El impacto económico de la crisis migratoria en Estados Unidos ha alcanzado una cifra asombrosa: 150 mil millones de dólares en 2023, con graves consecuencias para las ciudades que están soportando el peso de la inmigración masiva. Según datos recopilados por la Federación para la Reforma de la Inmigración Estadounidense (FAIR), el gobierno federal cubrió 67 mil millones de dólares, pero la mayor parte de los gastos recayó en los estados y municipios.
Este enorme costo ha generado déficits en los presupuestos locales, forzando a muchas ciudades a implementar recortes que afectan directamente a los ciudadanos. Por ejemplo, Denver se ha visto obligada a reducir su presupuesto en 45 millones de dólares, incluyendo 8,4 millones en su Departamento de Policía y 2,5 millones del Departamento de Bomberos, para enfrentar una factura migratoria estimada en 90 millones de dólares.
En Nueva York, la crisis es especialmente grave. Más de 210.000 inmigrantes han llegado a la ciudad desde la primavera de 2022, muchos de los cuales están siendo alojados en 150 hoteles bajo la política del «derecho a la vivienda». El costo de proveerles alojamiento, alimentación y servicios básicos, como lavandería y cuidado infantil, ha disparado el gasto a 2.300 millones de dólares entre 2023 y 2024. Como resultado, el alcalde Eric Adams anunció un recorte del 5% en los presupuestos de todas las agencias municipales, lo que inicialmente afectó a la policía y a los bomberos, aunque esos recortes fueron revertidos más tarde. Sin embargo, otros sectores como las bibliotecas públicas, que perdieron 58 millones de dólares, y las instituciones culturales, con 53 millones de dólares de recortes, no han sido tan afortunados.
Otros lugares están viviendo situaciones similares. En South Portland, Maine, el aumento de los impuestos sobre la propiedad para financiar la gestión de la migración masiva ha afectado particularmente a los ciudadanos mayores, a quienes el alcalde ha recomendado hipotecar sus viviendas para cubrir los costos. Mientras tanto, Chicago se enfrenta a un déficit presupuestario de 1.000 millones de dólares, atribuido en parte a los servicios que deben brindar a los migrantes.
El informe de FAIR también destaca que, a nivel federal, más de 6,6 mil millones de dólares fueron destinados a educación y 25 mil millones a atención médica para inmigrantes. Además, los programas de asistencia social recibieron 11,5 mil millones, mientras que 23,1 mil millones se destinaron a costos de aplicación de la ley. Según el informe titulado «La carga fiscal de la inmigración ilegal para los contribuyentes estadounidenses en 2023», el gasto estatal y local es aún más elevado, aunque es difícil determinar un costo exacto por cada inmigrante por las diferencias en la forma en que cada jurisdicción maneja la situación.
«Efecto llamada» del Partido Demócrata
La administración Biden-Harris se ha caracterizado por fomentar la inmigración masiva en numerosas ocasiones aprovechando un posible beneficio electoral futuro. El 6 de junio de este mismo año, al más puro estilo PP-PSOE, el presidente demócrata anunció que regularizarían a más de medio millón de inmigrantes ilegales casados con estadounidenses, provocando un efecto llamada en países que vieron una nueva vía para hacerse con la nacionalidad.
De hecho, basándonos exclusivamente en los datos, cabe destacar que tanto en 2022 como 2023 Estados Unidos superó las dos millones de entradas de inmigrantes ilegales a través de la frontera con México, cifras nunca antes vistas.
Cuando comparamos la situación de la inmigración con Biden a cómo estaba con Donald Trump, la diferencia es abrumadora en favor del republicano. El número de ilegales que han cruzado la frontera en la guardia de Biden casi triplica a los que entraron durante la legislatura de Trump (2017-2021).