OMAR ESTACIO Z.,
Míster, Matthew Miller, ha advertido que el próximo 18 de abril, Estados Unidos no renovará la Licencia General 44, que le había brindado alivio al embargo de los sectores petroleros y gasíferos venezolanos. Es la respuesta del señor Biden a la obstinación del Presidente paria, por aferrarse a la, ilegal, inmoral y para nosotros, cobardona inhabilitación política de María Corina Machado.
El portavoz del State Department, referido al comienzo, lamentó que tal medida obligue a PDVSA ¡otra vez! a vender con considerables descuentos, sus barriles de crudo a los legitimadores internacionales de dinero sucio. Tales gangas, de veras, atentan contra las necesidades elementales de los venezolanos.
En eso de cómo sobrevivir o ganarse el pan nuestro de cada día, cada persona o grupo de estas, hacen de sus camisas un sayo.
Antes del actual boom del narcotráfico, el mejor negocio del mundo era la explotación petrolera bien administrada y el segundo mejor negocio del mundo, también le correspondía a la explotación petrolera aunque, mal administrada.
La vergonzosa corrupción administrativa que existía en Venezuela, tenía una tarifa plana: los funcionarios públicos deshonestos, que siempre los hay, exigían para sí, el 10% del monto de toda contratación con el Estado. Los costos de una carretera, de un hospital, escuela o de cualquier otro contrato se elevaban en proporción a tales sobornos. Por lo menos las obras se construían o el respectivo servicio se le prestaba al gentío.
Todo cambió a partir del 23 de enero de 1999 al tomar el Poder la caterva de mal queridos sociales y morales, que se lo llevan todo, a cambio de nada, porque son incapaces de hacer o construir ni un pepino.
Los blanqueadores del dinero sucio del narcotráfico devengan el 10% del capital que legitiman. Gente “decente”, comparados con los lavadores basados en Rusia, China, Turquía, la India, que se prestan para que, quienes usurpan el Poder en Venezuela evadan los embargos de la temible OFAC adscrita a la Tesorería de los EEUU.
El propio Miller, lo ha confirmado: La tajada alcanza al 40% de las facturas de PDVSA y aquí llegamos adonde no quisiéramos haber llegado: El señor Biden y su referido vocero no saben nada. Los integrantes del gobierno gamberro de Venezuela, en lugar de sufrir, gozan un barril y parte del otro con sus supuestos castigos. Veamos:
A raíz de los nefastos acuerdos de Barbados que aliviaron las sanciones, PDVSA se ha visto obligada a registrar sus ingresos en la banca internacional y desde esta última, es relativamente sencillo seguirle el rastro a cada dólar.
Por el contrario, una vez que se concreten las amenazas de mister Miller y se restituyan los embargos mencionados, PDVSA regresará a sus andanzas: realizar sus transacciones en el oscuro submundo del dinero sucio, lo que le acomoda, perfecto, para que sus latrocinios no dejen huellas.
Un mancebo apellidado Nassif, 36, es el nuevo émulo del “embajador” Saab. Ha distribuido y volverá a redistribuir ese botín del 40% entre el alto funcionariado RoboLucionario y los respectivos lavadores. ¿Testaferro, repartidor del producto del crímen y además galán? Hay que compadecerlo. No es sacrificio de poca monta, mantener feliz a la compinche, carcamal y Mesalina (El furor, es por los dólares, favor no pensar mal).
El apremio del supuesto baladrón que emplazó a los yanquis a reponer ¡de inmediato! “las sanciones de miérd…coles”, no obedeció a ningún arresto antiimperialista, sino a la comezón, picazón, a la urticaria, pura y dura -como su consanguínea- por seguir raspando la olla.
¿Y los dólares para los dolientes y sufrientes venezolanos? Pues lo mismo. Pa´ la miérd…coles. Con o sin sanciones.