Arturo McFields Yescas,
Desde el discurso en el Zócalo pronunciado por el dictador cubano Miguel Díaz-Canel en 2021 hasta el desfile de tropas rusas en las fiestas patrias de 2023, la política exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador ha estado llena de contrariedades, errores y rencores ideológicos.
La protección y asilo a Evo Morales fue uno de esos desaciertos. En 2019, el presidente de México le abrió las puertas a Evo Morales, quien huyó de Bolivia tras cometer fraude electoral e intentar reelegirse en abierta violación a la Constitución de dicho país.
En 2022, López Obrador defendió al golpista Pedro Castillo en Perú y desconoció la Presidencia de Dina Boluarte. Durante meses México saboteó la Alianza del Pacífico debido a su berrinche ideológico con Perú. El comercio, las inversiones y la prosperidad perdieron relevancia ante la diplomacia del rencor.
El fallido intento de boicot a la Cumbre de las Américas fue otro episodio. El presidente de México dejó de reunirse con su principal socio comercial únicamente por no haber invitado a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Afortunadamente su intento de boicot fracasó. La cumbre fue un éxito rotundo.
Conflicto innecesario con Ecuador
El presidente de México inició la confrontación criticando el proceso electoral de Ecuador y posteriormente ofreciendo asilo a un prófugo de la justicia, juzgado y condenado por las autoridades del gobierno de Quito.
AMLO convocó a una sesión de la Celac para condenar a Ecuador, pero fracasó. De los 33 estados miembros únicamente nueve presidentes participaron. Por si esto fuera poco, la Corte Internacional de Justicia le dijo no a su solicitud de medidas cautelares contra Ecuador. “A llorar a la llorería”, le dijo el presidente Daniel Noboa.
AMLO el peleonero ideológico
El mandatario mexicano ha criticado, interferido y chocado con jefes de Estado de Colombia, España, Austria, Panamá, Argentina, Bolivia, Perú y por supuesto Estados Unidos.
México y su defensa a los dictadores
López Obrador ha defendido y financiado a la dictadura de Cuba, ha respaldado al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y se ha negado a condenar los crímenes de lesa humanidad de Daniel Ortega en Nicaragua.
Las derrotas de AMLO en la OEA, el BID y la OPS
En 2020, el presidente de México intentó impedir la reelección de Luis Almagro, promoviendo a una candidata izquierdista que al final únicamente logró obtener 13 de los 34 votos en la OEA. AMLO culpó de su derrota al imperio, la ideología y a la pandemia del COVID-19.
El presidente de México también intentó liderar la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Fracasó. Su candidata no tuvo apoyo ni arraigo. Fácilmente el candidato de Brasil logró una aplastante victoria apoyada por su experiencia y la diplomacia de Itamaraty, sólida, consistente y desideologizada.
Finalmente, y la más vergonzosa de las tres derrotas fue el Banco Interamericano de Desarrollo. Alicia Bárcena y luego Gerardo Esquivel, mostraron una cancillería poco seria e incapaz. AMLO hizo un berrinche y terminó diciendo que todo fue culpa del imperio y el conservadurismo.
México es un país grande. Históricamente ha tenido un peso moderado en su política exterior en América Latina y el mundo. Ahora es una broma mal contada. La nueva presidente de México tendrá como desafío recuperar el liderazgo perdido y honrar la prestigiosa y profesional política exterior del país Azteca. Veremos.