MADRID.- La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) enfatizó la necesidad de proteger a los haitianos que huyen de su país, e instó a otros estados a cumplir con sus obligaciones internacionales, incluyendo la necesidad de evitar deportaciones en este contexto.
Elizabeth Tan, Directora de la Oficina de ACNUR para Protección Internacional, advirtió en un comunicado sobre las amenazas que enfrentan los haitianos debido a la violencia de pandillas y las violaciones de derechos humanos, en un contexto en el que 11.4 millones de personas requieren asistencia humanitaria.
ACNUR subraya la importancia de que aquellos haitianos que necesiten protección internacional la reciban, lo que implica evitar devoluciones forzosas incluso cuando se rechaza una solicitud de asilo.
La agencia identifica grupos como activistas, periodistas, jueces o abogados, así como personas en situaciones que pongan en peligro el orden público debido a la violencia atribuida a grupos armados, como susceptibles de necesitar protección.
Hasta mediados de 2023, la ONU registró 312,000 haitianos refugiados y solicitantes de asilo en todo el mundo. ACNUR observó una tendencia preocupante en el aumento de migraciones por zonas y rutas peligrosas en las Américas en los últimos meses, lo que requiere una respuesta y un enfoque regionales.
Restricciones en Haití
Por otro lado, la ONG World Vision expresó profunda preocupación por la situación en Haití, destacando que la restricción de la libre circulación, el cierre de comercios y las dificultades en el suministro de productos están exacerbando la crisis alimentaria en un país donde la inseguridad alimentaria y la desnutrición son crónicas.
«La infancia es la más afectada», dijo Joao Diniz, líder regional de World Vision en América Latina y el Caribe, quien enfatizó la urgencia de restablecer las condiciones de seguridad para evitar un empeoramiento de las condiciones de vida de los niños y un aumento de los flujos migratorios irregulares de personas que huyen de la extrema pobreza, la inseguridad y el hambre.
La ONG también teme que el hambre y la violencia aumenten la violencia sexual contra niñas y mujeres, así como provoquen mayores estragos en servicios básicos como la educación o la sanidad.