lunes, noviembre 25, 2024
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Maduro se «atrinchera» en el poder con sus aliados «más leales»

CARACAS.- A dos meses de las elecciones presidenciales, el régimen de Nicolás Maduro, “huérfano de apoyo”, ha cerrado filas en torno a los principales jerarcas chavistas para “atrincherarse” en el poder mediante la represión y la perspectiva de una falsa “estabilidad” económica. El pasado 27 de agosto, Maduro anunció su último cambio de gabinete, en medio de una crisis postelectoral desatada tras los comicios en los que resultó electo presidente Edmundo González Urrutia para el período 2025-2031, según las actas electorales publicadas por la oposición.

Siguiendo la misma fórmula aplicada durante los últimos 11 años, Maduro se decantó por sus “operadores políticos” de “confianza” en los distintos ministerios venezolanos para cumplir con su objetivo principal: mantener el poder.

“Para tú ser ministro, tener alguna autoridad en este gobierno, no requieres capacidad técnica, requieres lealtad al señor Maduro (…) La clave no es alcanzar objetivos de crecimiento, es poner la economía al servicio de la política, y esa política tiene un objetivo que es mantenerse en el poder”, explica, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, el politólogo Fernando Spiritto, coordinador de Investigación de Postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Venezuela.

Considera que este movimiento en 12 ministerios demuestra el “atrincheramiento del gobierno”, que cerró filas con sus aliados “más leales” para enviar un mensaje de “unidad”. “Puso mucho más cerca a la gente con la cual él (Maduro) realmente trabaja y en las cuales confía”, apunta.

Movimiento en dos niveles
Para Spiritto, la cúpula de Nicolás Maduro optó por moverse en dos niveles: el de la represión, con el ascenso de Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, al Ministerio de Interior; y en el de gestión, con la vicepresidenta Delcy Rodríguez al frente del Ministerio de Petróleo, y otros cambios en las carteras de Industria, Finanzas, Agricultura, Trabajo y Turismo, donde nombró a la cubana Leticia Gómez.

“El nivel más evidente, el que más interesa a la política interna y externa es el de la opresión, el de la represión por todos los medios posibles a la oposición (…) pero hay otro nivel, que es el de gestión, donde el gobierno está haciendo cosas interesantes (…) quiere dar a entender que en la economía no va a pasar nada, que es posible mantener separado las dos esferas, la política y la económica”, señala.

A su juicio, por el “robo” de la elección, cuando eligió desconocer la voluntad popular del 28 de julio, Maduro recurrió a Cabello “como la cara fea”, el “policía malo”, que pone al frente de la cartera de Interior para “meter miedo” en la opinión pública y sostener el “control”.

“Cabello es el individuo que no respeta las reglas, las normas legales. La ley es su voluntad, está dispuesto a pasar cualquier línea roja con tal de mantenerse en el poder (…) Ese regreso al gabinete, tiene una intención de demostrarle a la gente y a todos los opositores que van en serio, que están dispuestos a hacer cualquier cosa”, subraya.

Apuesta al sector privado
En el tema económico, la apuesta de Maduro se ha dirigido al sector privado. El analista indica que el régimen ha dedicado especial “atención” en las últimas semanas al área de hidrocarburos, financiero y de educación universitaria.

En el primero, con Delcy Rodríguez como nueva ministra de Petróleo, por los “muchos contactos” que maneja en el sector hidrocarburos, ha mostrado un acercamiento con la petrolera estadounidense Chevron, con la que renovaron la licencia “mucho antes de que venciera”, y con la española Repsol, con la que mantiene “excelentes relaciones”, pese a las amenazas de suspender relaciones comerciales con España.

En opinión de Spiritto, el ultimátum del presidente del Legislativo, Jorge Rodríguez, tras el reconocimiento del Congreso y el Senado español a González Urrutia como presidente electo, no es más que una “diatriba” que no acarreará mayores consecuencias.“Necesita a Repsol y a Chevron, por lo tanto, esa amenaza de ruptura no es creíble (…) El principal afectado va a ser el gobierno”, agrega.

“Al gobierno no tiembla la mano para castigar a su propio pueblo. Esas cosas como los viajes a Perú, Panamá y República Dominicana no les afectan a ellos, pero en el caso de las relaciones con España, la cosa es distinta. Los españoles tienen aquí grandísimas inversiones, empresas muy grandes, bancos, operadores de telefonía móvil celular y tienen a Repsol, que es la joya de la corona. Repsol genera dinero para la economía, buena parte de la divisa, junto con Chevron, que les ha permitido mantener el dólar por debajo de 37 bolívares, al menos en el BCV (Banco Central de Venezuela)”, precisa.

¿Una estrategia sostenible?
La cúpula del régimen, además, anunció nuevas medidas hacia el sector bancario y de seguros, como reducciones del encaje legal, la creación de un mercado intercambiario de divisas digitalizadas, instrumentos de inversión, actualización del esquema de tarifas y comisiones de la banca nacional, además de pólizas de seguros a bajo costo para el mercado bancario.

Mientras tanto, el nuevo ministro de Educación Universitaria, Ricardo Sánchez, les pasa la mano a las universidades, con una gira nacional en la que ofrece “cosas buenas” para las instituciones educativas.

“Esas medidas tienen un objetivo claro, que es crear algún tipo de alianza con sectores claves de la sociedad. Están tratando de cubrirse las espaldas ante la crisis gigante que es la legitimidad que les viene encima porque a partir del 10 de enero este es un gobierno dictatorial”, sostiene el analista.

Pese a que la cúpula intenta emular escenarios como los de China y Vietnam, considera que en Venezuela “tarde o temprano”, el factor político va a “arropar” al económico, por lo que en los próximos meses se podría evidenciar un deterioro significativo en el sector, que vive en una “anormalidad” desde el 2013, con dos tercios menos del PIB y problemas de servicios públicos.

En este sentido, explica que al ser un “gobierno atrincherado” en el poder, el madurismo “abandona” a potenciales o actuales aliados, incumple compromisos y traspasa “cualquier tipo de línea roja”, lo que contribuye a que se “debilite progresivamente”.

Una muestra de ese debilitamiento, es la militarización de los sectores populares, donde han estado apostados fuerzas de seguridad del Estado desde el 29 de julio, cuando espontáneamente salieron a protestar en contra de los resultados anunciados por el Poder Electoral controlado por el oficialismo.

“El gobierno sabe muy bien que está huérfano de apoyo (…) La militarización de los barrios es una clara manifestación de que tenemos un gobierno cada día más débil, que, por lo tanto, va a tener que apoyarse por la fuerza cada día más (…) Yo realmente no veo cómo este gobierno pueda mantenerse después del 10 (de enero)”, enfatiza.

Fuente: Diario Las Américas

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