SONIA SCHOTT,
Desde los primeros resultados electorales que convirtieron a Donald Trump en un claro ganador, el expresidente debe sentirse más seguro que nunca de que su partido lo nominará.
Si bien la salida del exgobernador Ron De Santis, de la carrera por la nominación republicana, le añadió impulso a las pretensiones de la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, para vencer a Donald Trump, la pregunta es ¿cuánto durará el momento?
El porcentaje de estadounidenses que se declaran independientes se encuentra en máximos históricos, según los sondeos de Gallup de diciembre pasado, y si bien los votantes republicanos piensan que Trump es su mejor opción en noviembre, entre los independientes, Nikki Haley está mejor posicionada para vencer al presidente Joe Biden, en la contienda por la Casa Blanca.
La encuestadora RealClearPolitics sugiere que Haley aventaja al presidente Joe Biden por 4 puntos, mientras que Trump solo por 2 puntos.
Pero los índices de desaprobación entre Trump y Biden, no están tan distantes. Los datos de FiveThirtyEight le dan a Biden un 55,5% de rechazo y a Trump el 56%.
Para Gallup, los estadounidenses no están contentos con la dirección general del país y “solo 1 de cada 5 dijo estar satisfecho”. El pesimismo se muestra en importantes ámbitos como la inmigración, la seguridad, la política exterior y la economía, a pesar de que es casi seguro que Estados Unidos evitara una recesión.
De hecho, el demócrata tiene el índice de aprobación más bajo que cualquier otro presidente desde Harry S. Truman (1945-1953).
Otras conclusiones destacan que hay “menos confianza en las instituciones, que han sido los pilares de la sociedad y la democracia estadounidenses” según Gallup.
Muchos argumentarían que Estados Unidos no es una democracia pura sino una república constitucional pues, en La Carta Magna, nunca se menciona la palabra democracia.
La historia cuenta que James Madison, antes de la Convención Constitucional (1787), leyó mucho sobre las democracias fallidas, llegando al convencimiento de que se debían evitar porque sucumbían fácilmente al gobierno de los demagogos y las turbas.
“Madison estaba convencido de que las democracias directas desataban pasiones populistas que superaban la razón fría y deliberativa, apreciada sobre todo por los pensadores de la Ilustración”, según un artículo de Jeffrey Rosen, publicado en 2018 por The Atlantic.
En realidad, las elecciones estadounidenses son un proceso largo que empieza con los partidos políticos de cada estado que eligen listas de electores potenciales en algún momento antes de las elecciones generales; luego durante las elecciones generales, los votantes de cada estado seleccionan a los electores de su estado emitiendo sus votos.
El objetivo es promover los compromisos políticos entre diferentes puntos de vista a través de concesiones negociadas buscando incluir los derechos de las minorías.
Una vez más Estados Unidos se juega en estas elecciones un nuevo rumbo a seguir.
A pesar de que los primeros resultados desde Iowa convencieron a Donald Trump, de ser el claro ganador de todos los procesos electorales, existen varios ejemplos donde candidatos ganaron en ese Estado, pero no la nominación de su partido como: el senador, Ted Cruz, en 2016, Rick Santorum, en 2012 o George H.W. Bush, en 1980 y, es que la política es impredecible.
Toda la campaña republicana podría cambiar drásticamente si Trump fuera declarado culpable en uno de los muchos juicios que enfrenta este año, o si la Corte Suprema de Estados Unidos dictamina que no puede postularse para la presidencia por su presunta participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 aunque la salida de los rivales de Trump convirtiendo la batalla en un duelo de dos (Haley versus Trump) le añade un nuevo interés.
Todavía faltan seis meses para el día de la elección por la nominación y en ese tiempo puede que se haya resuelto el mayor interrogante sobre las elecciones presidenciales de noviembre.
Actualmente, Trump es el único candidato con un apoyo generalizado porque el partido considera que es quien tiene todas las posibilidades de derrotar a Biden.
En cuanto a Biden, parece creer lo contrario. Cree que su mejor oportunidad de ganar un segundo mandato es tener a Trump como rival republicano.
En todo caso, el candidato de los votos y las donaciones en el Partido Republicano es sin duda, Trump.