Tom Rees,
Un economista del mercado laboral galardonado con el Premio Nobel ha advertido a las generaciones más jóvenes de que no se amontonen estudiando asignaturas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés), ya que, según afirma, las habilidades “empáticas” y creativas pueden prosperar en un mundo dominado por la inteligencia artificial (IA).
Christopher Pissarides, catedrático de Economía de la London School of Economics, afirmó que los trabajadores de determinados empleos corren el riesgo de sembrar sus “propias semillas de autodestrucción” con el avance de la IA, que acabará ocupando esos mismos puestos en el futuro.
Aunque Pissarides es optimista sobre el impacto general de la IA en el mercado laboral, expresó su preocupación por aquellos que cursan asignaturas STEM con la esperanza de aprovechar los avances tecnológicos. En su opinión, a pesar del rápido crecimiento actual de la demanda de competencias STEM, los empleos que requieren competencias presenciales más tradicionales, como la hostelería y la sanidad, seguirán dominando el mercado laboral.
“Las habilidades que se necesitan -para recopilar los datos, cotejarlos, desarrollarlos y utilizarlos para desarrollar la siguiente fase de la IA o, más concretamente, para hacer que la IA sea más aplicable a los puestos de trabajo- harán que las habilidades que se necesitan en la actualidad queden obsoletas, porque serán las que hagan el trabajo”, dijo en una entrevista.
“A pesar de que se ve un crecimiento, todavía no son tan numerosos como podría ser necesario para tener puestos de trabajo para todos esos graduados que salen con STEM porque eso es lo que quieren hacer”. Y añadió: “Esta demanda de estas nuevas habilidades contienen sus propias semillas de autodestrucción”.
La popularidad de las asignaturas STEM, como la informática, se ha disparado en los últimos años, ya que los estudiantes esperan ser más empleables en el futuro mundo laboral. El rápido auge de la IA podría transformar las competencias necesarias para los trabajadores, ya que hace que algunas tareas y funciones queden obsoletas.
Sin embargo, a largo plazo, es probable que las capacidades de gestión, creatividad y empatía, como la comunicación, la atención al cliente y la asistencia sanitaria, sigan siendo muy demandadas, ya que son menos sustituibles por la tecnología, en particular la IA.
Cuando se dice que la mayoría de los empleos serán trabajos que implicarán atención personal, comunicación y buenas relaciones sociales, la gente podría decir: “Dios, ¿es eso lo que nos espera en el futuro?”, afirma Pissarides. “No deberíamos menospreciar estos empleos. Son mejores que los trabajos que hacían los que terminan la escuela”.