«Su industria petrolera está destrozada, la hiperinflación no se detiene, la actividad económica está en el subsuelo, las reservas en divisas se ubican en el mínimo histórico y el acceso al crédito internacional es inexistente desde noviembre de 2017, cuando Maduro declaró la moratoria unilateral de la deuda externa”, manifestó, reseñó El Nacional.
Guerra consideró que una señal de que se trata de un intento sincero es que se corrijan los «errores garrafales» del régimen, entre ellos, el discurso gubernamental en contra de la empresa privada. A su juicio, el régimen está ahora «desesperado».
“Los mismos que expropiaron y confiscaron empresas, hatos, haciendas, centros comerciales, comercios y compañías petroleras, ahora desesperados buscan entenderse con sus víctimas. Victimarios y víctimas se reúnen y eso no está mal», aseveró. No obstante, agregó que «esas pláticas quedarán en nada si en Venezuela no se emprende de manera urgente un programa amplio de reformas económicas encaminado a detener la hiperinflación, reactivar la economía, recomponer la industria petrolera”.
Añadió que a Venezuela le urge un plan social para atender la pobreza y subrayó que ello requiere financiamiento externo, lo que «no se obtiene con reuniones».
Los empresarios defienden el diálogo
El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, pidió al país no «satanizar» el diálogo y la negociación, ni a los empresarios, luego que se produjera la reunión con la directiva de la Asamblea Nacional chavista la semana pasada. El dirigente empresarial aseguró que la intención del acercamiento no es «favorecer a un sistema político o a otro», sino reinsertar a Venezuela en el «camino de las plenas libertades políticas, económicas y sociales».
«Seguir satanizando el diálogo, la negociación, el encuentro, más allá de los actores, es un grave error. Satanizar a Fedecámaras por lo que hizo, por recibir en su sede a estas personas que representan la política y que ejercen funciones de gobierno, por lo menos de hecho, sería como satanizar a los enfermeros por procurar sus contratos colectivos, a los estudiantes por procurar que el ministro de ese mismo sistema les firme sus títulos; y sería satanizar a los políticos que se han sentado a negociar sus libertades, tanto dentro como fuera del país. Es importantísimo que se resalte que esto no busca favorecer a un sistema político o a otro, sino favorecer la paz, la negociación, el diálogo, que nos reinserte en el camino de las plenas libertades políticas, económicas y sociales que establece la Constitución. No es para favorecer a un sistema político», dijo Cusanno a El Nacional.
Valoró como beneficioso que la organización más representativa de la empresa privada venezolana se siente con quien ostenta el poder en el país y dejó entrever esperanzas de que hay oportunidad para «construir soluciones en el marco de la salud, de la reactivación de los procesos económicos» y para desmontar la desconfianza.
«Para que los actores políticos se reúnan y construyan soluciones en lo institucional y en la restitución de garantías políticas, ya de entrada es una buena señal», apuntó.
Fuente: Diario las Américas