América Latina «juega un papel irremplazable en la seguridad alimentaria global», asegura la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. En entrevista con Deutsche Welle, destaca que la región «produce alimentos para satisfacer las necesidades calóricas de alrededor de 1.300 millones de personas, es decir, para uno de cada seis habitantes del planeta».
No obstante, pese a que la producción en América Latina alcanzaría para alimentar a toda su población, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) prevé que la región atravesará una de las crisis más agudas de su historia en materia de inseguridad alimentaria, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Las sanciones contra Rusia -país agresor y cuarto mayor productor mundial de trigo-, así como la invasión de Ucrania -séptimo productor- y la decisión de India -tercer productor- de prohibir las exportaciones de este cereal han atizado la crisis alimentaria global, y golpean a una América Latina debilitada por la pandemia del coronavirus, la inflación de los precios y los extremos climáticos. Actualmente, unos 9,3 millones de latinoamericanos sufren inseguridad alimentaria. El PMA calcula que, a raíz de la guerra en Europa, se podrían ver afectados unos 13,3 millones.
Fertilizantes, un 300 por ciento más caros
Según la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, con el «conflicto, está aumentando el precio de insumos claves para la producción de alimentos, como los combustibles y fertilizantes». Argentina y Brasil, por ejemplo, dependen fuertemente de fertilizantes baratos provenientes de Rusia y Bielorrusia. Además, el mayor costo y la menor disponibilidad de los alimentos tienen un impacto negativo en varios países importadores de la región, como los del Caribe.
Fuente: DW