La influencia que Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, aplicó sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos del año 2020 usando sus millones de dólares, no se repetirá en los comicios de noviembre, en los que Joe Biden y Donald Trump se medirán nuevamente. Al menos no será así en Wisconsin, donde ciudadanos de ese estado votaron para rechazar la financiación privada en cualquier tipo de contienda electoral.
En detalle, la enmienda constitucional aprobada establece que “las donaciones y subvenciones no pueden solicitarse, aceptarse, gastarse ni utilizarse en conexión con la realización de ninguna primaria, elección o referéndum”. No es poca cosa considerando que Biden ganó en hace cuatro años en Wisconsin frente a Trump con apenas 20682 votos de diferencia y que justo ahí organizaciones, supuestamente no partidistas, influenciaron indirectamente las elecciones para favorecer al Partido Demócrata.
El grupo en cuestión es el Centro de Tecnología y Vida Cívica (CTCL), el cual junto al Centro para la Innovación y la Investigación Electoral (CEIR) transfirieron “la asombrosa cantidad de 419,5 millones de dólares del dinero de Zuckerberg a las oficinas electorales de los gobiernos locales, y lo hicieron con condiciones”, había revelado en aquel entonces New York Post sumando otros estados como Arizona. Es un precedente que no olvida el electorado de Wisconsin rumbo a unas elecciones que serán decisivas para el futuro de Estados Unidos.
Zuckerberg no es un simple empresario
Hubo otra pregunta dentro de la enmienda en relación con que solo los funcionarios electorales designados por la ley “puedan desempeñar tareas en la realización de primarias, elecciones y referendos”. El 58,6 % de los votantes respondió que “sí”. Por ende, se descarta cualquier participación de agentes externos en las elecciones de Wisconsin.
No es de gratis que las donaciones del fundador de Facebook reciban el nombre de “Zuckerbucks” porque la manera en la que logró presionar con dinero para lograr objetivos partidistas a favor de Biden provocaron un escándalo de enormes dimensiones. Sus manos ya estaban metidas en una conspiración tras bastidores para “salvar la elección de 2020” revelada por la revista Time cuando se dio a conocer esta inversión indirecta sobre las votaciones para evitar la reelección de Trump.
Entonces no se trata de un simple CEO de una red social, Zuckerberg se convirtió en un actor político con poder en las plataformas digitales que hasta lo llevó a censurar a diestra y siniestra tras el ataque al Capitolio en 2021, así como perjudicar el tráfico de medios conservadores, como reveló una investigación de The Wall Street Journal.
“Adiós Zuckerbugs”
El Partido Republicano en Wisconsin celebró la decisión, así como otros voceros políticos. La puerta así se cierra para Zuckerberg y otros empresarios que tengan la intención de usar su dinero para presionar o influenciar procesos electorales.
Aunque todavía resta realizar primarias en algunos estados, Trump se convirtió técnicamente en el abanderado por el lado republicano al alcanzar la cantidad de delegados necesarios para asegurarse la nominación. Biden también superó el número requerido aunque su proceso fue más por protocolo, al no tener otros contendientes significativos dentro del Partido Demócrata.
Solo es cuestión de meses para que EE. UU. atraviese una de las elecciones más importantes de su historia. Con vista en eso, es claro que a Mark Zuckerberg se le reduce su margen de acción.