Buenos Aires, 10 mar (EFE).- El recrudecimiento de la violencia asociada al narcotráfico en la ciudad argentina de Rosario, que se ha cobrado en la última semana la vida de cuatro víctimas inocentes, ha llevado al Ejecutivo de Javier Milei a gritar este domingo “ni un paso atrás” en la lucha contra las bandas armadas.
“Vamos a redoblar esfuerzos, encerrarlos, aislarlos, recuperar las calles y la libertad de los rosarinos. No negociamos, porque sabemos que son ellos o nosotros. NI UN PASO ATRÁS (sic), Ministra @patobullrich”, escribió el presidente en su cuenta de la red social X, en un mensaje de claro respaldo a las políticas implementadas por su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Este domingo fue asesinado un joven de 25 años mientras estaba en su puesto de trabajo en una gasolinera, convirtiéndose así en la cuarta víctima mortal de esta semana, después de que dos taxistas y el conductor de un autobús -que fue malherido y falleció también hoy- fueran víctimas de otros tantos ataques de sicarios.
El uso de balas de la policía y mensajes destinados al gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro -muy cercano a Bullrich-, y a su ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Coccoccioni, amenazando con “matar más inocentes por año”, llevan a las autoridades a definir que los ataques fueron llevados a acabo por orden de las bandas organizadas.
“Mientras sea presidente, no vamos a dejar de perseguirlos. No vamos a dejar de requisar las cárceles. No vamos a titubear cuando la vida de un inocente esté en juego. No vamos a permitir que sigan gobernando Rosario. Las Fuerzas de Seguridad tienen nuestro apoyo irrestricto para hacer lo que sea necesario para reinstaurar el orden”, agregó Milei en su posteo.
El mandatario aprovechó para criticar “al kirchnerismo y al socialismo” por “entregar la ciudad a la delincuencia”.
Desde el viernes, Rosario se encuentra bajo un Comité de Crisis, establecido por Bullrich, integrado por las Fuerzas Federales y con respaldo del Ejército, para intentar frenar la escalada de violencia asociada al narcotráfico en Rosario (provincia de Santa Fe, centro).
Los ataques fueron una respuesta de los grupos de narcotráfico que operan en la zona a las medidas de control en las cárceles al ‘estilo Bukele’ puestas en marcha por el Gobierno de Santa Fe, con el apoyo del Ejecutivo nacional.
Desde que asumió como gobernador, el 10 de diciembre pasado, el político de la Unión Cívica Radical (UCR) —aunque cuando ganó las elecciones integraba la coalición Juntos por el Cambio— ha implementado políticas de seguridad bajo estricto control en las cárceles de alto perfil, emulando el estilo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, cuyo perfil ha resaltado Bullrich en varias ocasiones.
En esas prisiones se encuentran alojados sicarios y segundones en las líneas de liderazgo narco, que manejan el negocio de la venta de droga en Rosario, y han transformado las cárceles en su ‘segundo hogar’, de manera que, desde hace años, emiten órdenes a sus grupos desde el penal.