“Estos son los barcos depredadores que se encuentran afuera de nuestras costas”, con esa frase, pescadores artesanales peruanos protestaron frente a un enorme buque cuyo nombre, escrito en mandarín, navegó por el Puerto de Paita ubicado en la costa norte de Perú, en el Pacífico Sur. El video que circula en internet solo es la punta del iceberg que representa la pesca ilegal liderada por el gigante asiático en aguas internacionales.
Depredación desmedida de especies, violación de soberanía y abusos a derechos humanos forman parte de este problema que rodea el mar jurisdiccional de Chile, Ecuador, Argentina, Uruguay o Perú, sumado al hecho de que a partir de las 200 millas de sus respectivas Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) hay vacíos legales que impiden la acción de las autoridades locales.
De 1123 barcos chinos que pescaron calamar en aguas internacionales en el año 2020, según la Global Fishing Watch, solo tres instalaron el Sistema de Seguimiento Satelital (Sisesat) ordenado por Perú. Se trata de una normativa impuesta por ese país para regular y controlar los barcos pesqueros extranjeros que ingresen a sus puertos. Sin embargo, para no cumplirla, las embarcaciones chinas prefieren navegar por largos periodos en alta mar. Si se añade que el propio Ministerio de la Producción (Produce) del gobierno de Dina Boluarte no estaría haciéndola cumplir, según denuncias, la situación se torna aún más grave.
“235 barcos chinos en aguas peruanas”
Las preocupaciones por los barcos “piratas” que azotan la biodiversidad en aguas internacionales para pescar calamar y otras especies marinas data de hace varios años. Las consecuencias también pasan por daños al comercio local. Tanto así que una investigación de la revista Science Advances determinó que 17 % de la pesca en alta mar la ejecutan barcos “potencialmente no autorizados”. China figura como uno de los principales causantes con una flota mucho mayor a la taiwanesa, la española o la surcoreana.
Lo más alarmante es la denuncia que hizo en las últimas horas Alfonso Miranda, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), quien cuestionó que Produce no estaría exigiendo la activación del dispositivo a flotas extranjeras. Por ende, desde mayo de 2023 “han entrado a puerto nacional 235 barcos de bandera china, sin cumplir con el dispositivo satelital de terreno instalado a bordo”, dijo al portal RPP.
Antes de eso, los pocos barcos chinos que ingresaban a puertos peruanos lo hacían usando mayormente el arribo forzoso (tripulantes enfermos o daños severos a la embarcación). Según el portal Ojo Público, en 2022, de las 28 embarcaciones que ingresaron, 14 lo hicieron por esos motivos.
Contraste entre Perú y Argentina
Mientras el presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la SIN hace esa denuncia sobre la entrada y depredación de barcos chinos en aguas nacionales, la presidente de Perú, Dina Boluarte, se asegura de mantener al régimen chino como un importante aliado comercial con la puesta en marcha del puerto de Chancay, catalogado como “el más grande de América Latina”.
El mes pasado, Boluarte viajó al gigante asiático para estrechar la mano del dictador Xi Jinping en su propósito de imitar la experiencia de Shenzhen, una de las ciudades más ricas del gigante asiático. Aunque el Ministerio de la Producción de Perú dice regular la entrada de buques extranjeros, la cercanía de la mandataria con el régimen comunista avizora que sobre el tema de la pesca indiscriminada no habrán grandes exigencias a Pekín.
En cambio, en Argentina la historia es otra. Hace un mes la canciller Diana Mondino firmó en la ONU un acuerdo para crear zonas marítimas protegidas a partir de la milla 201. Solo siete países lo han ratificado, se necesitan 60 para que entre en vigencia, pero es un paso más para regular a los barcos pesqueros chinos.