Ahora que Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos hay cosas que comienzan a tomar otro camino, como por ejemplo los casos judiciales en su contra, ya que los funcionarios que llevan varias de las causas están considerando anularlas. Estas próximas decisiones no hacen más que recordar los reclamos del también republicano cuando hablaba de una “cacerías de brujas” en su contra para boicotear su candidatura.
Juan Merchan, juez de la Corte Suprema de Manhattan, podría invalidar la sentencia por el caso estatal relacionado a “falsificación de registros comerciales” relacionado a pagos dirigidos a la actriz porno Stormy Daniels. Trump fue declarado culpable a pesar de negar las acusaciones y la sentencia se esperaba para el 26 de noviembre. Sin embargo, el magistrado se dio un plazo hasta el próximo 12 de noviembre para decidir si invalida una hipotética condena que podría alcanzar los cuatro años de cárcel.
Otra opción es que Merchan siga adelante y condene al presidente electo, pero los abogados defensores saldrán al paso explicando que eso no puede ocurrir hasta que haya terminado su mandato. La razón es que la Constitución prohíbe que el mandatario en curso tenga restricciones para llevar a cabo sus deberes oficiales, explica NBC News. De todas formas, la defensa de Trump también tiene un plan b: la pena de cárcel debería ser desestimada por el fallo de la Corte Suprema en julio pasado que amplía el alcance de la inmunidad presidencial de Donald Trump.
El fin de los casos federales contra Trump
Merchan fue el mismo juez que impuso varias multas al presidente republicano electo y lo silenció antes del polémico debate cuando Joe Biden, el mandatario saliente se mostró tan disperso que arruinó su candidatura, cediéndola a la ahora derrotada Kamala Harris, pero el contexto será diferente a partir del próximo 20 de enero de 2025. “Merchan no tiene el estómago para encarcelar a un expresidente o presidente electo”, afirma certeramente a New York Post el exfiscal Neama Rahmani.
Una historia similar rodea al fiscal especial Jack Smith. Él presentó dos casos federales contra el expresidente republicano, uno por “intentar anular ilegalmente las elecciones de 2020” y el otro por documentos clasificados incautados por el FBI en su mansión Mar-a-Lago, ubicada en Palm Beach, Florida. Con Trump electo, Smith “está en conversaciones activas con los líderes del Departamento de Justicia sobre cómo poner fin a los casos”, según una fuente que declaró a CNN.
Y es que Trump dijo días atrás que despediría al fiscal especial “en dos segundos” después de regresar a la Casa Blanca, pero no será necesario debido a que el propio Smith estaría considerando renunciar antes. Sus vínculos con el Partido Demócrata y con el multimillonario progresista George Soros persiguieron al funcionario desde el momento que presentó los casos.
Caso por elecciones en Georgia pende de un hilo
El caso presentado en Georgia por “conspirar para anular ilegalmente los resultados de las elecciones presidenciales de 2020” también pende de un hilo. Está suspendido al menos hasta diciembre por el descubrimiento de una relación sentimental entre la fiscal de distrito del condado de Fulton, la demócrata Fani Willis, y Nathan Wade, un fiscal que ella contrató para ayudar a presentar el caso contra Trump.
Si a Willis la destituyen, comenzará la búsqueda otro fiscal que dirija el caso. No solo es un proceso largo, sino que el nuevo fiscal podría reducir o retirar los cargos. En resumen, toda la avalancha de casos contra el presidente electo Donald Trump pasarían a ser cosa del pasado, o al menos se les pondría una pausa importante con la expectativa de que terminen siendo estériles. Todos estos procesos judiciales pasarían a ser otros “enterrados” en EE. UU. además del progresismo demócrata.