Marcelo Duclos,
Para respaldar una tesis que establezca una conexión específica entre una causa y su efecto, es esencial que la hipótesis pueda resistir intentos de refutación. En medio del caos desatado por bandas criminales en Ecuador en las últimas horas, el populismo ha aprovechado la situación para argumentar en contra de la propuesta de dolarización presentada por Javier Milei en Argentina. Ahora, tanto el kirchnerismo como el petrismo buscan asociar el uso de la moneda estadounidense con actividades como el lavado de dinero y el narcotráfico.
Es curioso que desde la izquierda colombiana, luego de la larga historia de los carteles de la droga en ese país, se plantee esta relación tirada de los pelos. “¿Por qué Ecuador está tomado por el narcotráfico? Porque dolarizó la economía”, dijo sin ponerse colorado Gustavo Bolívar. En su básico argumento, el excandidato a la alcaldía de Bogotá dijo que el fenómeno se vincula necesariamente con la no necesidad de cambiar el dinero a divisa internacional. Sería interesante preguntarle al hombre de Gustavo Petro si la utilización del peso colombiano desincentivó en algún momento a alguno de los narcotraficantes de la talla de Pablo Escobar.
¿Propondrá entonces Bolívar, por ejemplo, que se elimine el euro para fortalecer la lucha europea contra el narcotráfico? Según su premisa, es lo que debería hacer.
Juan Monteverde, representante de Ciudad Futura (una facción del kirchnerismo en la provincia de Santa Fe), compartió una perspectiva similar. Desde sus plataformas sociales, expresó: “Si añadimos la dolarización propuesta por Milei a las actuales zonas de autogobierno de las mafias que estamos sufriendo, el problema se multiplicará exponencialmente, volviéndose prácticamente irresoluble”. Aquí, la falacia se hace aún más evidente. La gravedad del problema del narcotráfico en Santa Fe llevó al gobernador de la provincia a trasladar a su familia a otro lugar debido a las amenazas recibidas. Sin embargo, la radicalización de la violencia narco en Santa Fe no solo ocurrió en una economía con banco central, sino también durante los años de control de cambios del kirchnerismo. En otras palabras, ni una economía dolarizada ni los lugares con moneda convertible ni los países con restricciones cambiarias han detenido a los narcotraficantes.
Sin embargo, sí existen dos relaciones directas en el marco de este debate. No tienen nada que ver con el caos y la dolarización, pero sí con la existencia del narco y con las intenciones de los políticos populistas.
Por un lado, lo primero que se puede advertir es que lo único que explica el poderío y la vigencia de los narcotraficantes es la histórica y fracasada “War on drugs” que impulsó Estados Unidos. A pesar de haber conseguido los mismos fallidos resultados que la “Ley seca”, a diferencia de aquella, se ha insistido con la cuestión de la prohibición de las drogas. Ahora, ¿todos los países que prohíben la venta o el consumo caen bajo el poder narco? No, pero lo cierto es que la prohibición sí garantiza que el problema no se pueda erradicar de raíz. Ni siquiera en los que aplican severísimos castigos, como la misma pena de muerte.
A mayor corrupción y menor estabilidad institucional, el narcotráfico, que afecta a todos los países del mundo, genera más problemas. Sin embargo, ni Estados Unidos, con la multimillonaria y poderosa DEA está en condiciones (ni lo estará nunca) de terminar con el problema. Si buscan una relación de causa y efecto los petristas y kirchneristas, esta es la que podrían hacer como para comenzar a sincerar el debate.
También existe otra relación, que ya no tiene que ver de manera directa con el narcotráfico. Detrás de cada político populista que defiende la “soberanía monetaria” como una cuestión de vida o muerte, existe una persona deseosa de servirse de los beneficios de la máquina de imprimir billetes. Esta relación sí que no falla en ningún caso.
La dolarización en Ecuador fue todo un éxito. Su mayor logro, aunque sea contrafáctico, fue sin dudas el relativo daño y la salida de Correa del poder democráticamente. Con la máquina de imprimir sucres, el daño que hubiera hecho este hombre a su país hubiera sido, en el mejor de los casos, similar al kirchnerismo. En el peor, la tragedia venezolana del chavismo.
Pero para ver el desempeño de esta regla monetaria, que no es más ni menos que eso, hay que mirar un dato nada más. En 2023, la inflación ecuatoriana fue del 1,35 %. En la Colombia de Petro fue del 9,28 %, después del 13,1 % del año anterior. ¿Qué desempeño tuvo el peso argentino el año pasado, con el modelo que defiende el kirchnerismo? Aunque se está por publicar el dato de diciembre, el número final rondaría por el 200 %.