El nuevo proceso constituyente de Chile que impulsa el presidente, Gabriel Boric, tendrá encima los radares de Amnistía Internacional. La organización anunció que vigilará la elaboración del proyecto de Carta Magna que comenzará el próximo año para garantizar que cumpla con los principios fundamentales de los derechos humanos.
Además, la organización estará «alerta» en el transcurso de las jornadas de debate para mantenerlo en la línea de la transparencia, inclusión y participación que se promete a la ciudadanía, tras el fracaso de la anterior constituyente en el plebiscito de salida de septiembre, donde la opción del rechazo se impuso con 62 % de los votos.
Lo relevante
Según el calendario del acuerdo constitucional firmado por las distintas fuerzas políticas, las elecciones para escoger por votación popular a los 50 integrantes del “Consejo Constitucional” serán en abril. Sin embargo, Amnistía Internacional insiste en que lo “relevante» es la especificación «de manera detallada» de las características y requisitos que deben cumplir quienes serán designados para formar parte del Comité de Expertos.
La instancia aboga por un mecanismo claro para su designación, pero hasta ahora sólo trasciende que los expertos serán designados por el Congreso (12 por el Senado y 12 por la Cámara de Diputados). También, bajo su responsabilidad estará la presentación de un anteproyecto que servirá de base al Consejo Constitucional electo por la ciudadanía para encaminar la propuesta final.
«Es importante asegurar que quienes participen en el proceso constituyente sean representativos de la diversidad del país y actúen con imparcialidad en todo momento», apuntó la organización.
Con expectativas
Amnistía Internacional no es la única interesada en el proceso constituyente de Chile. El gremio empresarial también tiene expectativas. La aparición de un pikachu o un dinosaurio en la nueva plenaria -como sucedió en la anterior- resultará imperdonable.
Para el sector privado es vital “la seriedad” para impulsar la inversión o sostener la actual ante los pronósticos de 1,1 % de contracción que sufrirá la economía en 2023. Citando las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que anticipan un crecimiento negativo para la nación, exigen jornadas a la altura del compromiso.
Destacan que el próximo año Chile tendrá crecimiento negativo, sobresaliendo por su mal desempeño en comparación con la región, considerando que las métricas del bloque de países pasaron de 1,7 hasta 1,3 % el próximo año, pero la previsión de la economía chilena está muy por debajo del promedio al rondar el 1,1%.