Armando Colina,
El debate político internacional tiene como centro de atención principalmente las críticas entre los denominados por sus términos antiguos como señal de no haber mutado a las realidades y a tiempos modernos las posturas de la derecha versus la postura de la izquierda.
El uno y el otro representan las tendencias democráticas privatistas y las autocráticas estatistas respectivamente. Se mantienen constantemente en una lucha por el poder y de intereses económicos. Olvidando, pero teniendo en cuenta como carta bajo la manga para sacarla a relucir cuando sea conveniente por razones electorales, el tema de los problemas existentes que afectan cada día más a las personas, a las familias y a la sociedad. Específicamente la referencia crítica es sobre el olvido al tema de la trata de personas.
El concepto trata de blanca ya no se usa, esto debido a que su significado se refería al comercio ilegal de mujeres blancas europeas. Puesto que este delito internacional opera contra todo tipo de personas, ahora tiene un concepto legal que abarca a todas las víctimas.
El protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente en mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional define como trata de personas a la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Para ilustrar al lector y llevarlo por un instante a la realidad que están padeciendo millones de personas alrededor del mundo, mientras se pone a disposición del público el presente artículo para llamar la atención de la comunidad internacional, se hará un breve recorrido por algunos países y por varios continentes, para con ello, tratar de entender la gravedad de la esclavitud moderna, olvidada, salvo en días electorales.
España
En el año 2023 fueron liberadas 1466 víctimas de redes de trata de explotación sexual, de las cuales 18 eran menores de edad.
Reino Unido
La periodista de la BBC Jean Mackenzie, en el año 2020, informó en un reportaje que en Rumania se identificaron 429 víctimas de tráfico sexual para ser trasladadas al Reino Unido, donde la prostitución es legal y eso dificulta detectar la trata de personas. En su trabajo periodístico indica además que esa nacionalidad representa el mayor número de víctimas llevadas al país para la explotación sexual, y que cada vez son más jóvenes, incluso entre los 10 y 12 años.
Francia
En la página web de la Policía Nacional española se dio a conocer en el año 2022 que en una operación conjunta con la Policía Francesa, en coordinación con EUROPOL, fueron liberadas ocho mujeres colombianas explotadas sexualmente.
América Latina
El Boletín # 50 de la ONG venezolana Funda Redes informó que en el año 2022 fueron rescatadas 1390 mujeres venezolanas en la frontera con Colombia, de las cuales 294 era niñas y adolescentes.
Los datos son muy extensos y el número de víctimas va en aumento, mientras que los gobiernos solo discuten por defender quién es más de derecha o quién es más de izquierda.
Como conclusión, es importante resaltar que en el siglo XXI aún existen personas esclavizadas. Abolir la esclavitud no significa que no existan esclavos, sino que es ilegal. La esclavitud moderna tiene muchas formas, una de ellas es la trata de personas para la explotación sexual forzada (al igual que en el pasado). Esto es considerado el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo, después del tráfico de drogas y la venta de armas.
Cada vez aumenta más el delito de trata de personas, sobre todo con enfoque en el perfil de captación o captura en sectores de menores recursos económicos, personas que viven en países en conflicto o crisis como el caso de Venezuela, y notablemente con una preocupante disminución en las edades de las víctimas. Deben comprometerse los gobiernos y los políticos a dar la cara y a combatirla, salvo que existan intereses de por medio, como sucede con los dos comercios ilícitos que generan más dinero que la trata de personas.