MIAMI.- En 65 años de supuesta revolución, el régimen castrista no ha construido nada en Cuba, y por el contrario, hoy día los cubanos son más pobres que nunca, sin comida, ni luz, ni salud, mientras que dirigentes políticos de la región siguen vendiendo el mito de la revolución, aun cuando no viven en la isla.
Esa es la conclusión de Francisco Santos, vicepresidente de Colombia (2002-2010) periodista y columnista, que en su artículo «Cuba: 65 años de revolución y solo pobreza», llama a llevar a cabo una «campaña viral por todo el continente que muestre la verdadera realidad actual de los cubanos» para sembrar en las nuevas generaciones un anticuerpo que por lo menos los llevaría a cuestionar esa narrativa que profesores universitarios, que, claro, no viven allí tampoco, tratan de imponer a sus jóvenes estudiantes a lo largo y ancho del continente».
El columnista afirma que actualmente «hay una oportunidad única para acabar con el mito de la Revolución cubana en la región», pues «Cuba y su socialismo son un fracaso».
Recordó que en Cuba solo los Castro y sus allegados, así como los mandos del partido y de las Fuerzas Militares viven bien. Y remarcó que es «muy parecido a lo que pasa en Venezuela, donde los Maduros, Diosdados y Rodríguez y sus familias viven vidas de multimillonarios americanos y tienen cuentas bancarias de billonarios del mundo, algo que en Cuba también tienen los Castro y su familia».
Santos recordó también que la Cuba de los Castro «ha vivido siempre de otros». Tuvo el financiamiento de la Unión Soviética hasta 1990, pero nunca se usaron esos recursos para hacer una economía viable o un sistema social que fuese sostenible. Cuando se acabó el financiamiento de la extinta Unión Soviética, el PIB de la isla cayó 35% y comenzó el llamado «periodo especial».
Luego, vino Hugo Chávez con el petróleo de Venezuela. El país sudamericano le regaló a Cuba 15.5 billones de dólares desde el año 2000 al 2013, sin embargo, el régimen tampoco construyó nada con eso.
Santos se pregunta: «¿Cuántos billones se quedaron en manos de la nomenclatura, es decir, los Castro, sus amigos y sus aliados?».
Y él mismo responde: «Si vemos la crisis de hoy en la que la economía ya cayó un 11 por ciento, va a caer más, y sin posibilidad de recuperación, pues con esos 15 billones no construyeron nada, el nuevo periodo especial muestra que Cuba solo sabe vivir de los otros. O, como me dijo un amigo, ‘el Gobierno cubano es la jinetera (prostituta) del Caribe. Se vende al mejor postor’. Ya está coqueteando con Guyana para acercarse y pedir, e incluso en Caricom le ha dado la espalda a Venezuela en votos para favorecer a Guyana».
Destruir la narrativa de izquierda
Santos hace una comparación entre el periodo especial de los años 90 y el periodo que vive Cuba actualmente. Recordó que «durante el periodo especial, la atención en los hospitales, por supuesto, sufrió, pero nada que ver con la situación que se está viviendo hoy. Lo mismo puede decirse de la educación. Cuba venía con un sistema educativo robusto, con mucho capital humano. Eso ya no es así. Al contrario, ha habido una migración masiva de profesores bien calificados que afecta todos los niveles”, según ha dicho el economista Ricardo Torres, investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University en Washington, D. C.
Santos enfatiza que es necesario «destruir la narrativa de izquierda y de sus aliados del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, entre otros», pues «el fracaso de Cuba se dio con sanciones y casi sin sanciones (la Ley Helms-Burton es de 1996), lo que muestra algo que todos sabemos: el sistema es un fracaso y el embargo no es la causa».
Santos exhorta a que la campaña para desmontar el mito de la Revolución cubana muestre videos de ciudadanos cubanos exponiendo las condiciones de vida que tienen hoy día».
«Me imagino campañas en universidades de la región e incluso de USA –aunque allá la cosa es más difícil, pues la cultura woke se las tomó y este discurso lo cancelan– mostrando la realidad de la isla. Documentales, videos virales, libros, música, toda una campaña para destruir esa narrativa mentirosa de Cuba y sus amigos. Es hora».
«Sí, sueño con esa campaña y hago un llamado a todos los amigos de la libertad en la región y en el mundo, en especial a la colonia cubana de Miami, para que no dejemos pasar este momento de gran debilidad de esa dictadura asesina y mafiosa que gobierna la isla. Con solo mostrar la realidad en redes sociales y hacer visible lo que allí pasa se comienza a ganar esta batalla. Antes era imposible porque controlaban toda la información. Hoy ya no lo pueden hacer. Cuba, 65 años de revolución, pobreza y miseria. Ese debería ser el título de esta campaña. ¿Alguien me acompaña en este esfuerzo? Estoy listo».