El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, le advirtió este lunes a Xi Jinping que un ataque chino a Taiwán traerá “graves consecuencias en todos los países del mundo”, en una reunión en el cierre de la visita de dos días a Beijing.
Si bien aclaró que EEUU mantiene su compromiso con la política de Una Sola China y la preservación del statu quo, advirtió por los aumentos de tensiones y las consecuencias de un eventual conflicto. “Tenemos profundas preocupaciones por algunas acciones provocadoras. Es preocupante porque no queremos una crisis, causaría una crisis económica en todo el mundo, con consecuencias dramáticas”, alertó Blinken.
“Desde el comienzo de la normalización de relaciones (entre EEUU y China), ha sido fundamental el entendimiento de que todas las diferencias sobre Taiwán serán resultas pacíficamente”, enfatizó el secretario de Estado.
En cuanto a la invasión rusa, Blinken dijo que China ha prometido no enviar armas letales a Moscú para ser usadas en Ucrania. “Hemos recibido garantías de China que no está proporcionando ayuda militar a Rusia. No tenemos informaciones que contradigan eso”, expresó, pero apuntó que hay empresas chinas que podrían estar proporcionando tecnología que ayude a Rusia en el campo militar, por lo que dijo que pidió a China que vigile ese asunto.
“Estamos preocupados por las empresas privadas que podrían mejorar las capacidades rusas”, reiteró.
En un balance de su viaje, dijo que las tensas relaciones entre ambas potencias no se solucionarán con una reunión. Según comentó, en algunos campos los diálogos fueron constructivos, mientras que en otras áreas “queda mucho trabajo por hacer”.
“En cada reunión, subrayé que el compromiso directo y la comunicación sostenida en niveles superiores es la mejor manera de manejar responsablemente las diferencias y garantizar que la competencia no se convierta en conflicto”, dijo Blinken a los periodistas después de dos días de discusiones. “He escuchado lo mismo de mis homólogos chinos. Estamos de acuerdo en la necesidad de estabilizar nuestras relaciones”, añadió.
En la entrevista previa con el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, éste afirmó que el viaje de Blinken “se produce en un momento crítico” en las relaciones sinoestadounidenses. “Es necesario elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto”, dijo Wang, quien alentó a recuperar una senda “sana” en la relación bilateral y a “trabajar juntos” para que China y Estados Unidos “se lleven bien”.
En los últimos meses, los contactos entre Washington y las autoridades taiwanesas, procedentes de un partido independentista, irritaron fuertemente a Beijing, que respondió con ejercicios militares de gran envergadura alrededor de la isla de gobierno democrático.
El poder comunista chino considera a Taiwán como una isla rebelde, que no ha logrado aún reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china en 1949.
“El mantenimiento de la unidad nacional sigue en el núcleo de los intereses fundamentales de China”, y “en este asunto, China no tiene margen para transigir o ceder”, enfatizó Wang.
El secretario de Estado norteamericano fue recibido el domingo por el ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang, situado jerárquicamente por debajo de Wang Yi.