Los comicios del 20 de octubre fueron anulados después de que la OEA denunció una «manipulación» a favor del exmandatario Evo Morales, que renunció ante una ola de protestas. Inicialmente Morales huyó a México, un mes más tarde se refugió en Argentina desde donde dirige la campaña electoral de su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS).
Después de la publicación de la carta, Sanders, que se autodenomina «socialista democático», escribió en Twitter que la OEA -financiada por Estados Unidos- afirmó «falsamente que las elecciones del año pasado en Bolivia habían sido ‘fraudulentas'».
«Después vino un golpe militar y represión. Necesitamos una rendición de cuentas AHORA para asegurar elecciones libres y justas en Bolivia el próximo mes», indicó el senador demócrata Bernie Sanders en relación a la celebración de los comicios el próximo 18 de octubre.
Almagro respondió en inglés: «la próxima vez mencione la falsificación de firmas de funcionarios electorales, la falsificación de actas, los votos emitidos por personas muertas».
En el centro del debate está la paralización de un conteo preliminar en la noche de los comicios de 2019 y su reanudación un día después, con un considerable aumento de la ventaja de Morales, que aspiraba a un cuarto mandato.
La Misión de Observación Electoral de la OEA (MOE) expresó su preocupación por un cambio de tendencia que calificó como «drástico» y «difícil de explicar».
En la carta los congresistas resaltaron un informe del diario The New York Times de junio y un estudio de la Universidad de Pennsylvania y de Tulane que señala que la tendencia registrada en Bolivia puede «explicarse» sin fraude.
Según los investigadores de las universidades, la ruralidad y las regiones explican la mayor parte de la tendencia y lo que se presentó como evidencia de irregularidades en realidad fue un «error en el análisis».
«Campaña de desinformación contra la OEA» –
Almagro se remitió en su tuít a un comunicado de junio en el que la secretaría del organismo regional denunció «una maliciosa campaña de desinformación contra la OEA, con evidentes objetivos políticos».
Los legisladores pidieron que dado que el ente regional fue invitado a monitorear las próximas elecciones en Bolivia, el gobierno de su país debe usar «su voz en la OEA para abogar por una evaluación completa e independiente de los informes de las elecciones de 2019», indicaron los congresistas demócrtas.
Los legisladores también señalaron que Almagro fue «rápido para reconocer al gobierno» de Jeanine Añez, pero ha guardado silencio sobre el «deterioro de la situación de los derechos humanos y la persecución política de oponentes».
El Gobierno de Bolivia procesa a Evo Morales por promover el caos en Bolivia durante las protestas, posteriormente los seguidores de Morales cerraron las vías en medio de la pandemia. El exmandatario habría ordenado el cierre de las vías de acuerdo con audios en poder de las autoridades.
Morales enfrenta juicios por sedición y terrorismo, y otras dos causas por abuso sexual contra menores de edad.
A principios de septiembre, la organización HRW denunció que el gobierno interino de Áñez usa el sistema de justicia de Bolivia para perseguir a colaboradores y partidarios de Morales.
Pero el Gobierno respondió que la justicia permanece en manos del Movimiento Al Socialismo, el partido de Evo Morales. El organismo no respondió a la respuesta de las autoridades bolivianas.
Áñez, que fungía como segunda vicepresidenta del Senado, llegó a la presidencia interina del país, tras la renuncia del vicepresidente de Morales, Álvaro García Linera, de la entonces jefa del Senado Adriana Salvatierra y del titular de la Cámara de Representantes, Víctor Borda.
Fue legitimada en el cargo por el Tribunal Constitucional de forma interina, con el cometido de convocar elecciones.
Fuente: Diario las Américas