lunes, diciembre 23, 2024
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A rey muerto, rey puesto

SONIA SCHOTT,

Desde que el presidente Joe Biden se retiró de la carrera presidencial, la vicepresidenta Kamala Harris ha tomado sin problemas el mando de un equipo que se muestra listo para lanzar su candidatura a la Casa Blanca.

Para ella, será la campaña más corta de la historia, menos de cuatro meses, pero,} como todo estaba listo para arrancar tan pronto como Biden diera el paso atrás, la desventaja que podría tener en comparación con Donald Trump, quien está en los escenarios desde noviembre de 2022, se ha reducido significativamente.

De hecho, el ser la nueva cara fresca de los demócratas, alguien más joven y con nuevas ideas para el país, le ha proporcionado ventajas ante su contrincante.

“Una encuesta de YouGov/The Economist del 21 al 23 de julio situó a Harris en el 41% y a Trump en el 44%, mientras que New York Times/Siena del 22 al 24 de julio la situó en el 47% frente al 48% de Trump entre los posibles votantes” según The Economist.

Por los últimos 20 meses, Trump se ha mostrado casi a diario en primer plano como el líder indiscutible de su partido, luego de que ninguno de los rivales por la nominación republicana tuvo alguna oportunidad de disputarle su posición, lo cual ya de por si es un logro extraordinario.

Sin embargo, su éxito, que parecía imparable para hacerse con la presidencia, se debió en parte a que el público, sobre todo en los últimos meses, lo comparaba con Biden a quien percibían como demasiado mayor y frágil para continuar siendo el candidato del Partido Demócrata.

Trump por su parte supo utilizar a su favor la edad del demócrata, a pesar de que no hay tantos años de diferencia entre ambos políticos.

Si Biden hubiera resistido el llamado a retirarse, muy probablemente Trump habría ganado las elecciones cómodamente.

Ahora, la carrera presidencial se ha transformado. Trump ya no puede depender de que Biden titubee ante el micrófono, tropiece o caiga y en cambio, se enfrenta a una rival que parece armada de buena salud y amplias sonrisas y, hasta ahora, se muestra segura detrás del micrófono.

El contraste es tan notable cuando se compara con Biden, cuya voz parece haberse vuelto cada vez más ronca y cansada, que Trump y su equipo de campaña han tenido que adaptar rápidamente su estrategia.

Trump ya ha comenzado a atacar a Harris y su historial liberal, pero cualquier señal que se perciba como misoginia o aversión a las mujeres, podría hacer que el voto femenino se vuelva en su contra

Asimismo, es un hecho que habrá menciones de corte racista ante una candidata presidencial que tiene un padre jamaiquino y una madre hindú. Pero, nuevamente, Trump haría bien en desvincularse de estos comentarios si quiere ganar el voto independiente multi-étnico.

En otras palabras, hay más potenciales escollos políticos para Trump al enfrentarse a una mujer de color, de 59 años que cuando lo hacía ante un hombre blanco de 81, cuyas capacidades estaban cuestionadas.

Trump tendrá su Make America Great Again (MAGA), que ha sido un eslogan político exitoso mientras que Harris deberá presentar su visión de país ante los votantes que querrán saber qué representa a diferencia de Trump.

Estas discrepancias harán que el resto de la campaña electoral sea más emocionante y eventualmente menos centrada en las personalidades de los dos candidatos.

Trump ha acusado a Harris de que arruinaría el país si se convirtiera en presidenta; ahora le corresponde a la demócrata devolver el tiro y demostrar porque es una mejor opción que su adversario.

“El hecho de tacharlos de “demasiado liberales” funcionó muy bien contra Mike Dukakis en 1988, y razonablemente bien contra John Kerry en 2004. No funcionó en absoluto contra Bill Clinton y Barack Obama, en parte porque ambos candidatos hicieron esfuerzos impresionantes por posicionarse como moderados abiertos a un bipartidismo que los votantes indecisos ansiaban, aunque los republicanos lo rechazaran” según Ed Kilgore, columnista de Intelligencer.

El tiempo de Harris es sin embargo limitado para convencer de que es la persona adecuada para el país, mientras compite contra un contrincante político que busca unir al país en torno a su grito “MAGA”.

No hay duda de que va a ser una campaña difícil para la nueva candidata demócrata pero la mayoría en el partido la ha respaldado y las donaciones han estado llegando a un ritmo sin precedentes.

Eso por sí solo debería preocupar a Trump.

Fuente: Diario Las Américas

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