CARACAS. – Edmundo González Urrutia, en su calidad de diplomático, desempeñó un papel crucial en el regreso del exjefe del gobierno español Felipe González a España a mediados de los años setenta, durante los inicios de la transición española. Esta gestión fue coordinada por el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez.
El diplomático, hoy presidente electo de Venezuela, narró con claridad ese momento: “Estaba en una misión en Ginebra, y el presidente Pérez también, en una visita oficial. En un momento, el canciller Escovar Salom me pidió: ‘Pase por este hotel, lo esperará esta persona para que usted la haga abordar el avión presidencial porque se va para su país. Usted lo busca y se lo lleva’», contó el presidente electo de Venezuela. «Así lo hice: me presenté, verifiqué quién era y lo introduje por la parte trasera del avión. Al aterrizar en Barajas, el presidente Pérez le dijo a Adolfo Suárez, en tono de broma: ‘Aquí le traigo un polizón’. Así llevé a Felipe de regreso a su país”.
González Urrutia, con una extensa trayectoria en la Cancillería venezolana, quien hoy se encuentra en el exilio por ser elegido presidente de Venezuela y derrotar al actual dictador Nicolás Maduro.
Con una carrera que incluye importantes cargos como embajador en Argelia, Túnez y Argentina, González Urrutia es reconocido no solo por su experiencia diplomática, sino también por su labor académica y literaria.
Habla cuatro idiomas y ha contribuido significativamente en la política exterior de Venezuela, fue clave en la incorporación del país al Mercosur y se desempeñó como secretario pro tempore de la Cumbre Iberoamericana de Naciones en 1997. A pesar de su notable trayectoria, su nombre permaneció relativamente desconocido hasta hace poco.
La decisión de postularlo como candidato presidencial de la unidad surgió tras la inhabilitación de María Corina Machado, quien ganó las primarias a finales de 2023. Aunque inicialmente estuvo reacio a aceptar el desafío político, finalmente accedió a ser el candidato, al reconocer la importancia del momento histórico que enfrenta Venezuela.
Un hombre disciplinado
Descrito por sus colegas como un hombre disciplinado y respetuoso, González Urrutia se caracteriza por su timidez y su preferencia por evitar el protagonismo. Sin embargo, su compromiso con el servicio público y su deseo de contribuir al cambio en Venezuela lo han llevado a asumir este nuevo rol. “Como jefe, es un hombre muy respetuoso y amable”, comenta una asistente cercana.
A lo largo de su carrera, ha mantenido una postura conciliadora y dialogante. Su pensamiento se alinea más con la democracia cristiana que con los extremos políticos, buscando siempre el consenso y el entendimiento entre las diferentes facciones opositoras. Ha trabajado estrechamente con figuras claves de la oposición y ha brindado apoyo profesional a la Plataforma Unitaria.
“Cuando me rodearon para pedirme que asumiera la candidatura, lo primero que hice fue pedirles que convencieran a mi esposa”, recordó, al referirse a su inesperada postulación. Su familia ha sido fundamental en este proceso, quienes lo han apoyado.
Con una sólida formación académica y un profundo conocimiento del servicio diplomático venezolano, González Urrutia se encuentra ahora en una posición crucial para liderar un movimiento hacia un futuro democrático en Venezuela. La comunidad internacional observa atentamente cómo se desarrolla esta nueva etapa política en el país caribeño.
Hoy, a un mes y diez días de las elecciones presidenciales en Venezuela, el presidente electo ha sido forzado al exilio en España por el régimen de Maduro.