JAIME FLÓREZ,
No existe el voto hispano. Los hispanos, por toda una serie de razones, no votan en bloque. Porque sus prioridades no son necesariamente las mismas, los puertorriqueños, por ejemplo, votan de manera casi diametralmente opuesta a los de origen mexicano, cuando el tema en cuestión es, como lo ha sido en anteriores ciclos electorales, el de naturaleza migratoria. Sin embargo, como lo vienen señalando recurrentemente las encuestas, en las elecciones que se avecinan este no será uno de los asuntos fundamentales.
El tema migratorio, que es una cosa y pude parecerse, aunque no es cabalmente el tema fronterizo. Veamos: una cosa es la reforma migratoria, urgente desde hace años, que el presidente Obama prometió y que como muchas de las promesas que han hecho los Demócratas a los hispanos, todavía está por cumplirse, y otra cosa es la crisis fronteriza, de suma urgencia, y que es el resultado directo de las promesas de campaña de Biden, en el sentido de que se permitiría la entrada indiscriminada a los Estados Unidos de todos aquellos que llegaran a nuestras fronteras, acompañada por el contenido de más de 90 órdenes ejecutivas que el recién llegado mandatario impartió, con el fin de revertir las políticas que surtieron efecto durante la pasada administración, tales como la construcción del muro fronterizo, y la exitosa política de “permanecer en México.”
Esto, reforzado por una serie de políticas orientadas a reducir la capacidad de las autoridades fronterizas de cumplir con su deber y los obstáculos que el gobierno federal ha querido imponer a los gobiernos estatales para que no puedan contener el flujo de inmigrantes indocumentados, ha provocado el desastre humanitario que conocemos y que ya trae consecuencias financieras gravísimas a los gobiernos municipales, condales y estatales, no solo de las regiones fronterizas sino del país entero. Además, obviamente, del flujo desmesurado de drogas ilegales y el incremento evidente de las tasas de criminalidad.
De una manera general, los hispanos favorecen políticas migratorias que permitan el ingreso y la formalización, ordenada y legal, de inmigrantes a los Estados Unidos, y, en consecuencia, no están de acuerdo con que hayan cruzado la frontera ilegalmente más de ocho millones de personas, que están siendo objeto de beneficios que nunca recibieron los que entraron dentro del marco legal, y retrasarán sensiblemente los procesos burocráticos de los que sí cumplieron con las leyes, llenaron debidamente sus formularios y pagaron los derechos correspondientes para tener acceso a vivir legalmente en los Estados Unidos.
De todas maneras, y dada la penosa situación económica por la que estamos atravesando, no es de sorprender que las encuestas demuestren que los temas más importantes para los hispanos, de cara a las elecciones del 2024, serán la inflación y la manera como la agenda económica de Biden y los Demócratas está afectando sus bolsillos. No es que el tema migratorio ni el de la seguridad fronteriza no importen, aparecen en sexto lugar en el sondeo en cuestión, sino que otros han adquirido mayor relevancia en los tiempos actuales, entre ellos el crecimiento de las tasas de criminalidad y la asequibilidad de las viviendas, temas en los que Biden ha fracasado rotundamente. Hace apenas un año, el 60% de los hispanos aprobaban el desempeño de Biden como presidente. Por estos días, como resultado de sus fracasos, su índice de aprobación entre los hispanos está en 47%, y el de desaprobación en 44%. Y esto es en una encuesta de la firma BSP Research, abiertamente vinculada al partido Demócrata y cuyo cofundador, Matt Barreto ha conducido encuestas separadamente para candidatos presidenciales Demócratas.
La más reciente encuesta de CNN muestra que “Biden, que comenzó el año con un índice de aprobación laboral del 45%, desde entonces ha visto cómo sus cifras se erosionan aún más. En las encuestas realizadas entre marzo y principios de noviembre, aproximadamente 4 de cada 10 aprobaron. En la última encuesta, su índice de aprobación de su trabajo es del 37%, con un 63% de desaprobación”. Sólo el 42% de los latinoamericanos aprueba ahora su desempeño laboral. De hecho, la desaprobación hispana hacia Biden ha aumentado 10 puntos porcentuales cada año, frente al 40% en septiembre de 2021, según datos de Pew Research publicados en junio pasado.
Otra encuesta reciente, esta conducida por la Iniciativa LIBRE, organización nacional dedicada a empoderar a la comunidad hispana, concluyó que los latinos sienten que algo anda profundamente mal en la economía. Casi cuatro de cada cinco hispanos tienen una visión negativa de la economía, y el 71% dice que el país va por el camino equivocado. Profundizando un poco más, el 84% dice que la inflación ha perjudicado su calidad de vida. La misma encuesta demuestra que las actitudes pesimistas frente a la economía en los Estados Unidos prevalecen más entre los votantes más jóvenes. Cuando se les pregunta si están de acuerdo en que el país está decayendo y que sus hijos tendrán oportunidades más limitadas, era de esperarse que el 70% de los hispanos en edad de jubilación estuviera de acuerdo, pero sorprende que un notable 85% de los que tienen entre 18 y 34 años, coincidan con ellos. Eso significa que seis de cada siete votantes latinos jóvenes piensan que el país está decayendo.
Una vez más, la manera como voten los hispanos será definitiva en las próximas elecciones, y es un hecho irrefutable que un porcentaje significativo de votantes de origen latino han venido cambiándose de Demócratas a Republicanos, porque se cansaron de que los dieran por descontados y les hicieran promesas que no les cumplieron, y porque se dieron cuenta de que se alinean mucho más con los principios y valores del Partido Republicano, en lo que tiene que ver con familia, libertad, patria, modelo económico, fe y educación de nuestros hijos. La proporción de votantes hispanos en estados cruciales va a ser determinante en el resultado del proceso electoral del 2024 y contribuirá significativamente a decidir en manos de cuál de los dos partidos quedarán la Casa Blanca y las mayorías tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.