CARACAS. – Luego de las denuncias de fraude, activistas opositores que defendieron el voto contra Nicolás Maduro son blanco de persecución del régimen.
Los comanditos son los grupos de voluntarios que impulsó la líder opositora María Corina Machado para la campaña electoral de las elecciones presidenciales del 28 de julio para movilizar votantes y resguardar las actas electorales que se entregan a testigos de los partidos políticos. Las funciones de estas redes incluyeron aspectos logísticos como el traslado de ciudadanos a los centros de sufragio o llevar comida a los testigos durante la jornada.
Luego de las protestas contra los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que le adjudicaron la victoria a Maduro para un tercer período, el dictador los calificó de «delincuentes» y los relacionó con actos de violencia y un intento de «golpe de Estado». Las manifestaciones postelectorales han dejado más de 2.400 detenidos y 27 fallecidos.
La oposición, gracias a los comanditos, logró reunir 80% de las actas de votación, que divulgó en una página web, con las que reclama una victoria del candidato Edmundo González Urrutia. El dirigente opositor está exiliado en España tras una orden de arresto en su contra.
José, quien pidió resguardar su identidad, es uno de los activistas de los comanditos. Temeroso de ser acusado de terrorismo, lo que puede llevar a la pena máxima de 30 años de prisión en Venezuela, dijo a AFP que dejó la actividad política pública luego de que militares le apuntaran con sus armas y desconocidos lo amenazaran en la calle.
Persecución en marcha
El activista dice que oculta su verdadero nombre ante una «ola de persecución» contra integrantes de estas casi 70.000 redes comunitarias. Cuenta que seis motociclistas lo rodearon en la madrugada cuando salía del centro de votación en un sector popular de Caracas en el que fungió «observador» de la oposición.
«Me dijeron: ‘tú te la tiras de arrechito (valiente). Te vimos saliendo del centro de votación», señaló. Añade que evitó la confrontación porque llevaba tres actas impresas por las máquinas del sistema automatizado del CNE y debía escanearlas para enviarlas al comando de campaña de María Corina Machado. Tres días después de las presidenciales entregó las actas.
«Mi comandito apoyó en logística de comida, tanto para los testigos de la oposición como del oficialismo», señaló una activista de 86 años que solicitó el anonimato por temor a represalias.
Otra de las activistas consultadas afirma que, cuando comenzaron las detenciones masivas, lo que hace es ir de «su casa al trabajo y del trabajo a la casa». Algunos integrantes de los comanditos huyeron del país, mientras que a otros les anularon el pasaporte.