domingo, noviembre 24, 2024
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A pocos días de las presidenciales, crece la tensión para los demócratas

MIAMI- Las múltiples acusaciones judiciales para inhabilitarlo, los tres intentos de asesinato contra el expresidente Donald Trump junto a la forzada renuncia del presidente Joe Biden a su candidatura presidencial han convertido en históricas las elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024.

Otro factor importante y novedoso en esta campaña electoral es el apoyo del exdemócrata y sobrino del presidente John F. Kennedy, Robert F. Kennedy Jr., al candidato presidencial republicano.

Kennedy Jr. Abandonó las filas demócratas y se convirtió en candidato independiente después de ser enajenado y acosado por los líderes de su propio partido para que desistiera de enfrentarse a Biden.

Los demócratas están convencidos de que Kennedy puede restarles cientos de miles de votos en las presidenciales.

El nerviosismo entre la izquierda y los grandes medios de prensa -alineados a la Casa Blanca- por un inminente triunfo de Trump resulta evidente desde hace meses, mucho antes de la forzada «renuncia» de Joe Biden a su candidatura presidencial.

La jugada antidemócratica con Kamala Harris, sin un solo voto en las primarias demócratas, no ha salido como esperaba la extrema izquierda que domina al partido azul, que de antemano lo sabían, pero se quedaron sin opciones. Sólo Harris, por su reconocida ambición de poder, aceptó cargar con su propio desastre en economía, inmigración, política exterior, vivienda.

Los dos solitarios temas (alejados del interés real de los votantes) a los que la izquierda acude con énfasis en su campaña son el aborto y repetir hasta la saciedad en su intengo de atemorizar a los votantes que Trump «es un peligro para la democracia»… la gran ironía en boca de los autores de 94 órdenes ejecutivas en menos de dos semanas y el autoritarismo implementado por Nancy Pelosi durante dos años en la Cámara de Representantes; junto al acoso político sin precedentes contra el líder republicano e industructible oponente: Donald J. Trump.

El trascendental apoyo del multimillonario, otrora partidario de izquierda, Elon Musk, es otro elemento muy particular en esta contienda y será esta vez un importante catalizador de la transparencia que no vieron millones de electores en 2020.

El poder tecnológico de Musk ahora aliado de los conservadores, para encontrar pruebas de irregularidades en máquinas y receptores de datos tiene en un temblor a quienes no respetan la democracia y las elecciones limpias.

Musk ha donado ya más de 80 millones de dólares a la campaña del expresidente Trump en los últimos tres meses y medio.

Vital apoyo
El dueño de Tesla, SpaceX, Neuralink y X (exTwitter) aportó $15 millones de dólares en julio, $30 millones en agosto y otros $30 millones en septiembre al grupo America PAC, su organización política de apoyo a Trump, según datos de la Comisión Electoral estadounidense (FEC). En estas estadísticas no se incluyen las cifras de octubre.

En un mitin de campaña del expresidente a principios de octubre, Musk subió al escenario y se declaró dispuesto a asumir un puesto en el gobierno federal si Trump regresa a la Casa Blanca.

El magnate incluso hace intensa campaña en el estado clave de Pennsylvania… Sin dudas, el respaldo de Musk ha sido muy beneficioso para la campaña de Trump y los republicanos.

Cuando el conteo regresivo ha entrado en la fase final, llama la atención la lluvia de encuestas, pero en especial un detalle fundamental: las que se dan a conocer y se les da mayor publicidad, a diferencia del resto de las campañas anteriores en la historia política de Estados Unidos, son las realizadas por los grandes medios de prensa de izquierda y extrema izquierda.

De acuerdo con sondeos de The New York Times, The Washington Post, NBC News, ABC, Associated Press y otros, Harris ha perdido la supuesta ventaja que tenía -o que le crearon- antes y un par de semanas después del debate presidencial, el único en esta contienda, otra de las novedades.

Desde el 2016, los medios de prensa liberales son protagonistas y activistas directos, como nunca antes, de los cambios y la formación de opiniones mediante estrategias cada vez mejor sincronizadas con los demócratas y una extrema izquierda derivada en fuerza dominante dentro del partido azul.

Ese activismo mediático ha realzado a Kamala Harris como una contrincante “de poder” frente a Trump para generar expectativas en los votantes contra el exmandatario y a favor de la representante de extrema izquierda.

Algunos grandes medios muestran un empate virtual entre ambos candidatos; sin embargo, esa tendencia ha girado en los últimos días.

El «giro»
La encuestadora Quinnipiac le otorga ventaja a Trump por encima de los cuatro y cinco puntos en estados clave como Arizona, Georgia, Pennsylvania y Carolina del Norte. En Michigan y Wisconsin se refiere a tres puntos delante de su contrincante.

Sobre la tendencia, la institución confirma que Harris seguirá perdiendo terreno en los días que restan para la elección del 5 de noviembre e incluso durante las elecciones anticipadas.

Por su parte, un estudio publicado el 15 de octubre de Forbes News y la encuestadora AtlasIntel reveló el expresidente Donald Trump aventaja a la vicepresidenta Kamala Harris en la intención de voto en cinco de los siete estados decisivos para obtener la Presidencia del país.

Según Forbes y AtlasIntel, Trump lidera en Pennsylvania (51% frente al 48,1%). En Michigan (50,6% frente al 47,2%).

El expresidente también lleva una ventaja «estrecha» en los estados en duda: Arizona (49,8% al 48,6%), Georgia (49,6% frente al 49%) y Wisconsin (49,7% al 48,2%).

AtlasIntel fue designada por organismos electorales y votantes como la organización de encuestas más confiable durante la contienda presidencial de 2020.

Esta entidad afirma que si Trump vence en los cinco estados en disputa, que actualmente lidera, el exmandatario ganaría las elecciones de 2024 con 290 votos del Colegio Electoral.

En reacción a los resultados de la encuesta, un portavoz de Trump dijo a Newsweek: “Los estadounidenses están hartos de Kamala Harris y sus políticas fallidas que han causado una inflación histórica durante su mandato, una frontera fuera de control y un crimen desenfrenado que aterroriza a las comunidades. Ella es peligrosamente de izquierda radical. El pueblo estadounidense lo reconoce”.

Otro modelo de predicción electoral destacado ha cambiado para “inclinarse” hacia Trump, después de semanas de indicar que la carrera estaba en un “empate”.

El presunto cambio, porque Trump ha llevado siempre una clara ventaja, es el resultado de una serie de nuevos datos de encuestas que sugieren que la ventaja nacional de la vicepresidenta Kamala Harris se ha reducido al mínimo o ha desaparecido por completo.

Además, varios estados clave muestran ahora que el expresidente tiene ventaja en la mayoría de los campos de batalla que determinarán el resultado de las próximas elecciones, informó el DailyMail.

El medio se asoció con J.L. Partners para crear un modelo electoral que ahora le da a Trump una probabilidad de triunfo de casi 63%.

«Cuando esos números se introducen en nuestro modelo de predicción exclusivo, muestran que Trump obtendría la victoria general en el 62,4% de nuestras simulaciones. A finales de la semana anterior, estaba en el 59,8%. Los nuevos números sugieren que el impulso está con él y no con Harris.

Callum Hunter, un científico de datos de J.L. Partners, señaló que “el análisis incluye encuestas del New York Times que muestran que Trump marcha al frente entre 5 y 6 puntos en Arizona, mientras que Harris lo adelanta en tres y cuatro puntos en Pennsylvania. Un estudio de Redfield y Wilton indica que Trump lidera con dos puntos en Pennsylvania», informó el medio.

La risa de Harris
Trump ha recobrado el impulso que exhibía frente a Biden y a pocos días de los comicios, Harris parece no tener la credibilidad para redireccionar la decisión de los votantes”, agregó.

En general, el resultado más probable no ha cambiado en los últimos días, el cual prevé que Trump obtenga 312 votos del Colegio Electoral, frente a los 226 de Harris.

Con 538 votos en juego, el número mágico para la victoria es 270. En Arizona y Nevada las probabilidades de que gane Trump se han disparado de una semana a otra.

Antes de la renuncia de Biden a su candidatura presidencial, el republicano gozaba de un margen de entre 6 y hasta 12 puntos en estados decisivos, según encuestas. Y Biden, a pesar de su fracaso en la Casa Blanca, era muchísimo más popular que Kamala Harris.

Hasta ahora, sí hay un detalle visible en el terreno político nacional: la característica risa de Kamala se ha transformado en visible tensión y presiones, lo que demuestra la cantidad de obstáculos que enfrenta.

Los analistas, incluso de la izquierda, definen ahora que el optimismo que rodeó a Harris por varias semanas se ha esfumado, ante la gran incertidumbre y “cifras que ya no le benefician” con tendencia a ser mucho peores.

Además del descalabro de sus políticas económicas, nacionales y de exterior, la falta de respuesta efectiva y ágil de la administración Biden-Harris frente a la tragedia causada por el huracán Helene en Georgia y las Carolinas y luego el paso de Milton por el centro de Florida han puesto en un punto oscuro la excéntrica alegría de Harris.

La tensión entre la izquierda se acelera y se refleja en la salida en campaña de último momento de los expresidentes demócratas Bill Clinton y Barack Hussein Obama.Harris

Un análisis de la cadena de televisión CNN, de marcada tendencia izquierdista, justifica la preocupación.

El experto estadístico de ese medio, Harry Enten, examinó el desempeño “extremadamente débil” de la vicepresidenta entre los hombres y mujeres negros. Enten advirtió que Harris se encamina hacia un rendimiento “muy bajo” como candidata presidencial demócrata.

“Este es el margen demócrata entre los hombres negros menores de 45 años en las elecciones presidenciales. Si nos remontamos a noviembre de 2012, vemos que Barack Obama obtuvo el 81%, Hillary Clinton el 63%. Luego Joe Biden: 53%, una caída tremenda ya”, comentó Enten.

“Cuando observamos el promedio de las encuestas más recientes, Harris apenas alcanza el 41%. Eso es la mitad del margen con el que Obama ganó en noviembre de 2012”.

“¿Qué pasa con los hombres negros votantes en general? Es parte del mismo panorama”, continuó. “Barack Obama obtuvo el 85% de apoyo; Clinton el 71% y Biden el 69%. Aquí de nuevo el respaldo a Harris muestra una caída importante: 54%.

Obama y Clinton
La misma tendencia ocurre entre las mujeres de raza negra y entre los hispanos en general, lo que demuestra que las cifras -supuestamente positivas- se alejan cada vez más de Harris y sus asesores en sectores de población que siempre les ha favorecido a la izquierda.

A inicios de mes, una encuesta del prodemócrata diario New York Times/Siena a posibles votantes hombres mostró que el expresidente Trump tiene una ventaja sustancial sobre Harris: 51% a 40%.

En un reciente discurso de campaña, el expresidente Obama les dijo a los hombres negros que se “dejen de excusas y les exigió votar por Harris”. Obama reconoció que “el sexo masculino afroestadounidense, que ha sido leal al partido demócrata, no está entusiasmado con la actual vicepresidenta” y le pidió a ese electorado que la apoyara con el mismo entusiasmo que a él.

Las reacciones saltaron de inmediato en las redes sociales. Cientos de miles de hombres de raza negra publicaron mensajes sumamente críticos contra Obama, después de su discurso y llamado.

Mientras, también parece haber tensiones y desacuerdos crecientes entre la Casa Blanca y la campaña de Harris, de acuerdo con algunos medios y de análisis como Axios.

“Muchos asesores de alto rango de Biden siguen heridos porque el presidente Biden fue despojado de su candidatura a la reelección y todavía se adaptan a la campaña”, según el corresponsal nacional político, Alex Thompson.

Thompson escribió que el principal problema con el personal de la campaña de Harris es que la Casa Blanca “no coordina el mensaje y el cronograma de Biden para alinearse con lo que es mejor para la vicepresidenta”.

El experto mencionó desacuerdos recientes, como el hecho de que Biden celebró una conferencia de prensa no planificada el viernes 11 de octubre, mientras Harris estaba en Michigan en un evento.

En otro momento, Biden elogió al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por su estrategia para enfrentar los estragos de dos huracanes, poco tiempo después de que Harris criticara a DeSantis por presuntamente no responder a sus llamadas; algo que negó el gobernador de Florida, quien dijo no haber recibido ninguna llamada telefónica de la vicepresidenta.

“A la Casa Blanca le falta alguien que piense en primer lugar en cómo las cosas afectan la campaña”, dijo un asistente de Harris a Thompson.

La vuelta estratégica que han intentado dar los demócratas con el tema del aborto para restar importancia a la responsabilidad en economía e inmigración de la vicepresidenta Harris, no ha dado resultado. Lo confirman las encuestas.

Los temas cruciales para los electores estadounidenses siguen siendo economía, inmigración y seguridad nacional y ciudadana, y le otorgan gran importancia a la transparencia electoral y a la manipulación de datos e información.

Economía y poder
El caos en inmigración con la entrada de más de 13 millones de personas al país de todas partes del mundo, entre ellos miles de delincuentes, terroristas y miembros de bandas criminales como el Tren de Aragua, le está pasando factura a la izquierda, que en economía deja el legado de la peor inflación de las últimas casi cinco décadas junto a una lista de índices negativos: Deuda por encima de 35 billones (trillions), una costosa guerra en Ucrania (+250.000 millones de dólares sin ninguna supervisión) destinada al fracaso desde el principio; contracción por más de dos años de la industria y casi tres en las ventas de viviendas; crisis bancaria en la que cuatro bancos estadounidenses quebraron y tuvieron que ser rescatados por la Reserva Federal y el Tesoro; huelgas históricas en el sector automotriz, puertos y ahora en Boeing (fabricante de aviones); tres años récord (2021,2022 y 2023) de déficit comercial.

A lo anterior se suma el cierre de miles de establecimientos de las grandes cadenas de restaurantes, tiendas y farmacias desde el 2022. Walgreens acaba de anunciar la clausura de 1.200 farmacias y con anterioridad CVS (900 sucursales); la popular cadena Big lots! precindirá de 344 locaciones; más de 800.000 millones de dólares adicionales en la frontera sur del país cargados a los contribuyentes; tres grandes olas de despidos masivos durante el actual gobierno. Entre los más recientes figuran los de Amazon, Meta, Intel, General Motors y ahora Boeing (-17.000 empleados, el 10% de su plantilla).

La otra gran preocupación de los demócratas es tratar de mantener el control del Senado (Cámara Alta), una parte legislativa bien importante que ha frenado proyecto de ley impulsados por los republicanos, además de no permitir la destitución de Alejandro Mayorkas, el jefe de Seguridad Nacional ni del Fiscal general del Departamento de Justicia, Merrick Garland, por sus responsabilidades y acciones en la frontera sur del país y en la llamada justicia de dos niveles junto al insólito acoso judicial al expresidente Donald Trump, respectivamente.

De acuerdo con el análisis de múltiples expertos, se espera que los republicanos mantengan la cantidad de asientos en la Cámara de Representantes e incluso aumenten su mayoría.

El debate se centra en el Senado, donde la izquierda ha perdido varias posiciones por renuncias de senadores como Robert (Bob) Menéndez, Joe Manchin y Kyrsten Sinema; algunos republicanos también han perdido terreno en sondeos de intención de voto.

En los grandes estados azules como Nueva York y California, la diferencia entre republicanos y demócratas se ha estrechado de forma notable bajo el gobierno Biden-Harris, si se compara con las elecciones de 2020.

El propio Trump ha reiterado que no descarta una victoria en el estado de Nueva York, pero ha apuntado en especial hacia la Gran Manzana, donde ha hecho campaña en las últimas semanas.

Entre gran parte de los neoyorquinos hay un descontento singular contra la izquierda por el manejo de la inmigración descontrolada y el exceso de ilegales en las calles, hoteles, estaciones de policías e incluso escuelas convertidas en albergues, en medio del colapso financiero y de los sistemas estatales de servicio por la invasión permitida de emigrantes de todo el planeta.

El incremento de la extrema violencia, el vandalismo y las leyes permisivas del crimen, en estados gobernados por la extrema izquierda, han obligado a grandes compañías como CVS, Walgreens, Target y Walmart a cerrar miles de establecimientos por las multimillonarias pérdidas a causa de los atracos y la flexibilidad de las leyes estatales con los delincuentes, que algunas ciudades demócratas pueden robar sin ninguna acusación penal hasta 900 dólares en productos de consumo.

El auge de las operaciones de bandas criminales de inmigrantes en busca del control de zonas se levanta como otra gran polémica en estos dos grandes estados, junto a Illinois y Colorado.

Será muy difícil revertir esta situación crítica en la mente de los votantes a la hora de ejercer su derecho constitucional, a pesar de que muchos lo harán por encima de cualquier circunstancia e influenciados por la retórica demócrata y falsa de que Trump es “un grave peligro para la democracia”, después de su encomiable labor de 4 años en la presidencia de Estados Unidos.

lmorales@diariolasamericas.com

@Leomoralesnews

Fuente: Diario Las Américas

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