La revista Radio Science and Technology se convirtió en la vitrina para que científicos chinos expusieran cómo desarrollaron la capacidad de utilizar radares de otros países para beneficio del gigante asiático. En detalle, explican que podrían utilizar las señales emitidas por radares en buques de guerra o incluso aviones de alerta temprana de otros países, para rastrear buques de carga en alta mar. Solo necesitan “una computadora portátil y una antena pequeña”.
“Nuestro sistema funciona bien para objetivos que se mueven lentamente en el mar”, afirmaron equipos de Universidad de Aviación Naval del ejército y de la Universidad de Yantai. Lo cual guarda relación con lo que preveía el Pentágono de acuerdo con documentos que se filtraron el año pasado. Es decir, desde el Departamento de Defensa estadounidense eran conscientes de las capacidades que estaba analizando Pekín para “secuestrar” satélites extranjeros.
La única diferencia entre la información en manos del Pentágono y el anuncio de científicos chinos, es que los primeros se referían a satélites fuera de la Tierra, y los segundos, mencionan la interrupción de radares en aguas oceánicas. Pero sea cual sea la modalidad, el fin parece ser el mismo: interceptar señales. Un recurso útil en caso de conflictos geopolíticos como el que se desarrolla en el mar Rojo por el asedio de terroristas hutíes contra barcos extranjeros, o como las tensiones contra Taiwán por las recientes incursiones de Pekín en las aguas que lo separan de la isla.
Nuevo nivel de guerra electrónica
Respecto a la situación provocada por los terroristas yemeníes y que tiene en vilo el transporte mundial de petróleo y de gas, el South China Morning Post plantea un escenario interesante: “Imagínese a los hutíes en Yemen atacando buques de carga con drones o misiles. Estados Unidos podría culpar a Irán por transmitirles esa información de inteligencia sobre los barcos, pero ¿qué pasaría si los hutíes realmente estuvieran utilizando las señales de radares estadounidenses?”.
La duda no es descabellada y de ser posible, el mundo estaría ante un nuevo nivel de guerra electrónica gracias a herramientas que caben en un maletín. De por sí, en los últimos años el gigante asiático se ha esforzado por lograr avances tecnológicos que le permitan tener un arsenal mucho más robusto y estratégico con el fin de superar al de Estados Unidos.
Prueba de eso es la construcción de su enorme estación espacial Tiangong, sus planes de lanzar un vuelo tripulado a la Luna antes de 2030 con la intención de levantar viviendas en ese satélite, la exploración del centro de la Tierra y todo un abanico de proyectos que vistos en conjunto, retratan a la perfección los planes del dictador Xi Jinping. Mientras tanto, al gobierno demócrata de Joe Biden le exigen atención y firmeza para poner límites a dicho país. Sin embargo, si algo ha demostrado el mandatario es la debilidad de su política exterior.
Volviendo al tema de los hutíes —grupo aliado del régimen iraní, el cual es a su vez amigo de China—, estos se están poniendo más exigentes con el pasar de los días. En las últimas horas pidieron a barcos que pasen por las costas de Yemen, identificarse en caso de no tener relación con Israel. Si estos contaran con el desarrollo que lograron los científicos, el escenario en las aguas del mar Rojo podría complicarse.