Hugo Marcelo Balderrama,
Si usted tuviera la posibilidad de sobrevolar el mundo se percataría de muchos males que nos acechan. En Hispanoamérica estamos atrapados en redes de delincuencia y narcotráfico. Los europeos pierden sus países a pasos agigantados, principalmente, frente a los musulmanes. Estados Unidos, la potencia hegemónica de Occidente, sufre la invasión, especialmente, por su frontera con México, de toda clase de pandilleros, sicarios, narcotraficantes y terroristas.
Por su parte, las universidades, específicamente, las carreras de Ciencias Sociales, bajo los paraguas de los Derechos Humanos, la democracia y la tolerancia, justifican todo lo anterior. Miles de dólares corren como premios o becas para aquellos estudiantes que escriban y publiquen «investigaciones» sobre los aportes del islam a Occidente, el «milagro» económico de Bolivia o los «avances» de la Cuba castrista.
Con todo, cabe una pregunta: ¿Por qué la academia, la cultura, la prensa y la política parecen estar ligadas, impajaritablemente, a la izquierda en cualquiera de sus vertientes?
Sebastián Grundberger, Director del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina, explica que toda la red de apoyo y financiamiento que reciben los grupos populistas y autoritarios de Hispanoamérica, Europa y Estados Unidos proviene de una estructura conocida como La Galaxia Rosa.
CLACSO es uno de los centros «académicos» más activos de la mencionada estructura, ya que desde sus comienzos la organización intentó mostrar a la dictadura cubana como una gran productora de conocimiento, arte, cultura y ciencia. Así es, las narrativas alrededor de la salud y la educación cubana han sido fabricadas por «intelectuales» adscritos a la institución.
Los últimos cuatro directores ejecutivos de CLACSO ―Atilio Borón (Argentina,1997-2006), Emir Sader (Brasil, 2006-2012), Pablo Gentili (Argentina, 2012-2018) y, desde 2018, Karina Batthyány (Uruguay)― comparten posiciones ideológicas alineadas con los populismos autoritarios de la región. De hecho, Borón sigue siendo uno de los más notorios defensores de la dictadura cubana en el ámbito académico. A su vez, Gentili, que hoy ocupa un puesto directivo en la CAF, trabajó como asesor de Pablo Iglesias, además, de manera muy suelta, describió a Evo Morales, Luiz Inácio Lula Da Silva, Hugo Chávez y otros miembros del Foro de Sao Paulo como gigantes que iluminan el futuro de sus países.
Empero, lo realmente preocupante es el nivel de influencia que tiene CLACSO en, prácticamente, la totalidad del sistema educativo formal de la región, pues no existe una sola carrera de las Ciencias Sociales que no tenga, al menos, un profesor formado en alguno de sus programas. Tampoco existe ninguna donde no se estudie alguna de sus temáticas, por ejemplo, el indigenismo, el feminismo y, el siempre presente, anticapitalismo.
Según su propia información, CLACSO agrupa a más de 883 centros de investigación en el campo de la Ciencias Sociales y tiene presencia en 56 países (América, Europa y África). Particularmente digno de mención es el hecho de que todas las instituciones afiliadas a CLACSO deben pagar sus cuotas, con excepción de Cuba, sin embargo, la dictadura caribeña puede tomar decisiones en los puestos claves del directorio. Al respecto, Sebastián Grundberger, en su libro: Galaxia Rosa, afirma:
En su forma actual, CLACSO es un actor político, al menos a nivel de liderazgo, y sirve como un refugio para pensadores y políticos autoritarios de izquierda que quieren darles un toque académico a sus posiciones. Debido a la constante y obvia legitimación de los regímenes autoritarios por parte de CLACSO, es sorprendente cuánto apoyo financiero es capaz de conseguir de las democracias europeas en particular y cuántos think tanks serios mantienen su membresía en la organización.
En lo particular, contrario a lo afirmado por Grundberger, no me sorprende el apoyo de los profesores e intelectuales al régimen castrista, pues es algo que noté durante mis años de universitario, justamente, recibiendo clases de varios maestros salidos de los programas de CLACSO. Sus documentos, aunque eran presentados como propuestas progresistas, eran apologías del robo y el terrorismo, incluso justificando los actos vandálicos de Felipe Quispe y Evo Morales.
En conclusión, CLACSO es responsable de haber mentido sobre la naturaleza delincuencial de los personajes del Foro de Sao Paulo, entre ellos, Evo Morales y Hugo Chávez. No obstante, su peor acción fue ensuciar la cabeza de millones de jóvenes con ideas contrarias a la libertad, el emprendimiento, la propiedad privada y la civilización. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar sus fechorías?