El Gobierno está desesperado. Aseguraron que la inflación en este 2021 sería del 29 % y, con el 4,1% de abril, el acumulado en los primeros cuatro meses es de 17,6 %. Es decir, no hay ninguna posibilidad de cumplir con la meta, que de por sí ya sería altísima para cualquier país medianamente civilizado. Lejos de presentar un programa monetario de shock que brinde credibilidad y una reducción del déficit fiscal, que recurre a la emisión monetaria para apagar un incendio cada vez más grande, Alberto Fernández ahora se hace el “guapo”. Las probabilidades de que su plan dé resultado son las mismas que las de alcanzar la meta inflacionaria: ninguna.
«Me preocupa mucho el aumento de los precios y vengo decidido a atacar ese tema. Me preocupa porque es inexplicable», señaló el presidente luego de su gira por Europa. ¿Qué piensa hacer Fernández con su preocupación y cuál es la estrategia que tiene para “atacar” el problema? ¿Cuál sería un argumento válido en su cabeza para sí justificar una suba de precios? Lamentablemente, estas preguntas no parecen tener respuestas razonables.
“Sinceramente no hay ninguna razón más que el aumento del consumo para explicar esos aumentos que se dieron en marzo y en abril”, dijo Fernández. Todo parece indicar que en su mundo imaginario la economía repunta, crece la demanda y por eso suben los precios. Si vemos los números, comprobamos que no hay incrementos por “aumento de consumo”. En el primer trimestre, por ejemplo, el consumo de carne vacuna volvió a caer. Ahora, un 3,5 %. Si comparamos la merma con el primer trimestre del año pasado el número es peor: 8,8 %. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes, esta cifra refleja una escasa demanda que hasta ahora ha sido la menor en los últimos cien años.
Con respecto al alza de la carne, Fernández insiste que los productores buscan hacerle pagar lo mismo a los argentinos, que lo que se paga en el exterior por los cortes nacionales. Sin embargo, basta con comparar los precios para entender que el problema pasa por otro lado. Pero, aunque todo sea muy evidente, desde el Gobierno insisten con los controles de precios y los congelamientos de tarifas, que no hacen otra cosa que aumentarle la presión a una olla que no da para más.
“Me preocupa la suba de precios y la puja distributiva de quién gana más, porque están perjudicando a la gente. No tuvieron presión salarial ni aumento de tarifas, acá algunos se aprovecharon. Voy a ocuparme de que esto pare». La “guapeada” lo único que conseguirá es un agravamiento de los problemas de fondo. El Gobierno viene teniendo suerte con los precios internacionales y el valor de la soja, pero juega con fuego al mantener todas estas distorsiones en un año electoral.
El programa «Precios Cuidados» sigue fracasando rotundamente
Un estudio realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) publicado hoy confirmó que el programa que falló con el primer kirchnerismo, con el macrismo y con el Gobierno actual, sigue siendo un fracaso tan predecible como evidente. Según la investigación, los productos con los precios regulados subieron, incluso, por encima de la inflación general.
Para el informe de IDESA, con la inflación de abril se alcanzó un anualizado del 46,3 %. Si se pone la lupa exclusivamente en el sector alimenticio, el número es de 46,4 %. Pero si seguimos amplificando el segmento, tomando exclusivamente los productos incluidos en la canasta de «Precios Cuidados», el número es todavía peor: 54,3 %.
Fuente: PanamPost