A 60 días de dejar la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trabaja a contrarreloj con decisiones polémicas que está tomando antes de que el gobernante electo, Donald Trump, asuma el cargo el próximo 20 de enero.
Dos días después de las elecciones del 5 de noviembre, Biden se dirigió a la nación para prometer una transición pacífica y asegurar que haría “que cada día cuente” en el tiempo que le queda como presidente. Desde entonces, su equipo ha trabajado sin descanso, aprovechando que la atención mediática está centrada en Trump.
El poder de Biden, sin embargo, es limitado. Se ha convertido en lo que en la jerga política estadounidense se conoce como un “pato cojo”, un presidente en sus últimos días de mandato con influencia reducida por la proximidad de la llegada de su sucesor, pero que no deja de tomar decisiones que, en muchos casos, van en contra de lo que promete el líder republicano, dejando así un escenario complicado para el inicio de la nueva administración.
Estas son las medidas que prepara Biden para sus últimos 60 días de gobierno:
Tensión elevada en Ucrania
Joe Biden ha pedido a su equipo que, antes de que Trump llegue a la Casa Blanca, se envíen a Ucrania todos los fondos de asistencia militar aprobados por el Congreso en los últimos meses y aún no entregados, lo que equivale a unos 9000 millones de dólares.
Además, el domingo autorizó a Ucrania a usar los misiles ATACMS, con un alcance de 300 kilómetros, contra objetivos dentro de territorio ruso, algo que Kiev llevaba meses reclamando y a lo que Washington se había resistido por temor a una escalada en el conflicto. Y en efecto, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó esta medida como una “escalada” propiciada por el gobierno de Biden. Acto seguido, Moscú respondió lanzando a territorio ucraniano este jueves un misil balístico intercontinental, convirtiéndose en el primer país del mundo en recibir un ataque con un armamento de este tipo.
El objetivo de estas medidas tomadas por Biden cuando apenas le quedan 60 días en la Casa Blanca es fortalecer la posición de Ucrania ante una eventual negociación con Rusia, dejando así elevada la tensión para que le sea más difícil a Trump conseguir un acuerdo de paz que pueda perjudicar los intereses de Kiev.
Trump ha prometido que pondrá fin a la guerra en Ucrania en solo 24 horas, aunque no ha proporcionado detalles de cómo planea lograrlo. Por su parte, Volodímir Zelenski teme que su solución pase por aceptar la anexión a Rusia de los territorios ucranianos ocupados, algo que el presidente de Ucrania rechaza categóricamente.
El desafío del alto al fuego en Gaza
Biden ha dicho públicamente que quiere usar el tiempo que le queda en el gobierno para desbloquear las negociaciones entre el grupo terrorista palestino Hamás e Israel y conseguir un alto al fuego en la Franja de Gaza, así como la liberación de los rehenes israelíes en el enclave.
Para ello, Washington mantiene intensos intercambios diplomáticos con Egipto y Catar, principales mediadores, y justo la semana pasada Biden se reunió en la Casa Blanca con el presidente israelí, Isaac Herzog.
El mandatario demócrata, sin embargo, se enfrenta a la resistencia de un envalentonado primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien mantuvo una relación muy cercana con Trump durante el primer mandato del republicano y ya ha conversado con él varias veces por teléfono.
Consolidación de la agenda climática
Asimismo, Biden quiere consolidar su agenda climática antes de dejar el cargo. “La historia nos está observando”, dijo el presidente esta semana durante la cumbre del G20 en Brasil.
En concreto, según dijo a EFE una fuente cercana a la Casa Blanca, el equipo de Biden está trabajando para finalizar una normativa denominada “crédito fiscal para combustibles limpios”, que daría incentivos fiscales a empresas que fabrican combustibles con bajas emisiones para la aviación y otras formas de transporte.
La Administración Biden también planea publicar un estudio sobre el impacto medioambiental y económico del gas natural licuado. A principios de este año, el mandatario ordenó pausar la aprobación de nuevas exportaciones de gas natural licuado y ordenó la realización de dicho estudio.
Cancelación de deuda estudiantil
Otra prioridad es finalizar una normativa para cancelar préstamos estudiantiles a personas con dificultades económicas. Esta es una de las pocas iniciativas sobre deuda estudiantil que no han bloqueado los tribunales.
No obstante, el Departamento de Educación tiene un margen limitado para finalizar esa normativa e implementarla, un proceso que normalmente tomaría meses, pero que ahora debería completarse en cuestión de semanas y, además, podría enfrentar desafíos legales.
Confirmación de nombramientos judiciales
La Casa Blanca también está acelerando sus esfuerzos para confirmar el mayor número posible de jueces antes de que el Senado, actualmente controlado por los demócratas, pase a manos republicanas el 3 de enero.
Trump, sin embargo, ha instado a los republicanos a bloquear estos esfuerzos. “No deberían aprobarse jueces durante este período”, escribió en la red social X el 10 de noviembre.
Reconocimiento oficial de Edmundo González
Si bien Donald Trump nominó a los senadores Marco Rubio y Mike Waltz como secretario de Estado y secretario de Seguridad, respectivamente, –quienes han tenido una posición dura contra el régimen de Nicolás Maduro– el presidente electo evitó durante la campaña opinar sobre la crisis en Venezuela desatada a raíz del fraude del 28 de julio y se limitó a prometer combatir a grupos criminales que han ingresado de forma irregular por la frontera como el Tren de Aragua. Esto, muy probablemente, por la mala experiencia con el apoyo que dio en su anterior administración al fallido gobierno interino de Juan Guaidó, sin conseguir el objetivo por los desaciertos de la oposición venezolana.
Ahora, la Casa Blanca, que había evitado antes de las elecciones del 5 de noviembre reconocer oficialmente a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, dio ese paso hace un par de días, dejando la mesa servida a Trump para que mantenga esa línea en su política frente a la dictadura venezolana. ¿Qué otras decisiones tomará Biden en los 60 días que le quedan en la Presidencia?