Diario Las Américas,
Esta columna de opinión fue publicada originalmente en Versión Final
Me perdonan mis amables seguidores y mis contradictorios lectores, no pude evitar el coloquialismo que implica “buscar 5 patas al gato”, al observar, con cierta sorpresa, la conducta de opinadores, analistas, especialistas de la ciencia política, seudo dirigentes y hasta algunos dirigentes, entre otros, ante los arrolladores éxitos, la audacia, la valentía, el orgullo de nuestra líder MCM.
Se preguntan, entre sorprendidos y perplejos: ¿cómo es posible? ¿cómo lo logró? Inaudito, ¡llegó en curiara a San Fernando de Apure; ¡remontó el río en la unión con el Orinoco y llegó a Puerto Ayacucho! Parecía imposible, y ella lo hizo. ¿Será valiente? Los motorizados explicaron, la forma como obtuvieron la gasolina para esperarla y acompañarla. Alguien, quien se cree más vivo que todos, la sigue. Tal vez, buscando que se le pegue algo de esa popularidad inmensa y el carisma que despliega en cada sitio donde va: resulta el más chistoso, de acuerdo a las explicaciones que se divulgan por las redes. ¿Quién lo diría?
Los machos, los más machos de Venezuela, los llaneros, se dejaron de pistoladas y se fueron tras MCM. Mientras, las mujeres haciendo empanadas, se colocaron en la cresta de la ola, al atreverse a alimentar a la líder de la oposición, sin miedo, sin rabia y bajo una mata de mamón. Los pobladores de la zona indígena, se le acercaron y se pusieron de su lado. “Bueno”, diría mi padre, sabio y conocedor de Venezuela: “Esa es la verdadera nación venezolana, la que vence el miedo y se atreve a todo cuando las circunstancias lo ameritan“, especialmente, agrego yo, al convencerse de que, han sido burlados, engañados, sometidos por un conjunto de mentirosos de la peor calaña”. Se veía venir.
Muchos nos dimos cuenta; mientras otros creyeron, que la cuerda daba para mucho más. Ahora, se dan cuenta de que no hay pabilo, cabuya, mecate, que resista la molestia, el desagrado, la incomodidad y la incomprensión de un pueblo que sabe, ha sido engañado. Pisoteado, en su dignidad, estafado, con intención maléfica. Burlado en su ingenuidad.
No hay que buscar la 5ta. pata del gato. Está claro. ¿Qué pasó? Todo se descubrió y se supo la verdad: robo, mala intención, corrupción, malandraje, mentiras. Jamás una verdad, siempre toda clase de manipulaciones y propaganda basura, para engañar a los que, de buena fe, un día les creyeron. Descubierto el “juego sucio”, rápidamente se dieron cuenta de que existían unos personajes, “alacranes” los llamaron, y con la misma velocidad que todo había sido puesto en evidencia, se les vio desnudos, sin que nada, ni nadie pudiera tapar sus desvergüenzas.
¡Parecía que no se notaba lo que estaba ocurriendo! Sin embargo, no era así. Velozmente, la gente, el pueblo, desesperado y hambriento volvió los ojos a la dirigencia. Con rapidez, ahora sí, se dieron cuenta de los “fantoches” que simulaban todo: a la hora de las chiquitas, se vendían por unas monedas, dólares, los llaman. (El plato de lentejas, no funciona). Se dieron cuenta de las marramucias de quienes pretendían quedarse en el poder, con disimulo, a costa del dinero robado al pueblo. La consigna de la líder, “Hasta el final,” les dio la idea, de cómo iban a ser las cosas. Recordaron la trayectoria limpia de MCM, en los años duros: su confrontación directa, al exclamar, “expropiar es robar”.
Su acción como diputada descubriendo, la “entrega disimulada del Esequivo”. Las agresiones a su persona, en la propia Asamblea Nacional, rompiéndole la cara y la nariz. El impedimento, de salir de Venezuela, para ver a sus hijos. Su coraje infinito, su serenidad segura, su acción nacionalista, su entrega por la Libertad, frente al doblegarse de muchos, para estar siempre lista, en primera fila, dispuesta a ceder todo por la Patria amada.
Hay quien nunca creyó que dejaría de ser LA candidata presidencial. En acto histórico, del cuál en algún momento, se declarará la trascendencia para la democracia venezolana, renunció en dos oportunidades, a la candidatura, al convencerse de la obtusa y maléfica actuación de los gobernantes. ¡Ah, qué momentos! ¡Que maravilla poder haber sido espectadora en primera fila de la grandeza de una mujer, que entrega todo por la Patria! Soy venezolana 100% y con amor, les aseguro, que pocas veces, a estas alturas de mi vida, con 83 años a cuestas, me ha producido una felicidad más completa que la que viví el 19 de abril, (¿casualidad o causalidad?) de este año, cuando se concretó la unidad.
Después han ocurrido numerosos eventos que la historia contemporánea de Venezuela deberá relatar y regocijarse de haber tenido la oportunidad de regresar a la Libertad y la democracia de la mano de MCM y de Edmundo González Urrutia. Líderes y dirigentes, serios, se han incorporado a esta batalla fiera por recuperar a nuestro amado país, pero estaremos siempre en deuda, con MCM y Edmundo, por este vuelco de esperanza, optimismo y certeza de la cercanía y la posibilidad de lograr en paz, el cambio necesario. Insisto, no buscar la 5ta. pata del gato: MCM se ha ganado el respeto, la admiración y el afecto de los venezolanos con su conducta intachable y su liderazgo certero.
¡Estamos con la Democracia y la Libertad Hasta el Final!
Gloria Cuenca, profesora Emérita de la Universidad Central de Venezuela.