El abogado Cristiano Zanin se convirtió en el nuevo juez del Supremo Tribunal Federal (STF) luego de la votación del Senado. Es decir, ocupará la silla que dejó el jubilado Ricardo Lewandowski para completar la cifra de 11 magistrados que integran el máximo órgano judicial de Brasil. Es el premio del presidente Luiz Inácio Lula da Silva por haberlo defendido de las acusaciones por corrupción en la Operación Lava Jato y haberlo sacado de la cárcelda.
El nombre de Zanin se puso sobre la mesa de postulaciones gracias a que lo propuso el presidente izquierdista. Ahora podrá desempeñarse como magistrado por 28 años, de acuerdo con el tiempo que establece la normativa vigente para el retiro de los tribunales. Para quedar seleccionado tuvo que rendir testimonio y responder preguntas ante la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara alta, que evaluó si es apto para el cargo.
Las preguntas le permitieron exponer su punto de vista en temas como el narcotráfico, aunque evitó ahondar en asuntos como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexos y las tierras indígenas. En términos generales, Zanin quiso mostrarse como un futuro juez moderado y sujeto a la Constitución a la que llamó “la brújula” de sus decisiones y sin estar “subordinado” a nadie. El tiempo dirá qué tanto se atiene a sus promesas iniciales y cómo será el desempeño del STF con 7 de 11 magistrados propuestos por Lula da Silva y su aliada Dilma Rousseff.
Zanin en defensa de Lula da Silva
El nombre de Cristiano Zanin cobró protagonismo justamente hace 10 años cuando asumió la defensa de Lula da Silva por las acusaciones de corrupción pasiva y blanqueo de capitales, así como de obstrucción a la justicia en el curso de las investigaciones. El ahora presidente izquierdista pasó 580 días en prisión, hasta que el sistema judicial lo dejó el libertad tras anular las condenas. Esa decisión llegó tras el habeas corpus que presentó el abogado.
Nunca se comprobó que Lula da Silva estuviera limpio de esos delitos, pero el sistema judicial decidió que el juez Sergio Moro había actuado de forma “parcial” y que hubo supuestos errores procesales de competencias entre tribunales. Así, el otrora amigo del fallecido dictador venezolano Hugo Chávez consiguió su pase a la libertad y la posibilidad de postularse nuevamente como presidente. Gracias a eso en octubre de 2022 consiguió un tercer mandato.
El entonces abogado de Lula insistía con la tesis de que las acusaciones fueron un intento de “asfixiarlo” y que había una persecución política con “el uso perverso de las leyes”. Perpetuó su discurso a pesar de que la Operación Lava Jato fue y sigue siendo el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil con decenas de involucrados, incluyendo al Partido de los Trabajadores (PT) y funcionarios cercanos al actual presidente. Irónicamente, en el marco de su postulación como juez del STF, Cristiano Zanin tuvo que responder preguntas de Sergio Moro, hoy senador.
“Mensaje subliminal de Lula”
Finalmente, en el Senado hubo 58 votos a favor frente a 18 en contra y ninguna abstención para que el abogado de Lula se convierta en juez. Pero ni siquiera esa mayoría puede silenciar críticas como la del diputado federal Nikolas Ferreira. “Acabo de presentar una acción popular contra el nmbramiento de Zanin en el STF por violar los principios de moralidad e impersonalidad”. Además de ser su abogado personal, Lula ya ha declarado que Zanin es su “amigo y socio”, según había informado el 1 de junio.
A pesar de que el grupo Transparencia Internacional-Brasil está parcializado y en contra de las ideas del expresidente Jair Bolsonaro, esta organización admite que la selección del mandatario izquierdista intenta transformar la Corte en un “anexo del gobierno de ocasión”. Con esa última percepción coincide el diputado Marcos do Val.
“Les pido a los colegas senadores que prohíban esta nominación. Basta con ser una afrenta, porque el presidente Lula envía un mensaje subliminal de que tiene el control total del Senado. ¡Basta el ministro Alexandre de Morais, continuando con sus acciones inconstitucionales, que desmoralizan nuestra Casa Legislativa!”, escribió el senador en Twitter.
Pero las cartas están echadas. Lula tiene a otro amigo dentro del máximo tribunal federal que trabajará codo a codo con Alexandre de Moraes, un personaje que defiende abiertamente la censura en redes sociales y la persecución a quienes se oponen al gobierno socialista de Brasil.