A lo largo de la historia, hemos tenido líderes que han sido considerados dictadores debido a su autoritarismo, control absoluto del poder y violaciones a los derechos humanos.
Algunos ejemplos incluyen a Adolf Hitler, cabeza de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, responsable de la muerte de millones de personas, incluido el genocidio de seis millones de judíos en el Holocausto.
También podemos mencionar a Josef Stalin, timonel de la Unión Soviética durante gran parte del siglo XX, conocido por su régimen represivo, purgas políticas y colectivización forzada, que resultaron en la muerte de millones de personas.
En ese mismo listado no podemos prescindir de Benito Mussolini, líder fascista de Italia durante la Segunda Guerra Mundial, quien estableció un régimen autoritario y colaboró estrechamente con Hitler.
Asimismo, Francisco Franco, el dictador español, gobernó el país ibérico desde el final de la Guerra Civil Española en 1939 hasta su muerte en 1975, imponiendo un régimen autoritario conocido como el franquismo.
Entretanto, en el hemisferio occidental hemos tenido a Fidel Castro y Hugo Chávez, dos dictadores que, bajo la premisa de redistribuir la riqueza entre sus pueblos, terminaron empobreciéndolos más, en medio de dictaduras que han perseguido y encarcelado a sus opositores. Además, hay crímenes de lesa humanidad que se les atribuyen a ambos.
Petro, Castro y Chávez
En un video revelado por el canal Univisión, Petro confirmó su estrecha relación con Fidel Castro, tras afirmar que era uno de los principales aliados del extinto grupo guerrillero M-19, al que perteneció quien hoy se sienta en la silla presidencial en el Palacio de Nariño en Bogotá.
En esa entrevista, que se convirtió en un documento de singular importancia, el exguerrillero relató sin sonrojarse cómo Castro fue clave en las acciones terroristas llevadas a cabo por ese grupo al margen de la ley en todo el país.
“Fidel Castro ayudó al M-19 en muchas de sus intervenciones en Colombia. Incluso, hay que decirlo, en Cuba se entrenaron tropas del M-19, [lo] que separó al gobierno cubano del gobierno colombiano. Se rompieron las relaciones”, indicó Petro.
Por otra parte, ha sido evidente la cercanía del mandatario colombiano con el difunto Chávez y el dictador actual de Venezuela, Nicolás Maduro.
De Chávez se dice que él siempre recordaba, con complacencia, la celebración de sus 40 años que le organizó el movimiento Juventud Trabajadora de Colombia (JTC), en su primer viaje a Bogotá en 1994.
De hecho, Chávez solía expresar su agradecimiento al entonces representante a la Cámara Gustavo Petro, hoy presidente, por sus constantes invitaciones para visitar a Colombia, cuando el expresidente venezolano Rafael Caldera le dio un indulto.
Los registros históricos indican que, a través de llamadas constantes, cartas y faxes que le enviaba Petro, éste logró que Chávez aceptara una invitación por parte de la Fundación Cultural Simón Rodríguez.
Para ese viaje, Petro y su camarada exguerrillero del M-19 y hoy concejal de Bogotá, José Cuesta Novoa, lograron conseguir que la JTC asumiera costos como hospedaje, alimentación y tiquetes aéreos. Hay una foto de ese encuentro.
Petro acompañó a Chávez en un recorrido por la carrera Séptima de Bogotá antes de la primera reunión con los presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente del 91 Antonio Navarro Wolf, Horacio Serpa y Álvaro Gómez. Hablaron de los sueños del Libertador y de la posibilidad de construir un país que tuviera como bastión la justicia social.
Amigo de Maduro
En cuanto a Nicolás Maduro, la relación de Petro con el gobernante venezolano ha sido muy cercana. Desde que asumió la presidencia de Colombia, Petro se ha reunido con Maduro en unas siete ocasiones.
En uno de los tantos encuentros, Petro y Maduro suscribieron acuerdos para restablecer las relaciones diplomáticas de los dos países. Armando Benedetti fue nombrado embajador de Colombia en Venezuela, con la propuesta de reabrir varios consulados en suelo venezolano para atender a la diáspora colombiana que todavía queda en ese país, incluyendo a los hijos de colombianos nacidos en Venezuela.
En tiempos actuales, Petro ha mantenido silencio ante la inhabilitación por 15 años que pesa contra María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, quien, según las encuestas, si hoy se realizaran las elecciones presidenciales, sería elegida para dirigir el destino de Venezuela, por un amplio margen frente a Maduro. Petro tampoco ha rechazado las constantes violaciones a la democracia en su país vecino.
Temores
Desde el momento en que Petro se postuló para la presidencia, se escucharon innumerables voces de alerta sobre lo que podría sobrevenir en Colombia si el exguerrillero del M-19 llegaba al poder.
Expresidentes, senadores, representantes, líderes políticos y activistas, entre otros, encendieron las alarmas, poniendo en contexto una posible dictadura como las de Cuba, Venezuela o Nicaragua.
En días recientes, una entrevista al exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa puso un nuevo ingrediente a los temores que persisten entre un grueso número de colombianos.
Peñalosa habló con la periodista Vicky Dávila, directora de la Revista Semana, y volvió a colocar sobre la mesa la posibilidad de que en 2026, o previo al debate electoral, el presidente Petro busque los mecanismos para seguir en el palacio de gobierno.
“A él le gusta mucho el show internacional, ojalá yo me quede como un loquito equivocado. Soy petrólogo, lo conozco hace muchos años, he leído sus libros muchas veces y él no tiene la más mínima intención de terminar su periodo en cuatro años”, manifestó el exalcalde.
De acuerdo con Peñalosa, la fórmula de Petro para continuar en el poder sería “con presión en las calles” para desautorizar la legitimidad de las instituciones. “Él genera un desorden tan grande que es posible que diga que es necesario poner restricciones a las libertades democráticas”, afirmó.
En su concienzudo análisis, el exmandatario bogotano esbozó que “él [Petro] es el primer interesado en generar desorden; quiero que escuchen los discursos de Petro desde el primer día, permanentemente dice que hay que ir a la calle”.
Por otra parte, Peñalosa expresó que no hay que perder de vista quiénes apoyan al presidente, entre lo que se cuentan, según dijo, “muchas personas violentas”.
También manifestó que en el marco de la Constitución, Petro no tiene posibilidades, y que el Congreso no le permitirá “jugar con eso”.
Cuando Dávila le preguntó, cuál sería la vía para perpetuarse en el poder, Peñalosa respondió que con un “modelo muy parecido al de Nicolás Maduro”, quien desconoce las instituciones y se ha sostenido en el poder.
“Tenemos que estar alerta, ojalá yo me equivoque (…) ¿Por qué no ha condenado Petro nunca las violaciones flagrantes de la democracia, de Maduro, como inhabilitar a [María] Corina Machado?, ¿por qué no lo condena? Pues porque tiene en mente hacer exactamente lo mismo o [algo] parecido”, aseveró.
Las declaraciones del exalcalde Peñalosa calaron hondo en la sociedad colombiana. Sus palabras han sido retomadas o incluso ampliadas por otros personajes de la vida política nacional, creando más dudas en torno a las intenciones que tendría el presidente Petro de cara a dejar la presidencia cuando venza su periodo o tratar de mantenerse en el poder.