domingo, noviembre 24, 2024
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La BCBA es el hub de la libertad

Andrés Villota Gómez,

Asistí a la celebración de los 170 años de la fundación de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). Siempre que tengo la oportunidad de ver al presidente Javier Milei, me sigue impresionando y sorprendiendo, como la primera vez que lo vi en Bogotá hace un par de años.

Es impresionante la facilidad que tiene para comunicar cosas complejas en un lenguaje especializado pero sencillo de entender. Sus discursos son clases magistrales de economía, que serán material de lectura obligada para mis alumnos en mis clases de finanzas.

Lo admiran y lo respetan todos porque, precisamente, no dice lo que su auditorio quiere oír. Es un líder que nunca trata a los argentinos como tontos diciéndoles idioteces o prometiéndoles bobadas.

Él mismo escribe sus discursos, por eso escogió para este evento en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, hacer una charla que tituló “Dinero, precios y tipo de cambio”, aunque aclaró que también lo hubiera podido titular “Emisión, inflación y devaluación”.

El señor presidente Milei, describe perfecto el funcionamiento del mercado bursátil al referirse a la Teoría del Equilibrio General Walrasiano. Una bolsa es un mercado sin barreras de entrada en el que los agentes diversos, compran y venden productos homogéneos (acciones), con base en las percepciones de riesgo que asignan valor y logran el equilibrio macroeconómico mediante la asignación y distribución de los recursos, vía precio.

El mundo mira a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires porque es la primera bolsa del mundo que vuelve a operar con las mismas condiciones de libertad en el entorno que en el momento de su fundación. Libre mercado pleno, sin asimetrías en la información causadas por la intervención del Estado, concepto básico para el funcionamiento óptimo de una bolsa de comercio.

Los cambios que están ocurriendo en Argentina, desmontando la hiper regulación de los mercados que acaba, finalmente, con el intervencionismo keynesiano, permite aplicar las teorías sobre finanzas del comportamiento (behavioral finance) de los premios Nobel en Economía, Daniel Kahneman (2002) y Richard Thaler (2017).

Los seres humanos tienden a tomar atajos al momento de analizar la información, es decir, priman los criterios fundamentales, pues se recurre a las vivencias o a ejemplos del pasado que se puedan asociar a situaciones del presente. Dicho de otra manera, los sesgos cognitivos, pueden explicar y determinar la toma de decisiones de inversión.

La percepción que se tenía de Argentina, en el pasado, era la de un Estado fallido, una nación decadente y corrupta que generaba unas expectativas negativas que, por obvias razones, alejaba a la inversión porque muy pocos estaban dispuestos a hacer una inversión y que apareciera Axel Kicillof o el abogado Sergio Tomas Massa, y se la expropia, no respetando la propiedad privada.

Los precios de los activos financieros fluctúan con base en la información pública que crean las expectativas. El riesgo asociado a la probabilidad que esos hechos ocurran en el futuro, determina el valor de los activos en el presente, que se transan en los mercados bursátiles. El precio es una prima de riesgo que se paga de manera inversa. Se paga más por los activos menos riesgosos, y se paga menos, cuando se asume un riesgo mayor.

La confianza sobre la ocurrencia o no, de los hechos, determina el riesgo relativo de los activos financieros porque, ese tipo de activos, son intangibles y representan flujos futuros que se negocian en el presente. Los dividendos que paga una empresa al propietario de una acción o el cupón que le paga la empresa que emite un bono al tenedor del mismo, son ejemplos de esos flujos futuros de los que se deriva el rendimiento financiero.

La Argentina del pasado, creaba incertidumbre. Por el contrario, el presidente Javier Milei, crea la confianza para que las condiciones de riesgo no cambien de manera dramática durante el periodo de la inversión que se hace a largo plazo, gracias a la estabilidad que trajo a la economía con sus acertadas decisiones.

El deber fiduciario que están obligados a cumplir los administradores de los fondos de inversión, les exige ser diligentes y eficientes con el cumplimiento del mandato que les fue encomendado. Tomar como referencia datos macroeconómicos del pasado, en el caso argentino, generaría un ejercicio de prospección no apto para invertir.

El cambio de paradigma introducido por el presidente Milei, hace que prime la confianza y la seguridad que trae su gestión, por encima de las proyecciones hechas con base a los indicadores desastrosos que tenía la economía argentina, antes de su llegada a la Casa Rosada.

Argentina se convierte, entonces, en el destino obligado de las inversiones porque todos quieren invertir en un mercado que vuelve a ser el primer mercado, realmente, libre del mundo. Condición primordial para que funcionen los mercados de manera óptima, asignando los recursos a los más eficientes, a los más competentes y que generen las mejores expectativas para el tomador de decisiones.

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires, es el gran hub de la libertad

Fuente: Panampost

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