Omar González,
Al régimen de Maduro se le está acabando la plata. Desde hace mucho tiempo la crisis en la fluidez de caja es más que evidente en el seno del oficialismo venezolano.
Hace mucho –pero mucho tiempo– se terminó aquello de los petrodólares y la capacidad de reacción económica del régimen venezolano se vino al piso.
Sin embargo, ahora se viene la peor etapa para los ocupantes de Miraflores, pues no tienen plata ni de dónde sacarla para seguir financiando el régimen de oprobio que encabezan.
Se les trancó su flujo, y por tal razón andan desesperados, a tal punto que anunciaron el cese de exoneraciones tributarias en toda Venezuela, para ver si consiguen liquidez.
Maduro ya sabe que las sanciones reaparecerán si no echa para atrás las medidas asumidas por su despacho en detrimento a los Acuerdos de Barbados; por esa razón es que se le aplica aquel refrán de “o brinca o se encarama”.
Maduro necesita con urgencia dinero y por ende hará todo lo que esté a su alcance para conseguirla.
Crearán más impuestos, perseguirán fiscalmente a tirios y troyanos; venderán todo aquello que puedan vender, para así oxigenar su esquema clientelista de poder y compra de conciencias de políticos sin moral.
Ese afán se constata en la proliferación de candidatos fabricados por el propio chavismo con el propósito de dividir, confundir y generar una sensación democrática en el país.
Maduro sin recursos para montar su esquema proselitista habitual, sólo pretende crear las condiciones de unas “elecciones controladas”, es decir, cercenar los derechos políticos de María Corina Machado, competir contra seudo-opositores y asegurarse una elección bajo presión, falsedades y manipulaciones.
Pero, hagan lo que hagan, eso no les funcionará porque esa opción es un callejón sin salida, como cualquier otra que asuman, pues al régimen venezolano se le agotó el esquema y el margen de maniobra, en pocas palabras, tienen el sol en la espalda.
Y mientras ellos se quedan sin plata, sin gente y sin opciones; en este lado María Corina Machado sigue creciendo en apoyo popular y en respaldo dentro y fuera de las fronteras nacionales.
Mientras ellos se desesperan y solo les queda la violencia como el último recurso, los demócratas consolidamos la Gran Alianza Nacional (GANA) en todos los rincones de Venezuela.
Esto está cantado, Nicolás Maduro está fuera –solo esperan que se cumpla el período– ya tienen la fecha de vencimiento marcada en el rostro.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.