Antes tomaban café juntos. De aquellos encuentros, posteaban imágenes en sus perfiles de redes sociales con sonrisas y abrazados. Ahora, la fraterna “camaradería ideológica” entre los alcaldes comunistas, Irací Hassler de Santiago de Chile y Daniel Jadue de Recoleta, es sólo un recuerdo que se perdió en la disputa que ambos protagonizan hoy, por el manejo del comercio informal que se encuentra desbordado en la capital austral.
Ya ninguno de ellos opta por mantener al interior de los muros del partido los temas que los dividen. Es más, según lo que Jadue aseveró a un medio local, “tenemos diferencias en el trato de la gente en vía pública. Hemos tratado de ordenarlos, formalizarlos, pero no los andamos persiguiendo, pensando que podrán moverse a la Luna u otro planeta. En Santiago hay un despeje también, y son políticas que no son compartidas por nosotros” .
Hassler le respondió desde su cuenta en X que sus medidas forman parte de una estrategia para despejar de comercio ambulante zonas críticas como la Plaza de Armas, el Paseo Ahumada. “Lo hemos logrado, hoy luce mucho mejor que hace dos años. Seguiremos con ese camino para dar seguridad y buen trato a vecinos y comerciantes”.
Con ello, dejan en claro que su afinidad se diluyó tres años después de que Jadue respaldara la candidatura de Hassler al municipio más importante de la Región Metropolitana. En aquel momento, incluso llegó a expresar: “Todo mi apoyo y reconocimiento a Irací Hassler. Sin duda, será una tremenda alcaldesa que llevará adelante el gran desafío de implementar un programa transformador del gobierno local en Santiago”.
Intereses electorales en medio
Este enfrentamiento entre los alcaldes comunistas pone a prueba el enfoque feminista que profesa el gobierno del presidente Gabriel Boric. Ahora, su administración tendrá que decidir si califica como “misoginia” las críticas de Jadue a las acciones de la alcaldesa de Santiago o, sencilamente, las ignora.
“Ver a dos comunistas peleando, no tiene precio”, asegura el analista político Giovanni Calderón. Cree que la exposición de las diferencias en redes sociales confirma que, “en los partidos de gobierno se desató un ‘sálvese quien pueda’”.
Es muy probable. El deterioro de la reputación del Ejecutivo, del cual forma parte el Partido Comunista, ha dado paso a la creación de una distinción entre aquellos cercanos a La Moneda y quienes no lo son, para intentar resguardar la imagen del Gobierno. Así no solo se hace frente a las críticas que vengan a la gestión de Boric, sino también en relación con temas que se asocian a Hassler.
La Fiscalía imputó a la edil de la capital austral por presunto fraude y cohecho, por intentar comprar una clínica, propiedad de la inmobiliaria San Valentino SpA, por 8200 millones de pesos chilenos (10 millones de dólares), cuando se había adquirido solo un mes antes por 2080 millones de pesos chilenos (2,5 millones de dólares).
Con la cercanía de las elecciones municipales, dispuestas para el próximo 27 de octubre, este y otros escándalos profundizan la división entre los comunistas. Cuando el país elija a 345 mandatarios locales en la jornada electoral, los candidatos respaldados por Jadue y los apoyados por Hassler serán percibidos de forma distinta. En eso no hay dudas.