Si bien mayoritariamente fueron acompañando la premisa oficialista de priorizar la salud por sobre la economía durante la pandemia por el coronavirus, la crisis empieza a desgastar también el ánimo de los votantes K. Así, al menos, lo muestra un nuevo estudio al que accedió Clarín, que compara la situación actual con un año atrás y mide las expectativas.
El trabajo es de las consultoras D’Alessio IROL – Berensztein, que trabajan juntas hace unos años y analizan mes a mes el contexto político, económico y social. En septiembre hicieron un sondeo nacional de 1.318 casos.
La primera pregunta de la encuesta indaga sobre el pasado y el futuro, a partir del presente: «¿Cómo evalúa la situación económica del país hoy respecto al año pasado y cómo supone que será dentro de un año?».
La conclusión general del informe es que «los argentinos siguen manifestando su preocupación por el actual rumbo de la economía, luego de más de seis meses desde el anuncio del aislamiento obligatorio, lo cual genera un alto nivel de pesimismo respecto al futuro en el 2021″
Puesto en números: un 41% cree que la economía está «mucho peor» que el año pasado y un 33%, «peor». Es decir, un 74% tiene una mirada negativa en la comparación hacia atrás. La brecha con los que dicen que ahora se está «mejor» (19%) o «mucho mejor» (5%) es de 50 puntos.
Ese balance es de los más negativos desde que asumió el nuevo gobierno. En marzo, el mes en que llegó el Covid, la relación era – 53% y + 44%. Es decir, resultado negativo, pero de sólo 9 puntos.
De todos modos, quizá más preocupante que la mirada retrospectiva sea la proyección hacia el futuro, por la incidencia que tienen las expectativas en los comportamientos económicos de la gente. Y allí se acentuó el pesimismo: un 56% cree que la situación empeorará en un año. Es el registro más alto en este sentido desde que asumió la presidencia Alberto Fernández.
En el análisis cualitativo de los resultados aparece la grieta. Los votantes de Juntos por el Cambio son claramente más críticos de la situación actual y vislumbran un futuro negro para la economía. Pero incluso dentro de los seguidores del Frente de Todos hay señales de alerta.
Un 49% de los encuestados que votaron a los Fernández en 2019 creen que la economía está entre «peor» (34%) y «mucho peor» (15%) que el año pasado. Y un 22% es pesimista respecto a 2021: lo vislumbra entre «peor» (10%) y «mucho peor» (12%). En febrero, el mes previo al arranque de la pandemia en el país, los pesimistas K sumaban apenas 6%.
La preocupación por la economía aparece también cuando se detallan los 10 principales problemas para los argentinos. En septiembre, la «Inflación» volvió a quedar en el tope. Segunda quedó la «Inseguridad/delincuencia», pero luego le siguen «Incertidumbre en la situación económica» y «Coronavirus: consecuencias económicas».
Dentro de los votantes K, si bien puntea el «Coronavirus: temor a la enfermedad», segundo ya figura «Coronavirus: consecuencias económicas» y tercera la «Inflación».
Así, parece haberse diluido rápidamente el efecto positivo del arreglo con los bonistas, que había generado esperanzas de un cambio de clima dentro de los funcionarios. Los números que vinieron después fueron de terror: el más impactante, quizá, la confirmación de que en la Argentina hay más niños de 0 a 14 años pobres (56%) que no pobres (44%).
Esto, como fue contando Clarín, no sólo pegó en la mirada sobre la economía. A nivel global, los números de Fernández vienen bajando. En el estudio de D’Alessio IROL – Berensztein, la evaluación de la gestión presidencial, por ejemplo, ya es claramente más negativa (56%) que positiva (44%). Lo mismo que la imagen personal del Presidente (- 52% y + 44%).
Fuente: El Clarín