Un militar ecuatoriano ha muerto y otros diez uniformados han resultado heridos como consecuencia de un ataque de vándalos contra un convoy que custodiaba vehículos con combustible en la región de Orellana, en el noreste de Ecuador.
La Policía ha explicado que un grupo de manifestantes atacó con armas de fuego el convoy, vigilado por policías y militares. El ministro del Interior, Patricio Carrillo, ha identificado al militar fallecido como el sargento José Chimarro, que según la Policía fue alcanzado por perdigones.
El ataque, ocurrido en la ruta que conecta Shushufindi y Puerto Providencia, enturbia el diálogo iniciado el lunes entre el Gobierno de Guillermo Lasso y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) para poner fin a más de dos semanas de protestas. El Ejecutivo ha acusado a los manifestantes de bloquear infraestructuras y servicios críticos.
De hecho, más tarde, el presidente Lasso ha anunciado la suspensión de las conversaciones con la organización indígena, alegando que el Ejecutivo «no se puede sentar a dialogar» con grupos que van contra la tranquilidad del país.
El mandatario ecuatoriano ha denunciado que los agentes de las Fuerzas Armadas fueron «cobardemente atacados con armas de fuego y lanzas», a la par que ha informado de que un grupo de manifestantes ha impedido el paso de un convoy que transporta oxígeno para enfermos en los hospitales de la provincia de Azuay (sur).
«Estamos a horas de que mueran personas por la falta de oxígeno. Es un acto criminal jugar con la vida de inocentes», ha alertado Lasso en declaraciones a Cadena Nacional y recogidas por el diario ‘El Comercio’.
El jefe de Estado ecuatoriano ha asegurado que el Gobierno inició el diálogo con los manifestantes y que ha llegado a implementar acciones «concretas» a las demandas de los «hermanos indígenas». «No volveremos a sentarnos a dialogar con Leonidas Iza (…) ni con quienes pretenden secuestrar la tranquilidad», ha zanjado.