miércoles, diciembre 25, 2024
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A un año de la masacre

NINOSKA PÉREZ CASTELLÓN,

“Fuimos atacados por quienes buscan la destrucción de Israel. Esta lucha no es sobre política ni partidos es sobre la defensa y supervivencia de nuestro pueblo”. Maor Elbaz Starinski – Cónsul General de Israel en la Florida.

Al conmemorarse un año de la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás contra Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu pronuncio las siguientes palabras: “Recordamos a nuestros caídos, a nuestros rehenes – con los que estamos comprometidos con su regreso – a nuestros héroes que cayeron en la defensa de la patria. Vivimos una terrible masacre hace un año y surgimos como una nación de leones.” Lleva ya un año ese pequeño gigante en medio de países hostiles defendiéndose de ataques de un poderoso enemigo como Irán y los grupos terroristas – Hamás y Hezbollah – poderosos económicamente para continuar su labor de odio, destrucción y barbarie.

El pueblo judío no es ajeno a la agresión, tampoco Israel y si bien surgieron desde la masacre del 7 de octubre del 2023 como leones, lo han hecho en guerras anteriores. La de 1948, la de los palestinos durante los años 60 en las cuales guerrillas de Siria, Egipto y Jordania atacaban soldados y civiles israelíes. La guerra de los 6 días en junio del 1967 donde en menos de una semana y la resolución de defender su existencia les llevo a vencer enemigos poderosos como Egipto, Jordania y Siria que contaban con la ayuda de tropas y armas de Iraq, Arabia Saudita, Kuwait y Argelia. La guerra de Yom Kippur en Octubre de 1973 contra una coalición de estados árabes encabezados por Egipto y Siria que comenzó precisamente en una fecha sagrada y en la que tropas cubanas con tanques se unieron a la infamia. Y así otro sinfín de conflictos, varias etapas de la violentas Intifadas. El conflicto contra Hezbollah en el 2006 que comenzó con el secuestro de soldados israelíes. La sucesión de constantes ataques desde Gaza que aún perduran y comenzó con uno de los más brutales crímenes contra el pueblo judío, resultado en 1.200 muertes y 251 rehenes, de los cuales más de cien están aún en túneles de Gaza. Mujeres fueron violadas, niños quemados vivos, familias degolladas en una muestra de crueldad inconcebible.

Sin embargo, a pesar de ser un país que busca vivir en paz sin agredir a nadie, eso sí defendiéndose de las de las agresiones, se ha convertido en el blanco de la izquierda liberal. Las bochornosas manifestaciones en recintos universitarios, en las calles de ciudades principales de Estados Unidos no son más que un recordatorio de la hipocresía de quienes no reaccionaron con ira e indignación por la masacre del 7 de octubre, pero sí ante el derecho de un país a defender a sus ciudadanos.

Todavía al año de una masacre tan brutal en la que derramaron sangre y odio sin piedad, los informes hablan de 1.200 muertos sin aclarar las circunstancias en las que fueron ultimados. Se vanagloria a los grupos terroristas como víctimas, se condena a un pueblo que defiende a los suyos contra misiles disparados desde el poderoso Irán y grupos financiados con sumas billonarias. Los defienden en Naciones Unidas como si fueran las víctimas y no los victimarios, y condenan a Israel por defender a su pueblo.

La diferencia es que Israel creo un sistema antimisiles para prevenir ataques contra los suyos. Los palestinos tienen a los líderes de Hamás viviendo lujosamente en países aliados y ponen a los civiles donde tienen las armas y esconden a los terroristas. Sin embargo, cuando la prensa cita cifras cuestiona las de Israel y da las de Gaza como oficiales a pesar de que se ha probado en más de una ocasión como manipulan las estadísticas y los hechos. Esta es una guerra consecuencia de una agresión de Hamás contra israelíes indefensos, todo lo demás es el resultado de esa barbarie.

En la guerra no hay vencidos ni vencedores. Todos perdemos, pero el derecho de un pueblo de defenderse de un enemigo brutal es sagrado. Por eso cada vez que sale la administración Biden-Harris a pedir un cese al fuego o hacer un desaire a Netanyahu o abogar veladamente por un embargo de armas o enviar ayuda al enemigo, lo están haciendo contra las víctimas y el pueblo israelí. Olvidando que ese país es nuestro principal aliado en el mundo. Cuando Naciones Unidas defiende arduamente a los agresores y culpa a los agredidos es una infamia más.

Nuestro apoyo a Israel en su momento más difícil, atacado por el sur y por el norte, por los misiles de Irán, por una infame campana de la prensa liberal y la torpeza de una administración que siente más simpatía por el agresor que por el agredido. “Ustedes son oficialmente los tontos útiles de Irán” dijo Netanyahu a quienes se manifestaban en Washington contra su presencia. También advirtió que “estos asesinos salvajes no solo buscan destruirnos, también a la civilización y regresarnos a todos a la oscura era de tiranía y terror.”

Netanyahu recordó al mundo en su reciente visita a la Asamblea General de Naciones Unidas el peligro de mostrar el mal como el bien y el bien como el mal. Que no sea esa advertencia una que no se tome en cuenta. Fue la misma cuando el Holocausto y los Nazis exterminaron a seis millones de judíos. Defiéndete, Israel como una nación de leones, defiéndete de los misiles, del odio, la prensa liberal, de los oportunistas y los tontos útiles, que el bien esta de tu parte y una vez más tu fuerza y convicciones te harán prevalecer.

Fuente: Diario Las Américas

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