Donald Trump ha protagonizado en Allenstown el acto principal de su campaña en Pensilvania, el estado clave en las elecciones del próximo 5 de noviembre. Más de 8.000 de sus seguidores, algunos tras medio día de espera, han llenado el PPL Center y la plaza aledaña donde se han quedado buena parte de los que no han podido entrar en el pabellón, debajo de una pantalla gigante.
«Está en vuestras manos, si ganamos Pensilvania, lo ganaremos todo» ha espetado el candidato republicano a sus seguidores. «El próximo martes, le tenéis que decir «estás despedida» a Kamala Harris», ha proseguido antes de denunciar ante la audiencia que los demócratas «ya están haciendo trampas», después de que hayan sido halladas más de 2.600 papeletes rellenadas por la misma persona en la ciudad de Lancaster.
Medios de comunicación
Al mencionar las irregularidades cometidas por representantes y seguidores del Partido Demócrata, Trump se ha acordado de la prensa fake, es decir la tradicional. «Vamos a imponernos a Kamala Harris y a los medios de comunicación», ha asegurado, y «cuando pierdan su última onza de credibilidad, se volverán buenos», ha concluido.
«Los Estados Unidos son un país ocupado»
Sobre Harris, ha asegurado que «ha importado criminales de cárceles de todo el mundo, desde Venezuela hasta el Congo». Ha apuntado que el crimen se está reduciendo en el país iberoamericano porque sus asesinos y traficantes están llegando a los Estados Unidos, que está siendo utilizado como «un gran cubo de basura».
Ha prometido poner en marcha el programa de deportaciones más ambicioso de la historia del país, porque «los Estados Unidos son un país ocupado». Además, ha recordado cómo sus oponentes hablan constantemente de «proteger a las mujeres» como si una mujer fuese inferior a un hombre: «Nosotros vamos a proteger a las mujeres, a los hombres y a los niños. Vamos a proteger a los Estados Unidos».
América, asequible otra vez
También ha hablado Trump de los precios, de la inflación, y de la dificultad del estadounidense medio para emprender un proyecto de vida. «Haremos América asequible otra vez» (Make America Affordable Again), ha sentenciado, a través de la eliminación de los impuestos a las pensiones.
También, y en especial, por medio de la explotación de las reservas de combustibles fósiles del país, y ha repetido aquello de «Drill baby drill» («perfora, pequeño, perfora»), utilizado en Pensilvania, donde aproximadamente medio millón de sus habitantes viven de manera directa de la industria petrolífera. Ha asegurado que acabará con lo que llama «la gran estafa climática» (Green New Scam, en lugar de Green New Deal): «Llevo 25 años apoyando el fracking, no tengo que cambiar de opinión», ha reconocido.
Un voto por la paz
Cuando Trump se ha referido a la política internacional, ha presumido de ser «el único presidente en 82 años que no ha empezado una guerra», y ha lamentado que los Estados Unidos transfieran dinero «a países de todo el mundo y no tengamos para paliar el desastre natural en Carolina del Norte». Además, ha lamentado que en la esfera global «no respetan a Kamala Harris» y que votar por ella es hacerlo por una posible Tercera Guerra Mundial. «Conmigo no la habrá y seremos respetados», ha prometido.
Puerto Rico, Biden y la «basura»
En el acto político ha participado la senadora en la sombra por puerto Rico, Zoraida Buxó, que ha mostrado su al candidato republicano. También, el senador por Florida Marco Rubio, que en el escenario ha aprovechado para leer como «noticia de última hora» las declaraciones en las que Joe Biden ha llamado basura a los seguidores de Donald Trump. Éste ha respondido que por favor le perdonen, «porque no sabe lo que dice», convencido de que el propio Biden «le prefiere antes que a Harris», a la que ha acusado, hablando de Puerto Rico, de odiar a los católicos.
«El movimiento político más grande de la historia»
Trump ha recordado con nostalgia —y con algo de cansancio— el tiempo transcurrido desde que comenzó su carrera política hace casi una década. «Llevamos nueve años juntos y hemos llegado a la última semana», ha dicho. Un periodo en el que ha presumdo haber creado junto a sus seguidores «el movimiento político más grande de la historia de este país, quizá del mundo».