya se dieron cuenta esos subsidios se pagan con inflación. Lo que se regala en el boleto, se paga en el supermercado”.
También se reducirán las transferencias discrecionales a las provincias y, como anunció Milei en campaña, el Estado dejará de destinar recursos para la obra pública, que será desarrollada a nivel nacional desde ahora por el sector privado.
Una noticia positiva es la eliminación de la SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina), por lo que las mismas ya no serán autorizadas por el gobierno, sino que se harán libremente por los agentes privados. El Estado se limitará a llevar el registro estadístico.
Como indicamos, esto no es un programa económico ni el plan para salir de la crisis. Solamente una serie de medidas como para comenzar a administrar la complicada transición hacia el equilibrio fiscal. Hay mucho por hacer y por comunicar hacia adelante.
Apenas trascendió el anuncio, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, manifestó en sus redes sociales que los primeros anuncios por parte de la gestión de Milei se tratan de “un importante paso para restablecer la estabilidad y reconstruir el potencial económico” de Argentina.